|
|
Bésame y mátame a la vez.
25.11.2007 | Eduardo Luna Arroyo
El frío de la noche había calado mis huesos y la llave del apartamento no aparecía entre los objetos que poblaban mis bolsillos. En aquel momento mi mirada se descompuso en mil y mi sangre corría por las venas con exceso de velocidad al ver como la puerta al final del pasillo, una y otra vez, retumbaba en el silencio de la noche como un martillo ejecutor sin escrúpulos. Allí vivía una pareja que rondaban los treintaytantos en el dni y en su alma la vejez bailaba boleros sin acompañante. Un matrimonio con hijos pequeños que jugaban a soñar que eran felices, que hacían la compra juntos y viajaban al parque para ahogar sus penas. La puerta era golpeada sin descanso y de repente paró, silencio, podía escucharse sólo la armónica de los vagabundos que tocaban a muerte, como un presagio que no era crónica. Algunas noches, después de dormir bajo la lumbre de una farola, escuchaba como discutían, se insultaban, se agredían con la palabra, se deshacían en amenazas con la venganza danzando y la muerte tras la puerta de la cocina. Algo muy grave pasó en aquel momento, gemidos, dudas, la voz de un niño que decía ver monstruos en el armario, cuando lo que colgaba de las perchas eran los trajes negros de su padre. Necesitaba beber algo, un trago rápido, una pastilla para dormir, era tarde, en torno a las tres de aquella madrugada lluviosa.
|
|
|
|
El olor del dinero
18.11.2007 | Eduardo Luna Arroyo
Volví los ojos y unos labios mojados y más rojos de la cuenta, besaron levemente mis labios y saboreé el olor del dinero, un olor que a veces da hasta vergüenza, que a veces es un huracán que arrasa almas en paro y roba almas a la orilla de la desesperación. Y allí estaba Lola, en la entrada de Epopeya, ella era la prostituta más lujosa de la calle, aquella que se alumbra con los faros de los que roban su feminidad. El beso fue rápido y fugaz. La conocí una noche tan cerrada que hasta mirar al cielo daba miedo. Allí estaba en las escaleras, llorando “rimmel” y maquillando con las manos un morado en su ojo derecho. Los tacones se le habían roto corriendo y en el bolso sólo tenía la valentía y la bandera de su condición de mujer. Desde aquel día, Lola fue para mí más mujer y más oferta del día en grandes superficies de lujo. Iba a coger el metro y me preguntó, si antes de partir quería tomar un café caliente con un par de azucarillos de amabilidad, algo de lo que ella carecía en su trato con los cuerpos que cada noche yacían en sus pechos jóvenes y calientes. En el primer sorbo de café, Lola, agarró mi mano y me pidió perdón, sus ojos eran dos lagos de luz y una amargura contenida. Fue una jornada difícil, pero uno de sus clientes, un diputado relevante del congreso, mientras gemía sin sentimientos le prometió que algún día las putas tendrían seguro, se lo repitió, según Lola, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez.
|
|
|
|
Vidal Cuadras, Blas Infante y la libertad de expresión
16.11.2007 | José M. Jiménez Migueles
Hay que ver la que hay montada en la escena política andaluza con las declaraciones del Vidal Cuadras de los cullons. Y es que el político catalán, no contento con haber hecho el ridículo con la presencia de Carod Rovira en TVE, tiene especial habilidad para tocar los cullons al resto de políticos españoles. Y eso, históricamente, ha sido siempre asi.
