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A la manera inglesa
10.11.14 - Escrito por: Araceli Granados Sancho
Aprender una lengua no es sólo aprender gramática y vocabulario. La lengua no queda encerrada en ti cuando va penetrando en tu entendimiento, y menos viviendo en esta aldea global. Por tímido que seas, si aprendes una lengua terminas comunicándote, y al comunicarte empieza la abertura de un nuevo mundo en tu conciencia,el mundo de las costrumbres y los pensamientos de otras personas. Esta es una buena razón para aprender lenguas.
Pasa mucho tiempo hasta que empiezas a naturalizar la forma de vida de otro. Por ejemplo, que los ingleses hagan su comida más fuerte por la tarde, le parece al mediterráneo una solemne tontería. Pero cuando conoces su cultura, te das cuenta que la comida esta subyugada a la economía y que es una estrategia económica.
A los ingleses les gusta charlar frente a una taza de te a determinadas horas; a los mediterráneos también nos gusta charlar y reunirnos. Pero nosotros somos mas desordenados para la reunión, a veces llegamos tarde, y nuestras reuniones tienen un aspecto más improvisado en el modo de desarrollarse, aunque la comida estuviera planificada.
La educación inglesa no es un mito. Muchos de ellos tienen una educación exquisita, especialmente los de edad más avanzada que retirados vienen a afincarse en el país.
La propia lengua abusa continuamente de la palabra por favor, en el trato cotidiano. Aunque ya sabemos que las fórmulas repetidas muchas veces pierden el significado, yo prefiero que la gente me pida las cosas "por favor", no se usted. Entre nuestros ancianos nacionales hay también gente que gozan de educación exquisita, de justicia es decirlo. Estas "manners" se están evaporando por igual en nuestra aldea global.
Beber, comer, hablar, tocar el piano, cantar, son maneras
que yo vivo y experimento de la cultura anglosajona en las reuniones; y que no son tan distintas de como los mediterráneos pasamos nuestros ratos. Nosotros: otras comidas, otras bebidas, otros instrumentos, pero los significados que nos mueven a hacer estas cosas son los mismos.
Hay, sin embargo, alguna diferencia. Mis amigos ingleses han tardado un año en invitarme a pasar a través de la puerta principal de su casa. No son confiados, o lo son, pero le dan un valor a la privacidad que los españoles no le damos. Esto es desventajoso en cierta manera. Nosotros somos famosos por nuestra hospitalidad. Sin embargo su hospitalidad cuando nace tiene un valor incalculable. Su casa es para ellos algo muy unido a su persona y dejarte entrar es dejarte pasar un poco más a lo que ellos son. Es un regalo con connotaciones muy verdaderas.
A Patxi y Eric con agradecimiento.
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