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Indumentaria e iconografía de la Virgen de la Sierra
05.10.13 - Escrito por: Antonio R. Jiménez
Contemplamos hoy la imagen de Nuestra Señora de la Sierra en la parroquia de la Asunción, preparada para su regreso al Santuario que tendrá lugar en el amanecer del domingo 6 de octubre. Y su estampa nos ofrece una indumentaria que nos recuerda, con gran similitud, la que se presenta en un antiguo óleo del siglo XVIII, que conserva la Real Archicofradía. Podría ser el mismo manto, o es muy similar, el que se nos presenta en aquel lienzo y el que vemos hoy en la parroquia.
La pintura, que hoy se conserva enmarcada en una cornucopia dorada que realizó Miguel Arjona, representa a la Virgen de la Sierra vestida con manto y saya amarillos, con brocados vegetales y alguna flor en tonos dorados, rosados y violáceos; con encaje plateado alrededor, dejando a la vista tanto el cuello como los puños con un blanco muy luminoso. Rodean a la imagen ángeles y arcángeles, dos de ellos coronándola. El fondo deja ver un retablo si bien destaca sobre todo un fondo rojo elaborado con paños aterciopelados. Aunque no hay más datos al respecto, la pintura pudo ser el tondo central de un antiguo estandarte de la Real Archicofradía y es quizá, una de las más antiguas que se conservan en Cabra.
Lo curioso es que la Virgen de la Sierra aparece hoy ataviada con una indumentaria que nos inclinamos a decir que si no es la misma, es muy parecida; al menos en lo que a la saya respecta se intuyen los mismos bordados, con ligeras variaciones en los roleos vegetales decorativos en el manto. En este sábado, el Niño viste con tonos idénticos a los ropajes de la Virgen, si bien en el lienzo a que nos referimos, está revestido con una ropa en tonos carmesí.
Hay otra curiosidad que nos puede llamar la atención en la tarde de este sábado de vísperas de la subida cuando veamos a la Virgen de la Sierra en su altar. Se trata de una nueva imagen de San Agustín, obispo de Hipona, fundador y Doctor de la Iglesia, que ha realizado por encargo de la Real Archicofradía José Antonio Cabello, siendo la primera de un conjunto de imágenes que quedarán colocadas en las hornacinas del Santuario, recuperando así las que en su día tuvieron los retablos del templo del Picacho que guarda a nuestra Patrona durante todo el año en la Sierra. No es la primera vez que podemos ver a San Agustín junto a nuestra Patrona.
Además de las referencias que aluden a dicha representación en el Santuario, hay también un antiguo lienzo, esta vez conservado en la sacristía de la parroquia de la Asunción de Priego. Fechado en 1751 fue donado por un clérigo de la vecina localidad, Manuel Agustín Ximénez de Cañete, para dar gracias a la Virgen de la Sierra por un "milagro que su magestad hizo conmigo en su santa casa" y que provocó la "cordial devoción que tengo a dicha soberana imagen de Nuestra Señora", según se puede leer en el testamento del donante, fechado en Priego el 12 de febrero de 1764 y que dispone sobre el cuadro que encargó trece años antes.
Lo curioso es que al ver una fotografía de la Virgen de la Sierra y a su lado la imagen de San Agustín y al ver también el vestido que lleva la imagen, me recordaron aquellos cuadros, relacionando nuevamente la indumentaria e iconografía dieciochesca que hoy presenta la imagen de la Celestial Viajera dispuesta para su subida al Santuario.
Historia, arte y devoción se unen así en los siglos que contemplan la veneración a la Virgen a través de tan milagrosa imagen de Nuestra Señora de la Sierra.
Aprovechamos también estas líneas para felicitar a su vestidor, José Luis Osuna, por el trabajo que realiza, presentando a la Virgen de la Sierra espléndida, junto al equipo de camareras y Junta de Gobierno de la Real Archicofradía.
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