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“ESPLENDOR PARA LA DECADENCIA”
16.04.2008 - Escrito por: José Peña González
La decadencia de la monarquía española era ya evidente durante el reinado de Felipe IV, el rey que ordena levantar el palacio del Buen Retiro el año 1630. Del mismo, solo ha sobrevivido el Cason que ha tenido una existencia muy agitada cuan variada desde entonces a nuestros días. Hoy el Cason esta destinado a ser el Centro de Estudios del Museo del Prado y para celebrar su apertura ha organizado una exposición monográfica dedicada al artista Luca Giordano, mas conocido en España como Lucas Jordán, autor de la famosa bóveda dedicada a la Apoteosis de la monarquía Española.
La bóveda ha sido restaurada y pone a disposición del espectador la técnica del fresco como elemento clave para interpretar el sentido técnico de las pinturas murales que lleva a cabo el artista napolitano.
Giordano es el artista llamado a la Corte por el Rey Carlos II, el último monarca de la Casa de Austria, para decorar el desaparecido dormitorio del palacio de Aranjuez, la sacristía de la catedral de Toledo y la Iglesia de San Antonio de los Portugueses, también llamada de los Alemanes y restaurada hace poco mas de tres lustros. Pero sobre todo ello es el autor de la bóveda con la que pretende dejar una prueba estética de la grandeza de España, de la inmensidad de su imperio, en el que no se ponía el sol según el socorrido y veraz estribillo y especialmente la fundación de la orden del Toison de Oro y el triunfo del catolicismo sobre la herejía protestante. Estamos pues ante una obra que a sus recursos estéticos incorpora el mensaje ideológico político. Es ni mas ni me nos que una manifestación del espíritu del barroco con el que España se siente tan identificada. La España de los Austrias menores necesita un pintor de cámara que traslade a los demás la decadente grandeza de lo que se llamó por Spengler el “siglo español”. Es decir una centuria que se abre con Colon y se cierra con Cervantes. De 1492 y el descubrimiento americano a la publicación de la primera parte del Quijote en 1605. A partir de aquí la gran potencia pasa a ser una segundona en el contexto internacional especialmente tras la derrota de Rocroy. Al rey Carlos II le tocara poner fin con su vida y la extinción de su linaje, a este capitulo de la historia patria. La llegada de una nueva dinastía encabezada por Felipe V acaba con este modelo estético, y el napolitano se marcha a su patria con la llegada de la nueva dinastía.
Este espléndido artista es uno de los grandes del barroco italiano. Había nacido en la capital napolitana el año 1634 y allí regresa el 1702 para morir el 1705. España vive la tragedia de la guerra de sucesión al trono hispánico y el autor de la apoteosis de la monarquía cuyos restos de disputan Austria y Francia con la inevitable interferencia británica, muere en su tierra dejando una obra ingente y una impresionante fortuna.
El gran Giordano permanece diez años en España y tardó dos años en decorar la bóveda del Cason, de 1696-97. Cuando termina su trabajo del Rey Carlos puede engañarse sobre la grandeza de su reinado contemplando la pintura mural de Giordano. Algún crítico ha dicho del tanden Carlos –Giordano que es el equivalente al de Felipe IV-Velázquez, salvando las distancias.
La antológica se reparte en seis salas, más el Salón Central o Salón de Embajadores bajo cuya cúpula se pinta la Apoteosis. Una sala séptima recoge la historia del Museo de Reproducciones Artísticas inaugurado `por iniciativa de D. Antonio Canovas del Castillo el año 1879. Tras diversas vicisitudes el año 1971 se transforma en sede permanente de la pintura española del diecinueve y en 1981 acoge el Guernica picassiano traído desde el MOMA y presentado en el salón de Embajadores protegido por un cristal antibalas y con la constante presencia de dos guardias civiles con su correspondiente tricornio. Esta foto es uno de los iconos plásticos de la transición española. Conviene reflexionar sobre ella para entender el fenómeno transicional.
La exposición consta de 75 piezas de las cuales 56 son de la autoría del napolitano. Entre ellas destaca la serie de los filósofos y estudios mitológicos. Al lado pintura religiosa en la que es fácilmente observable la influencia de Ribera. Retratos de Carlos II al óleo y de su esposa Maria Ana de Neoburgo, su autorretrato donde aparece el artista con gafas o escenas bíblicas como el beso de Judas o el sacrificio de Abraham. Al lado pinturas españolas de Meléndez y Palomino que pueden considerarse alumnos y siempre admiradores de la facilidad técnica de un artista al que todos reconocían su capacidad para imitar los grandes pintores del renacimiento como las dos Sagradas familias imitando a Rafael que se muestran en la exposición.
La muestra antológica estará abierta hasta el día 4 de mayo en unas jornadas de puertas abiertas. Después pasara a ser el Centro de Estudios del Museo del Prado.
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