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El violinista egabrense Carlos R. Martínez Arroyo en la presentación en Baena de la Orquesta SYSO
02.06.13 - Escrito por: Rafael Nieto López
Organizado por el Conservatorio Elemental de Música "Luis de Narváez" de Baena tuvo lugar el pasado 31 de mayo en el Teatro Liceo de la localidad hermana, dentro de las 23ª Jornada de Primavera, un Concierto de Presentación de la Orquesta SYSO-Southern Youth String Orchestra (Orquesta de Cuerda Juventud del Sur) cuyos componentes son alumnos del Conservatorio Profesional de Música "Maestro Chicano Muñoz" de Lucena, y otros pertenecientes a Conservatorios andaluces, así como algún que otro profesor, con la idea común de que: TODOS DISFRUTAMOS CON LA MÚSICA.
El adalid de esta aventura y Director Artístico de la Orquesta es el cordobés Domingo Escobar, Profesor de Violín del Conservatorio lucentino, con un currículo muy amplio del que saco que es Director de los Cursos Internacionales de Música que se vienen celebrando en el Hotel "Fuente de las Piedras" de Cabra en el mes de Febrero, habiendo sido este año el 3º de su celebración.
Llegadas las 20:30 horas, un público numeroso, incluidos egabrenses, ocupaba las butacas del Teatro Liceo y comenzó un Concierto "sui géneris" con el nacimiento de una orquesta denominada SYSO, en el que había DOS BATUTAS, dos directores, un director invitado llamado Néstor Lapuerta, argentino, que se había quedado sin su orquesta en una gira (su nombre verdadero es Miguel Herrador Medina) y había sido invitado por el "licenciado" Domingo Escobar a escuchar la suya. Siguiendo un guión fue el primero en aparecer en escena, que estaba vacía con solo los atriles para los músicos y un muñeco, "Tobías Lago", sentado inmóvil. Se "entretuvo" Néstor en dirigir (en plan cómico), ya que no se lo permitía el "licenciado" con la SYSO, y hacernos cantar a los presentes (al público) un canon de "alta calidad" que logró sonase (eso sí) y también nos contó una serie de anécdotas que hicieron reír a todos.
Tras su actuación fueron apareciendo en el escenario los componentes de la Orquesta SYSO, formada por una quincena de jóvenes (alguno más mayor), que entraron tocando sus instrumentos interpretando la melodía del canon, "dificilísima", DO-RE-MI-DO. Varios de ellos accedieron al escenario bajando las escaleras del patio de butacas entre los aplausos de los asistentes. Todo el guión se desarrolló en un tono humorístico incluidas incluso las zapatillas de colores que calzaban los músicos aunque vestían de riguroso negro, guión muy bien hecho, por cierto, del que disfrutamos. Miguel Herrador llevó las distintas presentaciones de obras en el concierto con un humor didáctico que fue muy bien acogido.
Néstor Lapuerta o Miguel Herrador, tanto monta ..., presentó a la orquesta diciendo cuales son los objetivos de la misma y también la primera obra a interpretar, el "Concierto para dos violines en la menor RV 512" con 3 mov., del músico del barroco tardío Antonio Vivaldi (1678-1741) el cura pelirrojo, que eran las dos cosas más significativas de Vivaldi, el ser sacerdote y el color de sus cabellos.
Anunció a los dos solistas: Jesús Molina, natural de Atarfe (Granada) con estudios terminados en el Conservatorio Superior "Victoria Eugenia" de Granada y a nuestro paisano Carlos R. Martínez, el chico de 14 años, que hicieron con gran perfección y suma delicadeza esta obra del barroco, que no es una de las más conocidas de Vivaldi, junto con una orquesta que sonaba bien y muy compacta. Los violinistas que la forman son alumnos de Domingo Escobar, que empuñaba la batuta y logró una buena calidad sonora. Hubo palmas por tres veces, al final de cada movimiento y los bravos finales.
La obra siguiente fue el "Vals triste" de Jean Sibelius (1865-1957) y fue presentada por el director, que imbuido por la comicidad que había introducido "el argentino" en el desarrollo del concierto, Escobar no dudó en darle también unas pinceladas de humor, necesarias por el tema de la obra, en el que aparece la muerte. Y para más "inri" el escenario estuvo en penumbra durante la exposición musical con unas proyecciones alusivas. ¡Qué bien sonaban los violines! Muchos aplausos.
De la conocida "Serenata para cuerdas en mi menor Op. 20" del inglés Edward Elgar (1857-1934) nos pusieron la parte I.Allegro piacevole, quizá la menos espectacular. La introdujo bien la viola. A mí siempre me recuerdan de Elgar su "Pompa y Circunstancia" y su Concierto de Chelo. La presentación la hizo Néstor sobre la biografía del músico.
Después pasamos a una obra del siglo XXI compuesta por el excelente pianista y compositor cordobés Santiago Báez (1982) (de la conocida familia de músicos de Córdoba de igual apellido), muy amigo de Domingo Escobar, que le pidió compusiese algo para este evento y tras una serie de peripecias le puso por nombre "Fokusca"s Journey" (El viaje de Fokusca). Es oíble y yo diría interesante. La orquesta la solventó muy bien y sonaba, sin disonancias. ¡Bravo! por mi parte.
¡Y "Sevilla"! De la "Suite Española" de Isaac Albéniz (1860-1909). La luminosidad de Sevilla se convirtió en oscuridad para visionar un vídeo de promoción del turismo de la capital andaluza. También la presentó Néstor, pero en plan serio e hizo un pequeño esbozo de la vida de Albéniz. Y en la oscuridad tocó la orquesta esta conocidísima pieza en la que varios alumnos de Domingo pusieron con el violín o la viola "su granito de arena" al decir cada uno un trozo de la obra muy bien.
Después "Tobías Lago" el muñeco que no se movió de su asiento en el escenario durante todo el concierto, "leyó" un poema, "Recuerdos", como un símbolo de la vida.
No hay concierto en que no aparezca Astor Piazzolla (1921-1992) y en este lo fue por partida doble. Escuchamos primero el famoso "Oblivion", que fue nominado para el premio Grammy. Esta pieza la dedicó Domingo a su amigo Manolo, "esperando no olvide este día". No sé el motivo pero creo es algo relativo a una viola. Domingo soltó la batuta y cogió el violín, que es su instrumento. Gustó mucho "Oblivion" por las palmas y silbidos que se oyeron.
"Adios Nonino" fue la obra que Piazzolla dedicó a su padre al morir. Obra triste por el motivo que desarrolla y fue interpretada con mucho sentimiento. A mí me gusta mucho.
Tras las muchas palmas y bravos vino un bis, pero no sólo de la orquesta sino que Miguel Herrador tomó el micro y demostró que también domina la canción y con el acompañamiento orquestal nos cantó "Un vestido y un amor" de Fito Páez.
En medio de grandes aplausos terminó esta noche del Teatro Liceo de Baena, en la que asistimos al "parto" de una nueva orquesta, la SYSO, que aunque con sede en Lucena participan en ella jóvenes y alguno menos joven (profesor-a) de toda la comarca (José Antonio Luque, profesor de contrabajo; Azahara Escobar, profesora de chelo; Tamara Manzaneque, profesora de viola).
Enhorabuena a todos y al artífice de ello Domingo Escobar, que se ha embarcado en la tarea de crear cultura musical, al que deseo toda suerte de éxitos.
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