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PECADOS CAPITALES: ELECCIONES
UNA SECCIÓN DE JOSÉ M. VALLE PORRAS - Escrito por:
Sé que la mayoría de ustedes ya tiene su voto decidido y bien atado, en espera tan sólo de depositarlo en la urna correspondiente el día establecido. Y, sin embargo, espero que se atrevan a perder una parte de su tiempo leyendo unas torpes pero bienintencionadas reflexiones realizadas por quien esto escribe. A la postre, acaso ellas me sirvan para terminar de decidir mi voto.
Pareciera llegada la hora decisiva en la que todo puede ocurrir, en la que cualquier cosa puede cambiar por voluntad soberana. Y sin embargo… Mucho está empeorando la situación económica de nos, las clases bajas, y parece que poco influirá en semejante problema el resultado de estas elecciones. Y ahora no me apedreéis porque diga lo que veo, ya que si yerro será porque vea mal, así que no me busquéis las gafas rojas o las azules. Creo que ya somos demasiado grandes para jugar a esas batallitas. Pero voy al grano…
El presidente Zapatero no se baja del árbol del superávit y de las grandes cifras de crecimiento económico. Solbes no le va a la zaga e insinúa que la inflación es cosa nuestra, los enemigos españoles del “homo oeconomicus” que no sabemos apreciar el valor del dinero que dejamos en propinas. De todas formas creo que Solbes no alcanza el viejo sofisma de Rodrigo Rato, en virtud del cual quiso convencernos de que el encarecimiento de los pisos no era tal mientras los tipos de interés se mantuviesen bajos y pudiésemos cumplir con nuestras dilatadas hipotecas. Casi nos convence, hasta que su sucesor Solbes declara en una entrevista que la subida de los intereses es problema de quienes eligieron una hipoteca a interés variable y no fijo (¿será porque no tenían medios para otra?). Casi me quedo con Rato, que aunque tampoco quería ver las cosas, al menos no nos hacía cargar con la exclusiva responsabilidad.
¿Desempleo? Es sólo coyuntural. ¿Crisis económica? Ese es un tema antipatriótico. ¿Ruptura de España? Por favor, no seamos alarmistas. ¿Inflación? Eso se debe al petróleo. Bueno, vale, aunque dejemos de lado la vivienda y los alimentos, digamos que es por el petróleo, que es por una cuestión internacional, pero entonces, ¿por qué no promovemos algo más que el diálogo de civilizaciones? ¿Por qué no proponemos un gobierno internacional que controle la economía globalizada? Lo lamentable es que, gane quien gane en estas elecciones, poco podrá cambiar. Las grandes líneas de la política socioeconómica son idénticas para socialistas y populares. ¿O es que pretendemos ver algo radical en la diferencia terminológica entre matrimonio y unión civil? ¿O es que Zapatero ha llevado a cabo en estos años una intensa labor de construcción de viviendas de protección oficial para satisfacer ese deteriorado derecho constitucional? Cuando Rajoy afirma que él llevaría a cabo políticas tan socialistas como las de Zapatero, lo triste es que tiene razón…
No sé qué votarán ustedes. Mi problema es que tampoco sé qué merece la pena votar.
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