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Tan sólo un recuerdo
17.07.14 - Escrito por: Araceli Granados Sancho
Ocurre la ocasión de que muere alguien próximo a uno mismo y a la familia propia, y no puedes acudir a ofrecerle respetos y condolencias a los que desgraciadamente ya no serán los mismos: la familia de la persona difunta. Ofrezco estas humildes líneas para la construcción del recuerdo y profundo respeto que nuestra familia, junto con otras egabrenses tiene a Ramón Pérez Alcántara.
Hombre de vida y moralidad intachable, que realizó una labor de servicio entregado a la familia Soriguer Escofet. Sin su trabajo y dedicación, ni esta familia ni los compañeros-trabajadores que le rodeaban hubieran llevado a buen término la gestión de sus fincas unos, y los quehaceres agrarios los otros. Trabajador infatigable también en el cuidado de sus propios bienes personales.
Sin embargo, y sin restar importancia a estos detalles de su vida, la razón para escribir aquí sobre esta alma bella es expresar a la familia el reconocimiento unánime sobre su bondad, sus principios morales y su sabiduría en el trato con los demás.
No en muchas ocasiones nosotros los seres humanos tenemos la fortuna de haber convivido y tratado con hombres así. Y siendo católicos nos consolamos, con que Ramón esté en un lugar donde se le imparta justicia, ya que su desaparición en la madurez de su vida, pudiera parecernos a algunos una injusta jugada de nuestra vida aquí en la tierra.
Descanse en paz.
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