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Yeste
10.12.12 - Escrito por: Araceli Granados Sancho
Dedicado a las gentes de Albacete, que habrá algunos afincados a la vera del Guadalquivir....
Qué lejos está este pueblo de cualquier sitio. Depositado en medio de la sierra, en el parque natural de los Calares del Mundo, y con tramos de carretera tan mala que no puedes creer que este pedazo también sea español. Menos mal que el día es de buen tiempo, porque las estrías en el piso te avisan que vienen malos tiempos para estos vecinos.
Albacete es muy montañoso por el sur y es una provincia bella donde los haya, pero el terreno ?y la climatología? es difícil y abrupta, y así sigue siendo, a pesar del motor de gasoil que nos lleva cómodamente y nos calienta por el camino. En esta zona los pueblos cabecera son pequeños, y hay tantas cortijadas ?Las Casas, Las Claras, Las Casas del Pino? que deben ser un mundo completo para el serrano que no vio más. Es otra imagen distinta del país, nada que ver con las agrovillas sevillanas y cordobesas, que a veces nos parecen pobres.
Los vecinos de Letur, Elche de la Sierra y Yeste, que han decido valientemente no irse del lugar de vida de sus antepasados, han tenido que utilizar la imaginación; y muchos se han trasformado en empresarios hosteleros en lugares que te hacen olvidar por completo tus grandes problemas. Otros siguen cultivando la tierra y pastoreando al ganado con mucho esfuerzo.
Las administraciones no se han portado bien con el sur de Albacete. A cambio del magnífico embalse de la Fuensanta ?que aquí también hizo mucho daño, quitando las tierras bajas para el cultivo e impidiendo el trasporte de troncos por el río? prometieron una buena vía de acceso en lugar de pistas, que supongo que era lo que tenían. Pero la carretera ha llegado ahora, después de cincuenta o sesenta años ?la gente a la que el pantano les quito el porvenir ya no la han visto? y la corrupción política tiene aquí la muestra más evidente, ya que han dejado un tramo intermedio de carretera, entre Letur y Yeste, por el que conduces rezando, para no caerte por las bajadas del monte, a la derecha del copiloto.
Dicho esto, vamos con Yeste. Lo mejor es su castillo, tan grande como el del Almodóvar del Río e igual de reconstruido, pero con más encanto, porque el aspecto que le da el color del tapial le hace parecer de otra época. Tiene su patio de armas y una torre ampliada varias veces donde subir a ver las vistas, que son casi siempre lo más magnifico de estos castillos y atalayas, porque arriba uno se da cuenta, a poco que mire, que eligieron muy bien, en este caso los moros, para su emplazamiento; no en vano les iba la vida en ello. Hay muchas atalayas en los alrededores, por lo abrupto del terreno y por haber sido esta zona, por su proximidad al reino de Granada, tierra de frontera, como Cabra.
Tienen también un gran templo con planta en forma de T, con un retablo lateral barroco y otro renacentista en el otro brazo ?ambos muy bonitos? y alguna imagen valiosa. Adoran a San Bartolomé y le tienen mucha devoción: lo tienen puesto en las puertas de las casas. La iglesia tiene una portada renacentista clásica hasta la extenuación, que le da mucha presencia. Cuando los vecinos le arreglen las humedades va a ser un lugar digno de un dios.
Nunca debes irte sin comer en estos sitios. A veces no hay mas remedio que obviarlo, pero, si puedes, no habrá mejor lugar de matanza que estas sierras. La morcilla que probé ha hecho palidecer la de mi madre, y también tienen un guiso típico de los hombres del campo de una aldea cercana, llamada Boche. Estos, cuentan las gentes del lugar que tenían los bancales siempre muy limpios y con la tarea muy avanzada, lo que explicaban diciendo que esto se debía al guiso que le hacían las mujeres. El potaje bochero sólo lleva de potaje el nombre, porque está hecho de huevo cuajado, jamón y corneta. Si esto lo juntas con unas migas de la zona, puedes necesitar ayunar por un día, si es que no te vas a los bancales después.
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