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Crónica del concierto de Cigarreras en Cabra
14.01.13 - Escrito por: Mateo Olaya Marín
El pasado domingo 13 de enero, tuvo lugar un concierto a cargo de la banda de música de las Cigarreras de Sevilla en el Teatro El Jardinito, organizado por la Archicofradía de la Soledad, como apertura de los actos que se celebrarán este año con motivo del 350 aniversario de la llegada de la Virgen de la Soledad a Cabra.
Por quinta vez los egabrenses podíamos disfrutar de la música de una de las bandas, dentro del ámbito cofradiero, más destacadas que existen en Andalucía. Esta vez también lo hacían como presentación tras el reciente contrato firmado entre banda y hermandad para acompañar a la Dolorosa de la Soledad los próximos tres años. Ayer, con la banda al completo encima del escenario, podíamos advertir la fuerte renovación que ha experimentado la plantilla de músicos, tras un período de distintos cambios, entre ellos la dirección, que actualmente está ostentada por el experimentado director José Manuel Toscano. Como no podía ser menos, entre los músicos, estaba nuestro paisano Alejandro Jiménez Jurado.
Como perfecta obertura, "La Estrella Sublime" de Farfán abría la función con sus arrebatadores compases alegres y la explosión de cornetas y tambores, que tan pronto como sonaban ya inoculaban en el auditorio su jovialidad y energía. La banda se presentaba así con todos sus galones, desplegando su fuerza y afinación, correspondida con el primer aplauso caluroso del recital.
Le siguió "Alma de la Trinidad", espectacular composición malagueña de Eloy García, en la que su autor hace seis variaciones del mismo tema, como alusión a las seis lágrimas que riegan el rostro de la Virgen a la que está dedicada. A continuación fue el turno de "Soledad", marcha del egabrense Manuel González Rubio, que estrenara en 1993 y que tenía la ocasión de ser tocada por esta banda sevillana. A un ritmo más vivo al que estamos acostumbrados aquí, cuando es tocada por la banda de música de Cabra, la formación cigarrera la acometió de manera limpia y satisfactoria.
Después vendrían dos marchas sevillanas: "Virgen de la Paz" de Pedro Morales, donde nuevamente el cuerpo de cornetas y tambores se alzó portentoso sobre el conjunto instrumental y los clarinetes, oboes y flautas hicieron las delicias de nuestros oídos en el bello trío final; y "La Carretería", composición de Francisco Pastor que rezuma elegancia y hermosura, y que fue una de las marchas más destacadas del último disco de la banda.
La segunda parte comenzó con la música jovial de "Virgen de la Estrella" de Gámez Laserna, a la que le siguió "Mater Desconsolata", también de Francisco Pastor. Esta marcha era presentada en Cabra, tas su estreno en la Cuaresma de 2010. Su autor, que asistió al concierto, la escribió inspirándose en la belleza única de nuestra Virgen de la Soledad, en la cuaresma de 2008 cuando conoció la imagen a través de una fotografía. Tal fue el impacto que le produjo, y la sensación de dolor y quebranto que le sugirió el rostro inigualable de la Virgen, que decidió, motu propio, usar una pieza de capilla que había escrito meses atrás para dar forma a una marcha procesional propiamente dicha.
Para terminar el programa del recital, dos marchas de envergadura, insuperables ambas: "Virgen del Valle" y "Saeta Cordobesa". Con ambas se alcanzaron los momentos más álgidos del concierto. Con la primera por su significativa melodía, inmortal canto elegíaco a la muerte y el dolor; y con la segunda por su brillante colofón final, cuando la música gira en su expresión y de la tristeza emerge la alegría y el gozo.
José Manuel Toscano se dirigió a los asistentes agradeciendo el calor y la acogida, interpretando la banda como bis la obra "Cofradías sevillanas" de Pedro Braña, preciosa evocación y homenaje musical a la Semana Santa sevillana que el ilustre director de banda escribió usando distintos fragmentos de marchas muy representativas, como "Ione", "Coronación de la Macarena", Virgen del Valle" o "Amarguras", obra fundamental, que de hecho abre y cierra la obra.
Se registró media entrada en el Teatro, y los asistentes bridaron una ovación final fortísima, satisfechos con el magnífico concierto que se pudo escuchar y que será recordado por todos. Posteriormente, la cofradía tuvo la gentileza de enseñar la iglesia de la Soledad a los compositores Francisco Pastor y Antonio Moreno Pozo, que se desplazaron desde Sevilla y Écija respectivamente, donde pudieron contemplar directamente la grandeza y majestuosidad de la Virgen de la Soledad, visitando su camarín.
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