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Para el esperpento nacionalista
09.12.15 - Escrito por: Manuel Guerrero Cabrera
En un artículo reciente escribía el escritor lucentino Julián Valle acerca de lo esperpéntico que será la Cataluña independizada, frontera con España, llena de personas nacionalizadas españolas. Y remataba que el esperpento es, paradójicamente, muy español, lo que es una afirmación tan acertada como sensacional.
Por mi parte, confieso que esto de la independencia me resulta más bochornoso de lo que esperaba. Si se supone que hay mayoría para independizarse, no entiendo lo de tanto marearse con que unos no quieren a Mas como presidente y que otros no quieran colocar a un tercero que no sea a Mas de lo mismo. Es decir, ¿tanta ambición personal, cabezonería intransigente y ánimo de llamar la atención hay que, teniendo un fin común, no son capaces de ponerse de acuerdo? ¿O es como aquello que cantaba Serrat de que «no hay nada más bello que lo que nunca he tenido» y, por esto, tanto paripé independentista, para que, al tener lo deseado, digan aquello de que fue bello, como la canción, mientras duró?
Pero no es mi intención dedicarle unas líneas al sinsentido de la política catalana en ese aspecto, sino en otro: leo las encuestas y, como cualquiera, observo que PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos obtendrán varios escaños. Que se preparen y se enfrenten, porque son potenciales ganadores, quieran o no.
Enhorabuena. Que Dios reparta suerte.
Lo curioso está en el resto de partidos y, concretamente, en los partidos catalanes que formarán parte de la cámara. Los medios y la sociedad están tan atentos a estos cuatro que no se observa al resto y su insensatez. Miro y observo que están, entre otros, Convergencia Democrática de Cataluña (dentro de un conjunto de partidos catalanes) y Esquerra Republicana... Y esto no me cuadra: en noviembre, el bloque independentista en Cataluña pone en marcha la máquina para separarse de España y... ¿cómo es que se presentan a estas generales? ¿Qué coherencia tiene la de firmar un plan para independizarse de un país y, seguidamente, participar en unas elecciones al gobierno de este? ¿Qué credibilidad tienen estos partidos y sus miembros? Esquerra Republicana comenta que para luchar por la independencia mediante el diálogo, pero... ¿no se ha hecho un acta de independencia sin diálogo?
Por supuesto, derecho tienen, porque aún son partidos españoles (y, como buenos españoles, han presentado un recurso al Tribunal Constitucional, sobre el que dijeron que en su acta independentista que estaba deslegitimado y sin competencias); y, en el futurible de la Cataluña independiente, estoy seguro de que no abandonarán sus escaños españoles sin más, ni darán la media vuelta y se irán con el sol cuando llegue la tarde. En efecto, en el afán de nacionalizar como catalán el esperpento, agotarán la legislatura y harán viajes internacionales al país con más españoles del mundo que comparte fronteras con España, como bien apuntó Julián Valle. Recordemos lo de que no hay nada más amado que lo perdido, por lo que perder a España dejaría a estos partidos independentistas un vacío existencial que de alguna manera tendrán que llenar.
Al final me voy a convencer de que se presentan a las generales españolas por triste desatino, por razones ontológicas y por pura pena.
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