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I.E.S. "Aguilar y Eslava"
El Real Colegio de la Purísima Concepción de Cabra nació en 1679 al cumplirse las disposiciones testamentarias de su fundador Luis de Aguilar y Eslava que, para la ejecución de tan noble y filantrópico objetivo, dejó una renta anual de dos mil ducados y bienes suficientes para labrar un edificio con capilla y demás dependencias necesarias para la docencia y residencia de alumnos.
En 1685 el rey Carlos II le concedió la Real Cédula de Erección y en 1692 inició su actividad académica. De 1700 son sus primeras Constituciones. De 1777 a 1823, el Real Colegio de Estudios Mayores de Cabra estuvo incorporado a la Imperial Universidad de Granada, privilegio que concede el rey Carlos III mediante Real Provisión; mejorando su presencia y doblando el número de alumnos. Pero poco después se cernió sobre el Colegio la época más difícil y triste de su historia. Desestimado por leyes referidas a la instrucción pública, se cerró durante cinco años. Al borde de la enajenación de sus bienes, la Junta del Patronato luchó hasta conseguir reabrirlo en 1827. Afortunadamente el Ministro de Instrucción Pública desatendiendo las peticiones interesadas para que desapareciera, contribuye a que se dicte una Real Orden en 1828 por el que se convertiría en Colegio de Humanidades.
En 1846 el Real Colegio quedó incorporado a la Universidad de Sevilla, y al año siguiente, 1847, una Real Orden de Isabel II lo transformaría definitivamente en Instituto de Segunda Enseñanza. De este modo la ciudad de Cabra consiguió tener uno de los primeros institutos de España. En 1877, Alfonso XII lo declaró Instituto Provincial, incorporándose al mismo los colegios de los pueblos limítrofes.
Tres personalidades se encuentran a finales del siglo XIX volcadas en la defensa y mejora del Instituto-Colegio de Aguilar y Eslava: Juan Valera y Alcalá-Galiano durante su época de Consejero de Instrucción Pública; Martín Belda y Mencía del Barrio, como Ministro de Marina y Gobernador del Banco de España; y Juan Ulloa y Valera, Secretario General de Hacienda. Ellos son exponentes de la tradicional vinculación de los antiguos alumnos y su compromiso personal por su mejora y defensa.
A lo largo de su dilatada historia en sus aulas se han educado y formado numerosas generaciones de estudiantes. Alumnos y alumnas de los cuales muchos se convirtieron en personalidades relevantes de la vida social, cultural y política de España, como Niceto Alcalá-Zamora y Torres, quien entre 1897 y 1891 cursó sus estudios en el Real Colegio.
El siglo XX se iniciaría con el cambio de denominación del centro que pasó a llamarse Instituto General y Técnico de Cabra y posteriormente de Aguilar y Eslava. Cambios producto de las diferentes reformas de la enseñanza en España en este siglo. En 1916 asume la dirección Manuel González Meneses, quien junto a Ángel Cruz Rueda y Juan Carandell y Pericay, protagonizan buen parte de esta centuria. De esta etapa es la mayor proyección social y cultural de la institución. En 1922, se recibió la visita del Ministro Instrucción Pública, Tomás Montejo y Rica, quien afirmó que el Instituto de Cabra era “uno de los primeros, si no el primero de España”.
La Apertura del curso 1932-1933 fue especialmente importante porque la realizó el Presidente de la II República Española, Niceto Alcalá-Zamora a quien acompañaba el Ministro, Fernando de los Ríos. Después de la guerra civil española, el instituto recuperó su vitalidad y en los años sesenta llegó a tener siete secciones delegadas, cuatro colegios libres adoptados y tres colegios reconocidos, que lo convertían en el principal centro de enseñanza del sur de Córdoba.
Finalmente, en el último tercio de siglo XX fue Instituto de Enseñanza Media y pasó al ámbito educativo de la Comunidad Autónoma de Andalucía, donde actualmente se integra como Instituto de Educación Secundaria, manteniendo el nombre de su fundador Aguilar y Eslava.
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