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La firma tenía lugar tras la visita a la Fundación e Instituto Aguilar y Eslava, en el Centro de Estudios Vargas y Alcalde, donde quedarán depositados los documentos originales que Francisco Javier Puerta Arrúe y sus hermanos, han donado a nuestra ciudad. Esta documentación recoge información inédita relativa a los inicios de la cooperativa, cartas con el fundador Julián Aguilar, detalles de la construcción de la cooperativa o puesta en marcha de la conservera, que la familia conservaba y que, tras las gestiones realizadas entre la fundación y Francisco Javier Puerta, pasarán a custodiarse en el Archivo histórico de la Fundación Aguilar y Eslava.
Francisco Javier Puerta Arrúe dispone en su archivo familiar de abundante material relativo a los diferentes proyectos y trabajos de su abuelo Ángel Arrúe Astiazarán, entre los que se encontraban documentos relacionados con el Estudio agronómico del Plan Nacional de Obras Hidráulicas de 1933 que Arrúe realizó bajo la dirección de Manuel Lorenzo Pardo y que ya fueron cedidos al Centro de Estudios de Hidrográficos del CEDEX (Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible).
Igual que ocurría con la mencionada documentación, la que se ha cedido a la Fundación Aguilar y Eslava, relativa a la Cooperativa Olivarera de Cabra, tiene como objeto su clasificación, estudio y digitalización para garantizar el cuidado de estos documentos originales, así como facilitar su consulta y divulgación.
A continuación se desplazaron a la Cooperativa Olivarera de Cabra, siendo recibidos por el presidente Francisco Navas Gómez, el secretario Manuel Sánchez Villar y el gerente José Antonio López Castro quienes, en nombre del Consejo Rector, manifestaron su satisfacción por la cesión de estos documentos y estuvieron de acuerdo en que se conserven en el archivo histórico Aguilar y Eslava, conscientes de la labor que se realiza desde la fundación para divulgar el patrimonio documental que conserva. Además, realizaron una visita a las instalaciones de la cooperativa, en pleno funcionamiento, con los nietos del ingeniero que la puso en marcha.
Esta cesión materializa la recuperación y conservación del patrimonio histórico relacionado con la Cooperativa Olivarera de Cabra, que tienen como protagonistas a su fundador Julián Aguilar y a una de las figuras relevantes de la ingeniería española, como es el caso del ingeniero Ángel Arrúe Astiazarán.
Ambos se conocieron trabajando en Marruecos, siendo Jefe del Servicio Agronómico de la Zona del Protectorado de España en Marruecos. Mantuvieron una gran amistad hasta la muerte de Julián Aguilar, en junio de 1957, que luego continuaron sus descendientes.
Cuando Julián Aguilar pone en marcha la creación de la Cooperativa Olivarera junto a los primeros socios de esta, se pone en contacto con el ingeniero Arrúe quien le asesora y planifica, con indicaciones precisas para la obra, así como posteriores mejoras y otros proyectos que quedan recogidos en cartas y demás documentación, bajo los epígrafes Almazara para la Cooperativa Olivarera de Cabra (Córdoba) y Fábrica de Conservas para la Cooperativa Conservera de Cabra (Córdoba).
Como indicaba Javier Puerta Arrúe «si bien pudieran parecer dos sencillos proyectos sin más trascendencia, llama la atención la copiosa correspondencia que guardaba mi abuelo en su archivo con el primer presidente y alma de la Cooperativa. Las cartas intercambiadas cubren un periodo que va de 1943, cuando surge la primera idea, hasta 1955. Suponen un interesantísimo testimonio de la lucha de Julián Aguilar por sacar adelante la Cooperativa Olivarera, primero, y la Cooperativa Conservera, más tarde».
Una vez sea estudiada y digitalizada, una copia de todo el material será entregado a la Cooperativa Olivarera y será puesta a disposición de personas interesadas en su investigación, tanto en la sede de la cooperativa como en el Centro de Estudios Vargas y Alcalde.
Ángel Arrúe Astiazarán fue doctor ingeniero agrónomo, catedrático y director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y escritor. Recibió la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio. Tuvo tres hijos, Ángel, Mariví y Javier, con su mujer, Leonor Bengoa Galdós.
El 2 de agosto de 1935 pasó al Centro de Estudios Hidrográficos del Ministerio de Obras Públicas, donde hizo una gran labor, aunque por poco tiempo, pues el organismo se suprimió el 14 de marzo de 1936, por lo que pasó a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir el 25 de junio de 1936 y el 3 de febrero de 1937 pasó a la Subsecretaría de Agricultura, en Valencia. Terminada la Guerra Civil, fue sometido a un expediente de depuración que le resultó favorable y fue destinado a la Comisión de Ordenación de Cultivos, pasando en diciembre de 1940 a ser, mediante concurso, profesor de Herbicultura, Fruticultura y Productos Tropicales en la Escuela de Ingenieros Agrónomos, que simultaneó con la Vicesecretaría del Mapa Agronómico Nacional.
En 1956 ascendió a consejero inspector general del Cuerpo. En 1958 fue catedrático numerario de la Escuela Superior de Agrónomos y de la Pericial Agrícola. Solicitó la excedencia en el Cuerpo al ser nombrado director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos, cargo que ejerció solamente desde el 18 de mayo al 24 de julio de 1960, en que se jubiló. Asistió a numerosos congresos nacionales e internacionales y publicó libros y artículos en revistas especializadas.
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