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El Rocío de la Fe desde dentro
21.11.13 - Escrito por: Manuel Molina Jiménez
Hemos vivido este fin de semana pasado un acontecimiento único en los anales del Rocío. Se le ha denominado El Rocío de la Fe. Pero ¿como surge esto?. Hace casi un año la Hdad del Rocío de Córdoba nos comunica la posibilidad de juntarnos las cinco hermandades de la Diócesis en Córdoba con motivo del Año de la Fe. Cuando se nos planteo esta actividad pensamos en que sería como aquellas otras veces en que las hermandades de Córdoba nos juntábamos una vez al año en cada una de las sedes canónicas. Pero no iba a ser así. Tendríamos que llevar también la carreta del Simpecado pues habría una magna procesión. Al principio no lo veíamos muy claro y no estábamos todos de acuerdo puesto que aquello iba a suponer un gasto adicional a la hermandad. Conforme pasaba el tiempo esa idea iba tomando forma. En el Rocío del pasado año se decidió llevarla cabo por todas las hermandades en una reunión mantenida el domingo de Pentecostés tras la misa del Real. Parece que el Espíritu nos iluminó para darle forma a aquella idea un tanto descabellada.
Muchas han sido las reuniones mantenidas hasta la celebración del más grande acontecimiento rociero celebrado en nuestra diócesis. Hay que destacar que desde que la idea se le propuso al obispado no hemos recibido más que apoyo por parte de las autoridades eclesiásticas.
Y después los preparativos que han sido muchos como podréis imaginar llegó el gran día.
El viernes 15 a las siete de la tarde llegaba a la Parroquia de la Trinidad el Simpecado de nuestra querida hermandad de Cabra. Su párroco nuestro paisano y amigo Jose Juán J. Güeto nos recibía en la puerta con un abrazo cordial y nos invita a pasar a una de las más importantes parroquias de Córdoba. Nos reciben hermanos de las hermandades de la Santa Faz y del Viacrucis y otros feligreses que como si fueran parte de nuestra propia hermandad se pusieron enseguida a montar un precioso altar para la Madre de Dios la Virgen del Rocío. Nos ofrecieron todo lo necesario para que quedara lo más digno posible. Como disfrutó Jose Juan cuando vio la bandera de su querida Virgen de la Sierra presidiendo el altar junto al Simpecado de Ntra Señora, noté como sus ojos resplandecían y se me abrazaba emocionado. Más tarde tuvimos que marchar para ver el espectáculo ecuestre programado para tal evento en las Caballerizas Reales. Este precioso espectáculo estaba presidido por las cinco carretas de las hermandades ya adornadas con el exorno floral, Destacaba de una manera especial la de Cabra. Nos habíamos esmerado mucho en el arreglo floral, como siempre lo hacemos , pero esta vez tenía que ser algo distinto. No era la romería, era la celebración de la Fe rociera, de la fe en la Madre de Dios y en su divino Patorcillo. No , no podía ser igual. Y quien mejor que nuestro querido amigo Manolo Herrero para esto. El ha adornado la carreta muchas veces y sabe perfectamente lo que le va bien, pero esta vez eligió la combinación perfecta, orquídeas, rosas, dandrobios, rosas de pitiminí, y otros tipos de flores preciosas dentro de la gama de color rosa y malva perfectamente combinados. A este arreglo contribuyo también otro gran artista del adorno floral como es nuestro hermano Manolo Chacón. El resultado queda manifiesto en las miles de fotografías que se realizaron. Nuestra carreta causó admiración.
Amanecía el sábado un día luminoso pero bastante frío, no importaba nuestros corazones estaban ardiendo. A la una del mediodía comenzaba en la Trinidad un acto religioso consistente en una liturgia de la palabra y unos comentarios por parte del Parroco y de D. Francisco Caballero que se desplazó para asistir como consiliario de la Hdad al evento. Participamos la Hdad de Cabra y la de Priego que se alojaba en la iglesia de San Roque perteneciente a la misma parroquia. Al finalizar el acto donde intervinimos con nuestros cantos, ocurrió algo de aquellos imprevistos que nos deparaba la jornada y que no sabes de que manera pasa. Jose Juan llama desde el altar a un joven que iba sentado en una silla de ruedas y que tiene una enfermedad degenerativa. El joven se llama Curro y es un enamorado del mundo de las hermandades. Días antes bromeaba nuestro paisano con él diciéndole que iba a visitar la parroquia una hermandad de la que no era hermano, cual no fue su sorpresa cuando nuestro consiliario y Jose Juan junto conmigo le impusimos la medalla de Cabra. Los ojos se le iluminaron y una leve sonrisa se dibujo en su cara, empezaban a verse los efectos del Rocio de la FE.
A partir de entonces una multitud de emociones nos invadirían por todo el recorrido desde la Trinidad a la Catedral, nuestros cantos , las miradas , nuestro alcalde y sus dos concejales, el saludo afectuoso de mi primo Adolfo, las representaciones de hermandades a las que le estamos eternamente agradecidos, el estandarte precioso de nuestra patrona, la enorme alegría que manifestaba nuestro consiliario D.Francisco al ver a la hermandad con esa ánimo con la que cantaba a la Virgen, la entrada en la Catedral, el acompañamiento de la escuela de piteros de Jaén que junto con nuestro Kico pusieron la mejor apertura de la comitiva. Y después el Pontifical que se pudo ver por ATV y la procesión magna.
Nuestra capital se volcaba con sus hermandades rocieras casi quince altares se montaron por distintas hermandades en el recorrido para culminar en un gigantesco altar en las Tendillas montado por la Agrupación de hermandades de Córdoba. Verdaderamente fue un sueño que jamás pudimos imaginar.
Podríamos continuar pero pienso que los reportajes fotográficos publicados en distintos medios y en las redes sociales hablan por si solos. Muchísimas gracias a todas aquellas personas que lo han hecho posible.
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