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Equipo de gobierno
27.01.2007 - Escrito por: José M. Jiménez Migueles
Pongámonos en escena. Mítico estadio de Old Trafford, sede del aún más mítico equipo Manchester United. Por supuesto, en Inglaterra, donde el fútbol es mucho más que fútbol, mucho más que un deporte cualquiera.
Este estadio, conocido como “El Teatro de los Sueños” gracias a Bobby Charlton, ha vivido episodios de grandeza, pero también de pesar. Y mucho. Ya en la II Guerra Mundial fue destrozado por las bombas, y pocos años después vio impotente cómo muchos de sus jugadores morían en un desplazamiento aéreo. Vieron cómo morían defendiendo los colores de tan noble equipo.
Asociación deportiva más que ejemplar, es uno de los clubs más laureados de la historia balompédica de Inglaterra, que no es poca, por cierto. Y además, su entrenador, Sir Alex Ferguson, lleva ya más de 22 años ocupando la plaza de mayor responsabilidad deportiva que tiene cualquier equipo de fútbol. Todo un logro digno de analizar hoy día.
A lo que iba. Este equipo tiene una regla fundamental sobre relaciones humanas que ayer publicaba el Diario Marca en su contraportada. Máximas ejemplares, propias de un club ejemplar. A saber:
Las 6 palabras más importantes: “Admito que he cometido un error”
Las 5 palabras más importantes: “Has hecho un buen trabajo”
Las 4 palabras más importantes: “¿Cuál es tu opinión?
Las 3 palabras más importantes: “Si le parece”
Las 2 palabras mas importantes: “Muchas gracias”
La única más importante: “Nosotros”
La menos importante “Yo”
Lógicamente, estas normas de conducta pueden ser aplicadas por cualquier equipo. Pero no cabe duda que el Manchester United quizás sea uno de los que mejor llevan a la práctica las mismas. Un equipo grande, un estadio mítico, una afición increíble, unas normas de conducta ejemplares. Manchester United FC, todo un ejemplo a seguir.
Y es ahora cuando toca extrapolar este caso a otro tipo de equipos, los de gobierno. Aunque sea al equipo de gobierno de nuestra ciudad, que también lo tenemos. La verdad, desconozco de qué tipo es la relación que mantienen entre ellos mismos, y desconozco, por supuesto, la relación que pudieran tener dentro de pocos meses, cuando las próximas elecciones municipales dibujen el color político de nuestra Casa Consistorial para los próximos cuatro años.
Lo que si parece claro es que seguir estas normas, esta forma de trabajar de un equipo, repito, aunque sea político, es positiva. Y es que admitir los errores, premiar los aciertos, pedir opinión a todos los miembros del mismo, eliminar el despotismo, agradecer todo tipo de ayuda, pedirla, y trabajar siempre por el bien común más que por el propio parecen unas máximas fundamentales que, bien aplicadas, seguro que ocasionan un mejor funcionamiento de todos los órganos competentes de nuestro querido Ayuntamiento.
Porque, al fin y al cabo, las relaciones personales, las formas de conducta, el correcto trato y comportamiento para con los demás son vitales a la hora de encabezar un equipo que, aunque no sea elegido mayoritariamente por los egabrenses, no cabe la menor duda que representa a todos y cada uno de los mismos.
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