El día 11 de abril de 1613, ante el escribano Pedro de Úbeda Montenegro, el maestro de cantería Luis González Bailén firmaría una escritura de obligación o contrato por el que se comprometía a realizar la actual portada del Instituto-Fundación Aguilar y Eslava, cuando entonces era propiedad del doctor Gerónimo Leyva, canónigo de la catedral de Sevilla.
La portada marmórea del Aguilar y Eslava, realizada en el llamado "jaspe de Cabra" es actualmente uno de los principales exponentes de arquitectura civil en piedra de nuestra ciudad y una de las obras más significativas de la aportación de los mármoles polícromos egabrenses al Barroco en Andalucía. Está considerada como una de las primeras manifestaciones, si no la primera, del uso de los mármoles polícromos en el Barroco Andaluz.
El profesor Antonio Moreno Hurtado en su artículo titulado: "La fachada del Instituto Aguilar y Eslava" (La Opinión, núm. 2.986 de 17 de abril. Cabra, 1986) daba a conocer su autoría, así como detalles y fechas de construcción.
El Archivo Histórico Provincial de Córdoba, en su apartado de Protocolos de Cabra, recoge los del escribano Pedro de Úbeda, entre los cuales se encuentra el núm. 1.794- Legajo, 5.358, que en sus folios 595 a 598 señala lo siguiente:
"(...) yo el dicho Luis González haré y fabricaré de piedra jaspe colorado y negro una portada y ventana para las casas principales que su Md. el dicho doctor Leyba tiene en esta Villa de Cabra".
Por la citada obra, González Bailén, cobraría la cantidad de 7.000 reales, 2.000 reales a la firma del citado contrato, otros 2.500 mediada la obra y el resto, 2.500 reales más, a su finalización. Y en ella emplearía escasamente cuatro meses:
"(...) de aquí a el día del mes de agosto primero que será deste presente año de myl y seiscientos y treze".
La portada del Aguilar y Eslava está realizada en el conocido "mármol rojo de Cabra", caliza nodulosa extraída de su Sierra, y en mármol o jaspe negro de la zona de Carcabuey-Rute. Sobria en su diseño es de vano adintelado con un orden de cuatro columnas pareadas y balcón superior con frontón partido y curvo flanqueado por blasones posteriores de la casa de Aguilar y que junto al remate de hornacina con la talla en piedra de la Inmaculada Concepción, son aportaciones realizadas en el año 1694 por la propia Fundación de Aguilar y Eslava, según diseño de Melchor de Aguirre.
En 1992, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía realizó tareas de consolidación arquitectónica y restauración.
La portada marmórea del Instituto-Fundación Aguilar y Eslava, es sin duda un elemento patrimonial muy destacable de nuestra Ciudad y el cuarto centenario de su construcción una efeméride que no debíamos pasar por alto.