A mi, lo que de verdad me repatea, es el hipócrita estado de libertad de expresión en el que nos hacen creer que vivimos. Que si anuncio provocativo, mujeres feministoides atacando esa libertad. Que si chirigota altisonante, curas y obispos atacando esa libertad. Que si hablan los del PP, le dicen fascistas los del PSOE; que hablan los del PSOE, son comunistas para los del PP, que si hablan los de IU, nadie les hace caso....y llegamos asi a un momento en el que realmente no sabemos ya dónde vivimos. Y no digamos ya la multita que le ha caido a dos personas por hacer la famosa viñeta del Jueves.
|
|
|
|
Cena con Obituario
11.11.2007 | Eduardo Luna Arroyo
Los ricos no me gustan y los pobres a veces tampoco, esa es la verdad y así aparecía escrito en el papel mojado de la última servilleta de aquella cena dónde la muerte fue lo más dulce del menú. Los trazos de la noche, me hicieron pensar de una forma dubitativa sobre, salir o no a bailar con las estrellas, mis estrellas, aquellas con las que hago el amor sin cerrar los ojos. Al final, el olor de la luna venció en la balanza de las dudas. Con abrigo negro y una corbata que me regaló una mujer de la que sólo recuerdo el color de sus lágrimas, planté mi aventura en la puerta del apartamento. Pasé de largo por Epopeya, de fondo las últimas melodías del saxo de Cutty y la voz ronca de Johnny pedían apagar la luz. Las calles eran oscuras y la luz tenue de sus bombillas, recordaban escenas del más auténtico cine negro. Después de un paseo cogido de la mano de la soledad, decidí entrar a un restaurante italiano que regentaba un viejo vecino de mis padres, que por aquellos años bebía demasiado y comía todos los días en casa. Se puso por nombre artístico, Lucciano, por respeto y admiración a la gran voz italiana, Lucciano Pavarotti. Busqué un mesa al fondo, no quería escuchar a nadie, no deseaba aquella noche que alguien perturbara mi tranquilidad. Lucciano se acercó y estrechó mi mano como a la de un hijo que nunca tuvo y que perdió a los ocho años, cuando su mujer cansada de los desvaríos decidió marcharse a Italia con el cocinero.
|
|
|
|
Nuevos aires para los filarmónicos
09.11.2007 | Felipe Osuna Manjón-Cabeza
Los filarmónicos egabrenses se encuentran convulsos. Aires manidos han penetrado en la centenaria «Casa de la Música» haciendo tintinear sus sólidos cimientos, edificados sobre roca dura: la cultura musical de sus integrantes. Tras las cartas y alusiones aparecidas en la prensa -como este diario digital que lleva a miles de pantallas la actualidad de Cabra- se alerta a la población de que algo falla. La crispación ha envilecido y enfrentado a numerosos socios que se han visto obligados a abandonar la institución, muy a su pesar. Otros ratifican que han sido expulsados por decretazo del presidente de la casa, elegido de un modo semi-democrático y digo esto porque muchos lectores desconocen los estatutos que rigen los designios del Centro Filarmónico, un documento que no ha evolucionado y desprecia a los socios que se limitan a aportar una cuota para disfrutar de sus servicios.
|
|
|
|
ROMA LOCUTA FINITA EST
05.11.2007 | José Peña González
Con este aforismo ya clásico y muy conocido entre los estudiosos del Derecho se ponía punto final a cualquier posible elucubración o pretensión sobre un tema de debate. Roma, como la gran creadora del orden jurídico, venia a ser el referente obligado desde el momento en que la sentencia del juez ponía punto final a los intereses encontrados. Con la sentencia dictada se acaban las especulaciones porque a todos nos afecta y todos estamos obligados a acatarla. Es uno de los grandes dogmas del mundo del derecho. La santidad de la cosa juzgada. Cuando Roma, es decir la Justicia, se pronuncia, se acaban las opiniones. El respeto a la ley y a las manifestaciones de la misma es el fundamento del Estado de Derecho y lo que es mas importante garantía de nuestra libertad. Volvemos a los clásicos. “Legum servi sumus ut liberi esse possumus”, decían los maestros. Todos somos esclavos de la ley para poder ser libres. Cualquier actuación que ponga en entredicho este principio capital es un ataque directo al estado de derecho y por lo tanto al sistema democrático del que es, ni mas ni menos, que su espina dorsal.
