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Hace 100 años se fundó la Romería de las Promesas
14.08.13 - Escrito por: Redacción
El número 74 de La Opinión, de fecha 17 de agosto de 1913, publicaba a dos columnas, en primera página, un artículo titulado Gran Romería de las Promesas. Se iniciaba así la historia de esta Romería, actualmente conocida como Votos y Promesas, que ya tenía lugar en siglos pasados pero que gracias al impulso de Manuel Mora y Aguilar (fundador de La Opinión) cobraba nuevos bríos hace un siglo. Al inicio de los actos de la Romería que tienen lugar esta tarde del 14 de agosto en el Santuario de nuestra Patrona, publicamos el texto íntegro de ese artículo y una reproducción de la página.
El Santuario de la Sierra. GRAN ROMERÍA DE LAS PROMESAS
A fin de que los devotos de la excelsa Patrona María Santísima de la Sierra puedan cumplir las promesas en el Santuario tradicional ante la Virgen bendita, la junta directiva de la Cofradía, ha acordado celebrar en el picacho una solemne fiesta religiosa, el domingo 24 del actual.
La Iglesia, la casa hospedería y habitaciones han sido escrupulosamente reparadas de orden de la junta, dejándolas dispuestas para recibir a los devotos que de todas partes llegarán, a expresar su reconocimiento por los favores recibidos a la Imagen venerada.
El aspecto del edificio, blanco como la nieve, es hermoso, interesante, superior a toda ponderación.
En la colosal altura, parece un bellón más, una vaporosa nube que el viento empuja hacia aquel pedacito de gloria.
La limpieza, exagerada; el decorado del templo, vistoso y sencillo, y la tonalidad general, alegre, artística y de gusto depurado.
Muy bien, por las iniciativas de la celosa junta directiva, y aplausos entusiastas, a los devotos que tan eficazmente colaboran y le ayudan.
Merece capítulo aparte que, con gusto dedicamos, el acierto con que ha sido alhajada la iglesia.
Avaloran tan meritoria labor, la restauración completa de las imágenes de los altares, llevada a cabo por el fervoroso presbítero P. Pedrosa, que la ha costeado.
En los rudos trabajos que el virtuoso sacerdote ha llevado a cabo durante doce días consecutivos, resplandece, el gusto artístico; relevante aptitud y un acendrado amor a la Patrona.
El padre Pedrosa ha sido auxiliado, entre otros, por un ardoroso devoto, cuyo nombre hemos también de consignar con cariñoso respeto.
Nos referimos a d. Rafael Sabariego y Pastor, que ha restaurado a sus espensas, el primoroso altar de san Pedro, dejándole brillantemente terminado.
Es, quizá, el altar más bonito de la ermita y llamará justamente la atención: entre la brillantez de los dorados y pureza de barnices y pinturas, aparecer majestuosa y espendente la venerable figura del Santo.
También trabajó allí gratuitamente auxiliando al P. Pedrosa, el sacristán de la parroquia de Santo Domingo de Guzmán, don José Pastor Luque, que ha modelado un perro con exquisita perfección.
Nuestros aplausos a la Junta directiva de la Cofradía por la atinada orientación que imprime a la marcha de la misma; al P. Pedrosa y devotos fervorosos don Rafael Pastor Luque y a cuantos contribuyen al resurgir de más costumbres que, elevando el rango de la Patrona a los que en otros tiempos, fue, llenan el alma de las más halagüeñas esperanzas.
La Opinión, Año II núm. 74, Cabra 17 de agosto de 1913.
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