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La Virgen de Araceli, la Misa del Campo Andaluz y el Maestro Moral León
07.05.13 - Escrito por: Rafael Nieto López
El pasado día 5, primer domingo de Mayo como manda la tradición, nuestro vecino pueblo LUCENA en el llamado DÍA DE LA VIRGEN, a las 11:30 horas de la mañana abarrotó el grandioso templo de la Plaza Nueva, San Mateo, para celebrar la Solemne Función Religiosa en honor de su Patrona María Santísima de Araceli, presidida y concelebrada por el Excmo. y Rvdo. Mons. Don Demetrio Fernández González, obispo de la diócesis de Córdoba, con varios sacerdotes de las parroquias lucentinas.
Junto al Alcalde de la ciudad D. Juan Pérez y Corporación Municipal, tomaron asiento diversas autoridades provinciales como el Subdelegado del Gobierno, D. Juan José Primo Jurado, la Presidenta de la Diputación Dª Mª Luisa Ceballos Casas, y locales, el Capitán de la Guardia Civil, Comisario de la Policía Nacional...así como la Aracelitana Mayor y Corte de Honor, Cofradía de la Virgen, filiales y representaciones de todas las cofradías locales.
La Virgen de Araceli en el altar mayor lucía sus mejores galas, en este día tan señalado para nuestro pueblo hermano y el templo en el que no cabían más flores, procedentes de la Ofrenda que le habían hecho sus devotos el día anterior, estaba resplandeciente.
Tras la llegada del Sr. Obispo, que fue recibido por el Vicario de la Campiña y Párroco de San Mateo, D. Jesús Poyato Varo, comenzó la celebración litúrgica, que contó en la parte musical con dos conjuntos locales de lujo, la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Profesional de Música "Maestro Chicano Muñoz" y la Coral Lucentina que interpretaron la Misa del Campo Andaluz del compositor lucentino Antonio Villa Álvarez de Sotomayor, así como otras obras de varios compositores foráneos.
La Orquesta Sinfónica del Conservatorio "Maestro Chicano Muñoz" está constituida por alumnos que cursan sus estudios profesionales de música en Lucena, procedentes de toda la comarca y bajo la batuta de Víctor Nájera Sánchez, Profesor de Orquesta de dicho conservatorio, hicieron un trabajo muy meritorio, son chicos y chicas jóvenes que ya dominan sus instrumentos y lograron un empaste y sonido dignos de formaciones de más fuste. Víctor Nájera, que ya lo he visto dirigir otras veces, "no dejó escapar una y tuvo a raya" tanto a los músicos como a los coralistas que también estaban bajo su mando.
La Coral Lucentina que ya es "cincuentona", pues nació en 1956, hizo su labor como si se tratase de un coro profesional y no hubo ningún desliz, sino una actuación muy digna y sobresaliente. Se nota en ella tanto la mano de su director Antonio Villa Álvarez de Sotomayor, como la del subdirector Olek Antoniak, ucraniano de nacimiento y lucentino de adopción.
Ambas agrupaciones llenaron de buena música las amplias naves de San Mateo, música que "alegró" la Eucaristía en este día festivo, sobre todo la que escuchamos tan de nuestra tierra andaluza y que como dijo un día mi amigo el poeta-escritor "Frasquito" Espada, "el Maestro Villa al componer la preciosa Misa del Campo Andaluz logró convertir el canto individual flamenco en un conjunto coral".
Como Canto de Entrada tuvimos el "Benedictus sit Deus" de W.A. Mozart y ya desde aquí éste sirvió de tarjeta de presentación de cómo iba a transcurrir la Misa-Concierto que presenciamos, con unas formaciones que sobrepasaban el centenar de personas.
Y comenzó la obra de Antonio Villa, la Misa del Campo Andaluz, con ese Fandango de Lucena que sirve de "Introducción", muy melodioso. Qué bien llevó Víctor a la Orquesta y cómo sonaba.
Siguieron el "Señor ten piedad" y el "Gloria" y los aires de Malagueñas, Juveras, Alegrías de Córdoba, Fandango de Huelva, Verdiales, marcaron el ritmo tanto al coro como a la orquesta, que los dijeron muy bien. ¡Alegría!.
El tenor solista de la Coral, Enrique Reyes Lorite, con acompañamiento al órgano de Olek Antoniak, hizo el Canto Interleccional-Salmo Responsorial con gran claridad y buena dicción, desde el atril del Evangelio, siendo contestado por el coro.
Un polifónico "Aleluya" escrito por Antonio Villa se cantó antes del Evangelio y lo acompañó también al órgano Olek. Sonó muy bien. Bravo por el coro.
Tras la homilía del Sr. Obispo, siguió la Misa del Campo Andaluz con más aires andaluces y así en el "Credo", grandioso, bonito, tiene todos los adjetivos, que lo inician los metales con buen sonido hubo Peteneras, Media Granaina, Polo, Seguiriyas, Arboreá, Martinete (con un yunque martilleado por el percusionista), Tientos, Fandago de Huelva, Taranto y Taranta. No se le escapó ni un aire al Maestro Villa que logró con esta misa suya, que data de 1969, una novedad en los cánticos religiosos.
Después en el Ofertorio oímos un "Ave María", de Jakob Arcadelt (1504-1568), obra polifónica muy delicada, deliciosa y con la misma tónica el coro siguió luciéndose y la orquesta la "tenía a raya" el seguro Víctor Nájera.
Antes de la Consagración el "Santus", con su aire de Soleares y una melodía muy bella, triste y lenta (un adagio) secundada por la cuerda.
También incluyó el compositor en la Misa, el "Padrenuestro" cantado y "aprovechó" (se inspiró), los sones de los Campanilleros de Lucena para musicar este Padrenuestro.
Otra petenera, muy marcada, es el aire del "Cordero de Dios" que siguió en el ritual litúrgico.
Llegó la Comunión y aquí escuchamos una de las composiciones musicales que más me gustan (quizás la que más) hecha por un músico-compositor de Cabra, Francisco Moral León, fundador del Centro Filarmónico Egabrense. La bellísima "Oración a María" que el tenor lucentino Enrique Reyes, la cantó, la bordó y se lució poniendo toda su alma en ella. Después me dijo que a él la emoción le embarga cuando la canta y que no era la primera vez que lo hacía. La orquesta la acompañó con una orquestación escrita por Antonio Villa y el coro estuvo espléndido en su parte final junto al tenor solista, que realiza varios agudos.
Acabada esta plegaria el Obispo tuvo unas palabras de felicitación tanto a la orquesta como al coro por su magnífica actuación solemnizando la celebración litúrgica.
Tras la bendición se interpretó el Himno Oficial a Mª Stma. de Araceli, música de Luis Aramburu, letra de José Mª Pemán y orquestación de Víctor Nájera. ¡Qué bien cantado! Y el final apoteósico.
¡Viva la Virgen Bendita
que todo el año nos guarda
y por Mayo nos visita!
¡Viva la Virgen Bendita!
¡VIVA!
Se oyeron muchos aplausos y bravos.
Y por la tarde-noche la Procesión de la Virgen y la Función de Fuegos de Artificio en la Plaza Nueva, a los que multitud de egabrenses se desplazan POR AUTOVÍA a LUCENA para presenciarlos.
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