España acaba de poner punto final al proceso mas numeroso en cuanto a sus actores y mas grave en sus consecuencias que ha sufrido a lo largo de sus historia. Y el Poder Judicial , que en otras cuestiones esta siendo tan poco ejemplar, ha demostrado su pulso firme a la hora de afrontar con todas las garantías exigibles en un estado de derecho , las consecuencias del grave atentado terrorista del 11 de marzo de 2004. Ha aclarado su autoría, ha analizado las pruebas hasta la extenuación y ha dictado sentencia. Es decir ha actuado en derecho y desde este momento todas las sospechas quedan eliminadas.
|
|
|
|
En la escalera...
05.11.2007 | Eduardo Luna Arroyo
…Justo allí, antes de bajar dónde los besos mudos son como la lumbre de un cigarro en un callejón sin salida, pensé en no bajar hoy. En el cuarto escalón, encontré una foto rajada de un periódico nacional, allí aparecían dos de los hombres más poderosos de España y dos de los hombres en los que menos confío, no es nada visceral. En ese momento, las fotos sonrientes de Manuel ChaveZ y José Luís Rodríguez Zapatero, presidente andaluz y español, respectivamente, me miraban y me sugerían. Dos presidentes, dos causas, una cita, el 9 de Marzo (Día de Pregones). Ese día, los españoles votaremos democráticamente y los andaluces por partida doble, todo un gesto de civismo y democracia, es lo de siempre. Pero, pero, pero, una vez más, consideran que el pueblo andaluz es ignorante, analfabeto, desconocedor de sus sentimientos, despreocupado de la política y con este acto me aferro más a mi agnosticismo sobre estos dos poderosos eventuales. Lo siento por ti Andalucía, el que nos preside, más a los suyos que al resto, vuelve a tapar sus errores haciendo coincidir las elecciones nuestras con la generales, las más importantes de nuestro país.
|
|
|
|
El dinero del 11-M
01.11.2007 | José M. Jiménez Migueles
Casi 173 millones de euros. Casi nada. Es lo que cobrarán las víctimas de los atentados de aquel fatídico 11 de marzo en Atocha. Un fijo de 900.000 euros por cada fallecido y un mínimo de 30.000 a un máximo de 1.500.000 euros a cada víctima.
|
|
|
|
La pluma
28.10.2007 | Eduardo Luna Arroyo
Son más las horas de sufrimiento que las horas de tiempo que aún me quedan tras la puerta de mi casa. El cine del barrio tiene por altavoces los lamentos de un edificio en ruinas, la librería vende más de todo que de libros y el bar de siempre sigue rompiendo moldes y sentando cátedra en la desgracia. Como comprobarán el panorama es un tanto desolador, aunque yo, vivo dónde siempre me hubiera gustado vivir.
Sonaba un saxo de fondo, el reloj hizo su trabajo y plantó sus agujas pasada la media noche, cuando muchos descansan y otros descansan de la pesadilla de sus vidas. Si, sonaba el saxo, allí estaba ella, Cutty, sus ojos negros y su mirada pérdida más allá de la infelicidad retorcían mis tripas de melancolía y apretujaban mis pecados carnales por debajo de la cintura. Justo antes de acercarme a ella, el metro ya había pasado, sólo silencio, solos ella y yo, una mirada, dos, tres, diez y un dulce apretón de manos sin recompensa. Cutty aquella madrugada tenía ganas de hablar en un papel. Fueron días difíciles, su escrito comenzaba así….
|
|
|
|
Tres meses de viaje
19.10.2007 | Felipe Osuna Manjón-Cabeza
Y llegó como Colón, con un huevo en una mano y un pergamino en otra, salvo que en este caso, el huevo fue sustituido por un bastón y el pergamino por un programa electoral consensuado con la otra mitad que se repartió el botín de los comicios electorales. Quiso descubrir territorios, llegar donde nadie había sentado plaza con su bandera, prometió traer riquezas, asegurar el comercio con otros pueblos y un sinfín de batallas más que no han hecho más que comenzar.
Y pasaron tres meses, duros, como aquel viaje en una carabela cargada de sarna, donde los crujidos suenan al compás del levante, donde las voces que vienen de la mar son lamentos de aquellos marineros que perecieron en una cruzada con aires políticos, en busca de una playa que ni tan siquiera viene en los mapas.
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|