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¡QUÉ “BANDA” SINFÓNICA!
04.06.09 MÚSICA CLÁSICA - Escrito por: Rafael Nieto López
 Después de los fastos conmemorativos del Centenario de la muerte de Isaac Albéniz, el Conservatorio E. de Música “Isaac Albéniz” de CABRA nos tenía guardada todavía una tarta de postre, para finalizar el curso académico 2008-09.
En el Teatro Municipal “El Jardinito” se nos sirvió la tarta, ayer 3 de junio, a las 20:30 horas con muchísimos “comensales”. Fue un Concierto de la Banda Sinfónica del Conservatorio Superior de Música “Rafael Orozco” de nuestra capital, compuesta por alumnos de Grado Superior de diversos instrumentos y diversas procedencias, entre ellas alumnos egabrenses. Su director, Bernardo Zagalaz Lijarcio, Catedrático de Saxofón, nos ofreció una actuación sorpresiva, pues la banda a sus órdenes, no sonaba a la clásica banda, era otra cosa. Me quedé impresionado por lo que no esperaba y así todos los que allí hubimos.
Una pantalla informativa de las obras, compositores, argumentos etc., colocada a la izquierda del escenario, sirvió como un complemento extraordinario con sus proyecciones, a este magnífico concierto, que podemos decir casi inesperado, pues hubo muchos aficionados que no se enteraron del mismo, pero no obstante y a pesar de ello el teatro rozó casi el lleno.
El concierto, de dos partes, comenzó con George Gershwing (1898-1937) compositor estadounidense autodidacta, del que oímos su OBERTURA CUBANA, que nos hizo con su ritmo casi danzar en las butacas de la sala. Gershwin supo reflejar la música americana en sus creaciones siendo obras famosas suyas la pieza sinfónica Un americano en Paris, llevada al cine y la ópera Porgy and Bess, que refleja la vida de una comunidad negra en EE.UU. La banda ya en su primera actuación nos entusiasmó y los solistas saludaron a indicación del director. Muchos aplausos.
La bellísima VERBENA DE LA PALOMA de Tomás Bretón, en una Fantasía perfectamente arreglada para banda por Mariano San Miguel, nos hizo rememorar tiempos pasados, sobre todo a los mayores. Qué bien la llevó Zagalaz, qué magnífica flautista, qué buen trompeta, qué buenos intérpretes (son alumnos cualificados del conservatorio cordobés). Cómo gustó.
“Wel come to fabulous. LAS VEGAS. NEVADA”. Así decía el cartel de la pantalla ubicada a la izquierda del escenario. Y se oyó lo moderno, la música contemporánea, aunque muy melódica. GODZILLA SE COME LAS VEGAS, del compositor americano Eric Whitacre, (1970). Obra muy descriptiva de una situación de pánico, creada en la ciudad de Las Vegas, en el desierto de Nevada, por la aparición de un monstruo terrorífico que quería “comerse” (destruir) la ciudad de la diversión. Comienza los claves (percusión) imitando el “morse” que transmite la señal del peligro que se avecina, y la banda hace de todo, palmas (fiesta o alegría), chillidos (de miedo), las trompas (aullidos del monstruo), golpes de pies imitando la marcha del ejército que busca destruir a Godzilla, también se oyen unos compases del Concierto de Piano de Rachmaninov, en fin, una actuación impresionante de la banda-orquesta junto con la participación importantísima de los servidores de la percusión. El monstruo se enamora de una bella Esfinge quedando embrujado, como estábamos todo el público. Cuando todos creen han muerto Godzilla, la obra termina con el sonido de las trompas característico del monstruo. Godzilla vive. Destaco entre los solistas, el saxo, el clarinete y los trombones. Muchísimas palmas rubricaron esta actuación de lujo.
Tras el descanso comenzó la 2ª parte con el compositor inglés Gustav Holst (1874-1934), conocido por “Los planetas” del que escuchamos PRIMERA SUITE PARA BANDA MILITAR EN MI BEMOL, con tres tiempos. I Chaconne. Qué bien sonaba, que delicadeza de clarinetes. No parecía una banda. II Intermezzo. Una melodía muy alegre en la que todos los instrumentos participaban como solistas destacando el clarinete y las tres mujeres chelistas. III Marcha. En efecto se “ven” los militares ingleses desfilando, sonando los saxos en los graves muy bien y todo el conjunto orquestal.
Y por último del joven compositor belga Bert Appermont (1973), su SAGA CANDIDA con 7 movimientos. I Opening. El corno inglés se oye al comienzo, siguiendo con un motete religioso “Miserere mei” cantado por los músicos. Adagio. II Accusations. Allegro. Dúo más lento del corno inglés y del fagot, servido por una esbelta chica que ofrecía un bella estampa con el alargado instrumento. III Innocence (Love) un andante expresivo. IV Tango, rítmico, con castañuelas. Y otra vez el motete. V Sabbath, también rítmico. Lucimiento del clarinete solista con las coloraturas. VI Death, movimiento más lento y triste en su melodía, como corresponde a su nombre, con los chelos y contrabajos. VII Transformation (Finale). El público aplaudió con fuerza estas dos obras de la 2ª parte y por ello como bis escuchamos la rapidísima DANZA DEL SABLE del Ballet Gayaneh de Aran Jatchaturian. El público en pié premió con palmas, bravos y silbidos (que ahora significa buen hacer) a estos jóvenes que bajo la batuta de su director Bernardo Zagalaz (que tuvo que salir varias veces a saludar), nos ofrecieron otra noche grande en Cabra.
Aconsejo su visión por la tele local al aficionado que no pudiese estar en El Jardinito.
Este concierto ha contado con el patrocinio de la Delegación de Cultura del Iltmo. Ayuntamiento.
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