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EN CLAVE HIPOCRÁTICA: MEDICINA PÚBLICA VS MEDICINA PRIVADA
UNA SECCIÓN DE L. FELIX RUIZ SÁNCHEZ - Escrito por:
No pretendo con este artículo, hacer un análisis pormenorizado ni estudio detallado de todos los principios y manifiestos éticos por los que se rigen estas medicinas, ni tampoco pretendo realizar una comparación detallada de estos dos aspectos de la práctica de la medicina, simplemente, si se me permite me gustaría hacer una serie de reflexiones sobre los distintos tipos de asistencia médica y tratamientos que pueden tener los pacientes que optan por una cualquiera de las dos vías.
De siempre se ha dicho que la medicina privada ofrece mayores posibilidades al paciente permitiendo una mayor efectividad y sobre todo menor tiempo de espera por parte del usuario, que puede comprobar como con una simple llamada de teléfono puede acceder al especialista, sin tener que dar explicaciones a nadie, y sin necesidad de que lo derive ningún médico de atención primaria, pudiendo ellos tomar contacto con el especialista cuantas veces quiera y sin necesidad de soportar listas de espera, eso es así y tenemos que admitirlo y mentiríamos si dijéramos algo en contra, tambien es cierto que las estancias hospitalarias son mas asequibles y confortables en hospitales privados, permitiendo incluso cama para el acompañante, haciendo la estancia más llevadera para el hospitalizado. Y ahí cabe la pregunta, ¿Por qué no se puede ésto realizar en la sanidad pública? , simplemente porque la confortabilidad del acompañante se considera gasto adicional, que el sistema sanitario público no puede costear, buscando lo
que se llama la EFICIENCIA, que persigue el mayor beneficio o resultado para el paciente con el menor coste posible, es por lo que es necesario seleccionar las pruebas que se vayan a realizar con máxima rentabilidad, de esa forma y por ese motivo, no se puede realizar una radiografía de tórax anual ni un TAC a todos los pacientes fumadores para prevenir el cáncer de pulmón, ni se puede realizar una mamografía anual a todas las mujeres a partir de los 35 o 40 años, reservándolo en el caso del sistema sanitario andaluz, a partir de los 50 años.
A pesar de todo, uno de los inconvenientes de la medicina privada es que se pierde el eslabón principal, como es la figura del médico de familia, que en estos casos, lo único que se limita es a recetar lo que otros especialistas prescriben, ya que en el ejercicio privado, se pierde el primer eslabón, quedando éste relegado a un mero papel decorativo, no pasando esto en el sistema sanitario público, donde el médico de familia es el árbitro y coordinador de todos los especialistas, siendo él, el que lleva el seguimiento de los pacientes, es por eso, por lo que en los centros de salud, cada vez cobra más relevancia la figura del médico de familia, adquiriendo cada vez más funciones, que en el caso de lo privado, queda relegado al papel de los especialistas. Sirva como ejemplo, que la simple revisión del ginecólogo que se realizan todas las mujeres, ya la realiza el propio médico de cabecera.
Y pese a lo mucho, que hemos criticado desde esta sección, al sistema sanitario público, hemos de decir que en el caso del modelo español, es lo mejorcito que tenemos, y que en otros lugares, como en el caso de Estados Unidos, prácticamente no existe Seguridad Social, estando abocados la mayoría de los pacientes con nulas posibilidades económicas y con patología grave como puede ser un cáncer a la muerte, ya que las más elementales intervenciones deben ser abonadas por el enfermo, careciendo de las mínimas características de un seguro básico.
Es por eso, que no debemos perder el norte y no tener esperanzas infundadas en una medicina privada y clínicas de renombre sorprendentes, con promesas de curaciones en situaciones ya de por sí insostenibles, sirva como ejemplo, la enfermedad, de la más grande, Rocío Jurado, la cual pudo ser tratada en España sin someter a la cantante a arriesgados traslados que lo único que sirvió fue empeorar su estado de salud, simplemente se trata de ser justos, y reconocer lo que tenemos, ojalá que en este año 2008, podamos hablar de grandes mejoras y avances en la Sanidad Pública.
Luis Félix Ruiz Sánchez
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