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El empleo que se crea en la provincia de Córdoba es escaso, temporal, parcial y con salarios mínimos
05.01.15 - Escrito por: CCOO Córdoba
Para CCOO una de las formas de acelerar la reducción del paro es mejorar la capacidad adquisitiva de los trabajadores y trabajadoras como forma de impulsar el consumo y revitalizar la economía.
La reducción del paro en diciembre en 3.427 personas, lo que nos deja con una cifra de desempleo nada despreciable de 88.903 personas, "no es una bajada que vaya a terminar con el grave problema que significa el paro para la población cordobesa", ha señalado el secretario de Organización y Comunicación de CCOO de Córdoba, Manuel Merino, sobre todo si tenemos en cuenta que la reducción con respecto a diciembre de 2013 es de tan sólo 635 personas (0"71%).
A CCOO le preocupa también que la bajada del paro se explica no sólo por la leve mejoraría de la ocupación, sino, sobre todo, por la retirada de muchas personas de la actividad laboral por desánimo ante ofertas malas, mal remuneradas y por la emigración ante mejores perspectivas fuera del país.
Por sectores el desempleo ha bajado principalmente en servicios debido a las contrataciones de la campaña de Navidad (2.461 personas), pero también en el campo (594), industria (33) y sin empleo anterior (603). Sin embargo, ha subido en construcción en 272 personas.
CCOO ha destacado también que el empleo que se ha generado es temporal y a tiempo parcial y viene acompañado por una importante devaluación salarial fomentada por la reforma laboral. "Esto hace que cada vez sea más difícil encontrar un empleo que te permita llevar una vida desahogada, salir de la pobreza o de la exclusión social", ha añadido Merino.
Ante esta situación, desde el sindicato se ve necesario llevar a cabo una política presupuestaria que fomente el cambio estructural del aparato productivo, que promueva el uso eficiente de los recursos públicos en todos los niveles de la Administración y que ayude a recuperar la demanda interna. Para CCOO, el objetivo debe ser sacar a la economía española de su patrón tradicional de crecimiento de bajo valor añadido, sin industria, empleo inestable y salarios bajos.
Para ello hace falta aumentar suficientemente la inversión pública y reorientarla hacia la mejora de la calidad y el contenido tecnológico de las empresas.
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