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Maestro Moral León: Una vida de entrega generosa a su pueblo
15.11.09 HOMENAJE - Escrito por: Socorro Moral
 El 22 de noviembre, festividad de Santa Cecilia, ha marcado mi vida, envuelta siempre en la atmósfera musical que creara mi abuelo, el Maestro Moral León y que contagió a hijos, nietos y biznietos. Esta fecha siempre supuso un momento especialmente celebrado para todos nosotros, en el recuerdo de quien fue esposo y padre ejemplar y una figura importante en el ámbito musical de Cabra durante la primera mitad del siglo XX.
Hace ya 50 años que Francisco Moral León murió, pero su música sigue llenando las calles de Cabra en los conciertos y desfiles de la Banda de Música que durante tantos años dirigiera después de su reorganización o cuando el Centro Filarmónico que él fundó celebra sus aclamados conciertos.
Bueno es que quienes no le conocieron sepan que esa música tan entrañable para todos (Pasodoble Pepita Jiménez, Cofradías Egabrenses, Himno a las Romerías, etc…) la escribió un egabrense convencido y entregado a su pueblo que renunció a una vida quizás más regalada por servir a su ciudad.
Con motivo del cincuentenario de su fallecimiento el Centro Filarmónico ha organizado una exposición en torno a su vida y a su obra que cuenta, desde luego, con el total beneplácito y apoyo de mi familia. Nos sentimos muy contentos de que la dimensión artística y humana de mi abuelo pueda darse a conocer a través de esta exposición.En ella el visitante puede hacer un recorrido por su vida y descubrirá la implicación personal, social y cultural que el Maestro Moral tuvo en nuestra ciudad.
Don Francisco Moral León nació en Cabra (Córdoba) el 24 de septiembre de 1879.
En 1892 ingresó como educando en la Banda Municipal de Música que dirigía don Rafael Muñoz del Castillo. Continuó sus estudios con don José López Cordón y don José Leandro Pascual y Pina hasta que en 1899 es llamado a filas. Destinado a Ceuta formó parte de la Banda Militar como saxofón primero hasta su licenciamiento en 1902 momento en que le es concedida la medalla de cobre de Alfonso XIII.
Desde su regreso del ejército continúa formándose en las distintas disciplinas musicales y apoyado por un grupo de amigos funda en marzo de 1906 el Centro Filarmónico Egabrense. Se desvive entregado a él como primer presidente y director artístico hasta 1942.
El 15 de mayo de 1908, siendo Alcalde de la ciudad don Carlos Redondo de Trueva, es nombrado Director de la Banda Municipal de Música con el encargo de reorganizarla, cargo que ostentó hasta su jubilación en 1952.
El 14 de agosto de 1912 es nombrado Organista de la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán por don José Pozuelo y Herrero, Obispo de Córdoba y el 16 de julio de 1914, Organista de la Parroquia de la Asunción y Ángeles, siendo Obispo de Córdoba don Ramón Guillamet y Coma.
Durante más de 20 años fue profesor de Música del Real Colegio de la Purísima Concepción según consta en su nombramiento fechado el 21 de septiembre de 1914 y en documentos posteriores.
El 5 de marzo de 1915 es nombrado director honorario de la Unión Filarmónica de Úbeda (Jaén).
En la década de los años 20 y parte de los 30 desarrolla su actividad el Gran Teatro Asclepigenia del que es maestro concertador y director musical. Perteneció a la primera Junta Directiva de la Agrupación Literaria Amigos de don Juan Valera junto a D. Ángel Cruz Rueda, D. Juan Soca, D. Enrique Cabello y D. Alfonso Santiago y fue promotor artístico y maestro de la desaparecida Banda de Música del Ave María durante toda la existencia de la misma.
El 8 de junio de 1926 revalida la carrera de profesor de violín en el Conservatorio de Córdoba en una única convocatoria obteniendo el título que le es entregado en un homenaje celebrado el 21 de noviembre de 1926.
Dirigió muchos años la Capilla Egabrense de Música Sacra así como el Coro de Hijas de María, cargo que heredó de su maestro don José Leandro Pascual. Su última dirección de la Banda tuvo lugar el domingo 23 de noviembre de 1952, en el homenaje que con motivo de su jubilación le dedicaron las autoridades y músicos egabrenses. Su última actuación como músico, a los 79 años fue en el coro de la Parroquia de los Remedios, un Martes Santo. Murió el 29 de marzo de 1959, madrugada del Domingo de Resurrección.
Entre sus obras más conocidas destacan: Oración a María, Habanera Mª Teresa, Pasacalles Cofradías Egabrenses, Himno de las Romerías, Pasodoble Pepita Jiménez e incontable música de Capilla para Cultos Religiosos.
De él diría don Ángel Cruz Rueda:
“El Maestro D. Francisco Moral ha sido constantemente modelo de ciudadanos buenos…. Fue siempre trabajador; en su humildad, de que no hizo alarde,… laboró por España en la medida de sus fuerzas, que es tanto como contribuir a su engrandecimiento, y consiguió en Cabra y fuera de Cabra, triunfos que se recuerdan y que no dejarán de recordarse si somos, como somos, agradecidos.”
Don Juan Soca, le dedica estas palabras:
“Como fundador y mantenedor del Centro Filarmónico, como director de la Banda de Música Municipal; como autor de muy estimadas producciones; como maestro de varias generaciones de educandos, la obra artística de don Francisco Moral merece el estudio, reflexión y gratitud de todos… Su ilustre nombre debe ir vinculado al del Centro Filarmónico…” Juan Soca
Y don Eduardo Soca : ”Su batuta nos ha despertado en la mañana en fiesta, en el concierto, en la alegría bullanguera como en el recuerdo sentimental y nos habla de cosas pasadas como presentes, de niños, mayores y viejos”
Toda una vida dedicada a la música y toda una vida dedicada a servir a su pueblo y a sus gentes dando muestras de una honradez, integridad y entrega reconocidas por todos los que le conocieron.
Su nieta.
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