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Del pasado día de Reyes
08.02.18 - Escrito por: Manuel Guerrero Cabrera
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) había previsto lluvia para el 5 de enero, motivo por el que algunas poblaciones habían decidido adelantar la cabalgata al despejado 4 de enero.
Suficiente fue esta situación para que las redes se dividieran entre quienes estaban a favor o en contra y empleo el verbo dividir por no utilizar «descalificar». A mí este asunto me daba igual, porque tal como está el tiempo no se sabe si va a llover casi hasta el día de antes. Mi deseo era que no lloviera, porque quería ver la cabalgata con mi hija, que ya tiene edad para fascinarse por las carrozas, pero no estaba convencido de que adelantarla al día 4 hubiera sido una buena solución, porque el 5 era laboral y porque la magia de esa noche ya no tendría tanto sentido. Puede que decir «magia» en un adulto suene a estupidez, pero yo creo en ella en noches como la de Reyes, Nochevieja o la que inaugura las vacaciones.
Como indicaba más arriba, las redes sacaban lo peor de cada persona para echarse unas contra otras por una decisión que no les concernían y que, al no ser del gusto de una de las partes, despreciaban la labor de todo un año. Si en Priego decidieron adelantar la cabalgata al 4, hubiera ido a verla, claro, porque entiendo el temor a perder todo un año de trabajo; si en Cabra y Lucena tomaron la decisión de mantenerla el día 5, también hubiera ido a verla, sin dudarlo, porque era la Noche de Reyes; si hubiera llovido y no hubiera habido cabalgata en estas localidades, no hubiera pasado nada, porque la decisión era de cada organismo que tiene competencias para ello, competencia incuestionable después de todo un año preparándola.
Seamos más tolerantes con las opiniones contrarias y pensemos en que, ante una situación de este tipo, quienes organizan necesitan ayuda y no menosprecio u óbices a su labor.
¿Que cuál fui yo a ver en verdad? Ninguna. Pillé una gripe de tal calibre el 5 de enero al mediodía que estuve en cama 24 horas. Aun así, cuando pude levantarme al día siguiente, los Reyes me habían dejado algunos regalos.
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