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El centro del patio con un yunque y las sillas que ocuparían las personas que han participado en esta edición de la Escuela de la Saeta de Cabra, rodeado de un círculo de velas - cedidas por Hermanos Lama -, fueron los elementos que destacaron al inicio del acto que abrió, dando la bienvenida, el presidente de la Fundación y director del Instituto, Salvador Guzmán Moral que acogía a las personas que se dieron cita en el Patio de Cristales, brindado apoyo y colaboración con esta iniciativa que destacó como necesaria y fundamental para entender mejor nuestra Semana Santa y sus elementos más tradicionales.
Intervenía a continuación, como moderador del acto, Ignacio Campos, miembro del equipo de trabajo de la Escuela de la Saeta que fue desarrollando en sus palabras no sólo la narración del acto sino muchas de las claves para comprender qué es la Saeta de Cabra como pervivencia de uno de los elementos más genuinos y antiguos de nuestra tradición musical y semanasantera. También Gabriel Luna Alcázar, desde fuera, fue coordinando y es otro de los imprescindibles miembros del equipo de la escuela junto a Antonio R. Jiménez que también participa en el equipo.
A partir de ahí fueron incorporándose al acto David Sánchez Vico, Isael Medina Villodres, Margarita Sánchez Márquez, Lucía Sánchez García, Elena Barranco Moreno y Josefina Montes Castillo, alumnado de este curso en la III edición de la Escuela de la Saeta de Cabra, junto con Fernando de la Rosa Pons, David Barranco Pérez y el director de la escuela, José María Barranco Zúñiga.
Bajo la atenta mirada del público expectante, el desarrollo del acto fue desentrañando facetas y datos que, desde la exquisita narración que fue desvelando Ignacio Campos, dieron paso a los cantes de la vieja Saeta de Cabra que interpretaron los componentes de la escuela en este año. Se escuchó varias veces la saeta antigua de Cabra, con el estilo de «Campitos», que cantaron Marga Sánchez, Fernando de la Rosa Pons, David Sánchez Vico, Lucía Sánchez García o la más joven del alumnado, Elena Barranco Moreno, que de la mano de su padre David y de su abuelo José María, demostró ser buena discípula no sólo de la escuela sino de la saga familiar que mantiene esta tradición. A David Barranco lo escuchamos en una especial interpretación de la Saeta antigua de Cabra al estilo de «Petaca y Vega», mientras que su padre José María Barranco, cantó al estilo de «Campitos», aquel guarda de campo del que el saetero iniciador de esta saga de los Barranco, José Barranco Gutiérrez (q.e.p.d.), aprendió y consolidó la vieja saeta llana de Cabra que ahora recupera su vigor con el impulso de la Escuela de la Saeta de Cabra.
Se escuchó también a David Sánchez Vico cantar una saeta por martinete doblada por tonás, mientras que sonaba el yunque como sonido de fondo y única música que acompañó al saetero en su interpretación. La saeta por seguirillas que cantó Lucía Sánchez García, conectó con el público y sonó a maestría en la voz, en la ejecución y en sentimiento, lo mismo que pasó cuando David Barranco Pérez cantó una saeta por carcelera, que deleitó y completó la magia de la noche. Madera de saeteros de categoría en todas las intervenciones.
Cada inicio de saeta tuvo el preludio del sonido del tambor «rompevelos» que interpretó tras las columnas Frasky; mientras que el grupo de los añafiles o «abejorros» sonaron de manera extraordinaria desde la primera planta del patio de cristales cuya sonoridad volvió a destacar la extraordinaria ejecución tanto de los sonidos del tambor y añafiles, la dicción del narrador y la interpretación, sentida y profunda, de cada una de las saetas que se interpretaron por las mencionadas personas que dieron altura y pusieron emoción en una noche muy especial de este Viernes de Dolores de 2025.
Tras el recital, que puso el vello de punta al público que disfrutó de una velada cuya puesta en escena también fue espectacular, se entregaron los diplomas al alumnado por parte del presidente y director de la fundación e instituto Aguilar y Eslava, Salvador Guzmán; el director de la Escuela, Pepe Barranco; el hermano mayor de la Real Hermandad de la Oración en el Huerto, José Antonio Roldán y la delegada de Cultura del Ayuntamiento de Cabra, Mª Sierra Sabariego.
El acto finalizó con las intervenciones de los representantes de las citadas entidades que son, además, los responsables de esta Escuela de la Saeta de Cabra que ya espera con ilusión un nuevo curso para 2026 y que, como señalaron los intervinientes, cuenta con el respaldo y participación de cada una de las entidades que la hacen posible, con el patrocinio de la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Cabra cuya delegada Mª Sierra Sabariego manifestó sentirse muy orgullosa de poder aportar desde el ayuntamiento, la colaboración necesaria para que este proyecto continúe y crezca en años venideros.
Larga vida a esta Saeta de Cabra que, por sí misma, constituye un referente extraordinario de la tradición egabrense y que, como señaló en sus palabras José María Barranco, irá recorriendo distintos lugares para mostrar su vitalidad, el esfuerzo que se hace para mantenerla y la apuesta por que nuevas incorporaciones la hagan más viva y presente en nuestra Cuaresma y Semana Santa.
Una noche especial y única en la que la Saeta Vieja de Cabra demostró estar en plena forma y con mucho recorrido por delante, que esperamos haga florecer su singularidad para escucharla más a menudo en nuestras procesiones.
Desde La Opinión de Cabra felicitamos a la organización del acto por su desarrollo y puesta en escena, a todas las personas que participaron, a las entidades patrocinadoras y colaboradoras y a la Asociación de los Añafiles y tambor rompevelos, porque fue realmente una noche donde se puso de manifiesto la importante labor que vienen desarrollando todas ellas para mantener, difundir y conservar estas tradiciones.
De manera muy especial y destacada hay que aplaudir la iniciativa, dedicación, mantenimiento y pasión que José María Barranco Zúñiga y David Barranco Pérez ponen a este proyecto que poco a poco se consolida y es una de nuestras mayores satisfacciones en la conservación de una tradición tan especial y única como es la Saeta de Cabra.
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