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Queden ustedes con Dios...
15.07.14 - Escrito por: Antonio Ramón Jiménez Montes
IN MEMORIAM EUSEBIO MURIEL LUQUE
Se despedía cada jueves de los televidentes de Atalaya Televisión con esa frase popular y entrañable que acuñó en sus programas. Lo escuchamos en pregones, fiestas de barrio, retransmisiones de la Virgen de la Sierra, del Corpus, de Toros y de la Semana Santa, entre otros muchos eventos que compartió con los egabrenses desde su ventana en la televisión local ATV.
No faltaba a las citas que la fundación de la que era patrono y miembro de sangre, Pasión y Cofradías, organizaba cada año y aquí sí que mostraba esa faceta personal que a fuerza de años consiguió que se le viera: pasar inadvertido, a sabiendas que estaba detrás de todo.
Compartí con él momentos intensos en diferentes fechas del año y especialmente recuerdo con todo cariño la retransmisión de la Coronación de la Virgen de la Sierra en la que disfruté gracias a que me llamara para estar con él detrás de las cámaras en tan destacado momento de la historia de la devoción egabrense a la Divina Serrana.
Fue leal, servicial, apasionado y sincero. No tenía medias tintas y siempre iba por derecho, ofreciendo una humildad que le granjeó el reconocimiento de propios y extraños que conocían que en ATV era, sobre todo, la voz que acompañaba al sonido de la Semana Santa de Cabra.
Se dedicó con ahinco a lo que más le gustaba y propició la participación de muchas personas en aquellos "set" improvisados que montaba la televisión local para las fiestas y acontecimientos importantes en los que, de una u otra forma, siempre estuvo presente. Nos enseñó reportajes de unos y otros lugares, de unos y otros artesanos, de unos y otros eventos.
Disfrutó de lo que hacía y lo hacía entregado, con la dedicación de un apasionado que gustaba de las cosas de su pueblo, las buenas, las mejores y también aquellas que no lo eran tanto pero que él, con sus palabras, solía dulcificar buscando siempre lo positivo y el punto de mejora necesario para cambiarlas.
Hoy, en esta víspera de la Virgen del Carmen, en la distancia y cerca del mar, me entero de su muerte. Los últimos meses fueron duros para él y su familia y en sus horas más duras, supo afrontarlos con entereza y tesón, imbuido del espíritu calasancio del que tan orgulloso se sentía y de la cercanía de sus devociones marianas, Sierra y Soledad.
Hoy le han llamado a otra existencia en la que seguro encontrará todo aquello que supo pregonar en su vida terrena. Se nos ha ido físicamente un buen hombre y quedará para siempre su recuerdo, su manera de ver y de decir las cosas que pasaban en nuestro pueblo y que desde su Atalaya de Televisión ofrecía con sus atinados comentarios, con sus escogidos versos y con sus simpáticas retransmisiones.
Te echaremos de menos en lo físico pero te tendremos siempre presente cuando visionemos alguna de las numerosísimas grabaciones con las que nos recreamos en la belleza de nuestra Semana Santa y al escuchar tu voz, constante y familiar, te brindaremos un homenaje perenne hacia tu buen hacer y tu entrañable amistad de la que todos, unos más y otros menos, tuvimos la fortuna de compartir.
Me uno al pesar de los medios locales, de la gran familia cofrade egabrense, y de la fundación Pasión y Cofradías, transmitiendo mi pésame a tus familiares más cercanos, especialmente a tu esposa e hijos y a tus íntimos amigos, sabiendo que todo el pueblo siente tu tránsito hoy que tu muerte nos separa del contacto físico y la cercanía de tu presencia.
Hasta siempre, amigo, cofrade, pregonero. Hasta pronto, compañero.
Descansa en paz, Eusebio.
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