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Pedro Sánchez. Los artículos que pudieron ser y no fueron
12.11.16 - Escrito por: Rafa Linero
Ha pasado mucho desde mi último artículo, pero durante este tiempo ciertos temas han estado llamando a mi casa proponiéndome que escribiera sobre ellos.
A algunos ni siquiera les abrí la puerta y con otros me senté a tomar un café, pero resultaron ser tan malos conversadores como yo mismo y se fueron por donde habían venido. Así, estuve tentado de hablar sobre un poema que se borra tras ser leído, sobre cómo Gabriel García Márquez fue espiado por el FBI o sobre el misterio del arma de fuego que los cosmonautas rusos llevaban al espacio. Quizás algún día leyendo un periódico me encuentre con alguno de esos artículos con la firma de otro.
El pasado mes de octubre nos dejó la caída (más bien empujón) del secretario general del PSOE, unos hechos lamentables con aspiración de tragedia griega pero con cuerpo de chapuza nacional y decidí aventurarme de nuevo. Sin embargo, estar desentrenado en esto de ordenar palabras de cierta forma para que otros las lean, hizo que empezara varios artículos sobre Pedro Sánchez sin que ninguno llegara a pasar de borrador.
El primero lo comencé citando el cuento de Borges Tres versiones de Judas, donde un filósofo descubre que el papel de Judas en el Plan Divino no era el de un mero traidor, sino el del verdadero Mesías. En mi artículo pensaba buscar una motivación menos infame en los actos de los conspiradores, que sería, o bien fortalecer la figura del líder del PSOE, ya que tendemos a solidarizarnos con las víctimas de las injusticias, o bien hacer que éste desapareciera momentáneamente de escena, para regresar sin mácula una vez que su partido se hubiera abstenido para permitir el acceso al gobierno del PP. El título hubiera sido Tres versiones de Pedro Sánchez, pero como no fui capaz de encontrar ninguna gota de altruismo en las acciones y motivaciones de los conspiradores, se quedó en idea.
El siguiente se hubiera titulado Pedro Sánchez, santo. En él convertía a cada protagonista de este golpe de estado en un santo patrón. Así, el propio Pedro Sánchez era el santo patrón de los que han sido traicionados por los suyos, Susana Díaz la santa patrona de los que afilan los puñales en la oscuridad, Antonio Hernando el santo patrón de los supervivientes de los naufragios, los que abandonan el barco junto a las ratas y Felipe González el santo patrón de los que anuncian que se van para luego sorprendernos saliendo de debajo de la cama con grandes voces y aspavientos. Como no conseguía imaginarme a nadie rezando a santos con tan pocas virtudes cristianas, tampoco terminé de redactarlo.
Y finalmente en otro artículo, El motín de Ferraz, comparaba todo lo ocurrido en el Congreso Federal del 1 de octubre y el ninguneo a la militancia del PSOE con un motín; añadiendo que en tiempo de hostilidades a los amotinados se les hace un consejo de guerra y se les ejecuta. Esta idea tampoco llegó a buen puerto y quedó amontonada junto a los otros intentos fallidos.
Finalmente me encontré con varios fragmentos, piezas de distintos puzzles que no encajan, preguntándome cómo hubiera sido componer un artículo completo, de la misma forma que muchos nos preguntamos cómo hubiera sido tener un gobierno de izquierdas. Quizás pase mucho tiempo hasta que haya una respuesta a esas dos preguntas.
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