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Sin Gobierno
25.02.16 - Escrito por: Araceli Granados Sancho
Ya sabe usted que los profesores vivimos muy bien: nuestras nómina, nuestras pagas; ah, y las vacaciones: muy importante. Esto último es un san benito que tenemos colgado, que no nos deja sentirnos orgullosos de lo que hacemos.
Pero en este colectivo también se toma mucho antidepresivo, ¿lo sabía usted? Un profesor llega a un centro nuevo, y cuanto haces unas pocas guardias con el compañero/a; te juntas con él unos recreos y te bebes una o dos cervezas fuera del centro, hay quien te dice que está tomando algún químico para poder soportar el trabajo, tan bueno que tenemos.
Y sí, estoy de acuerdo, es un buen trabajo. Si un profesor logra sacar a la mitad de sus alumnos adelante, aunque la otra mitad quede naufragando en el analfabetismo funcional y no funcional que existe, entonces lo mismo no tenemos que recurrir a los antidepresivos y nos sentimos satisfechos con lo que hacemos.
Los profesores tratamos con personas, en proceso de desarrollo y en periodos muy determinantes para su evolución posterior. Cuando cometemos un error, o no conseguimos algo sobre su formación acádemica , ya nunca podemos volver atrás. Ni nosotros ni los estudiantes pueden subsanar lo abortado.
Mi hermano hace proyectos de ingienería, y cuando comete errores pierde el cliente, a lo sumo. Pero el perjuicio recae sobre un resultado material , no sobre un niño/a o un chico/a que sólo puede avanzar nutriéndose de habilidades y actitudes, y conocimiento que no los vende el Mercadona. Hay que conseguirlos con esfuerzo, y de todos.
Los docentes (la mayoría creo) vamos a las aulas felices y contentos, y nos encontramos allí la pobreza y exclusión social, el abandono familiar, el mundo de la droga, y cualquier otro fenómeno destructivo en lo humano que usted quiera añadir. Y¿ le extraña a usted que tomemos antidepresivos?
Pero vivimos muy bien. De lo que nos costó llegar a la profesión, de eso no le comento nada. Piense usted lo que quiera. Confío en su juicio de lector.
Pero si le digo, que creyente o no, piense un momento, lo que siente un profesor con un niño delante mal alimentado, sin material escolar, con desfase importante en su formación, porque en su casa a esto no se le dan importancia. Y mucho más sentimental puede ser el asunto para uno,si tu madre y padre tuvieron otro perfil.
Esta es nuestra sociedad y sus resultados. Va a pensar usted que la mayoría de los estudiantes no están en esta situación.Si, yo también lo creo. Piense a continuación, cómo vamos a justificar cada caso en España que tenemos sumergido en esto que yo le he contado.
Y piense, en los profesores, que llegamos a sitios con casos así, y sentimos , el sinsentido de lo que jamás debería pasar en este país en el que usted vive sin gobierno en más de un camino.
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