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Un paseo por Rute
18.08.12 - Escrito por: Araceli Granados Sancho
Está Rute vinculado en el recuerdo de quien no reside allí, a otro mes del año, pero, dado que no es Navidad, y que tampoco es pueblo de playa, es buen momento ahora para visitarlo, pues está tranquilo, aunque ya se introduce en el movimiento de sus fiestas patronales. La Virgen del Carmen está estos días expuesta en lo que un amigo me refiere que es un altar de cultos. Las flores amarillas, que en cantidad mayúscula la adornaban el día que yo la viera, ejercían un efecto de gran belleza. Estampa distinta a la de la Virgen de la Sierra, que conocen bien allí, y la tienen por muy milagrosa
La Virgen del Carmen reside este mes en la parroquia de Santa Catalina Mártir. Parece ser Virgen de mujeres, porque son muchas las que entran a saludarla al pasar por la puerta, de camino a algún «mandado». Sería porque era por la mañana, o sería por la compartida condición de madre... La parroquia es de aspecto tosco en el exterior ?e incluso en el interior?, sin portada apenas, y con unos contrafuertes en la puerta que la embrutecen. El retablo mayor debe ser lo mejor del templo, pero estaba tapado por la Virgen y los cientos de flores. Es, para decir algo positivo, un templo muy grande, separado por columnas de medio punto muy anchas. En una de las capillas que se encuentran a los lados del templo, hay un Nazareno que parece gozar de devoción: es una talla muy bonita.
Pero Rute tiene joya escondida, como todos estos pueblos; y esta es la iglesia de San Francisco. Hay que subir una buena cuesta, porque se encuentra en una amplia plaza, en la parte de arriba del pueblo. Cuando llegues, verás un templo encalado por fuera, sin portada; pero está allí dentro la iglesia más bella del término, hermana menor de las de Priego (que deben ser para nosotros, los subbéticos, como para los musulmanes la Meca: no morir sin ir a verlas al menos una vez en la vida). Está adornada con yeserías, pero de forma sencilla, equilibrada. Estas cualidades las tiene su retablo mayor y los de los laterales; posee en el coro hasta un pequeño órgano. Tiene tres naves, pero las laterales son más bajas y le dan un aspecto de recogimiento. Es una joya.
Los residentes de este pueblo son muy amables en general, les gusta mucho que el forastero se interese por su patrimonio, y todavía se acuerdan de los que, como ellos, emigraron a Cabra por lo del pantano. Se ve que fue Rute, por la cercanía, más beneficiado a nivel humano, del expolio por el agua y el Estado. Otros se han trasladado a pueblos distintos por el trabajo o por el casamiento, las dos principales causas de movilidad, tan distintas por otra parte.
Nos preguntan cómo está pasando Cabra estos tiempos, pues la piensan con más posibilidades que Rute. Desgraciadamente, en esto todos estamos en la misma circunstancia, tierras todas de emigración.
Para recuperar tu ánimo, atiende a este detalle. Hay dos ermitas que puedes ver sin necesidad de ir a hora de misa, o de adivinar qué vecina tiene las llaves, o de luchar contra la irracionalidad de las órdenes religiosas ?en algunos casos? que, por alguna razón, obstaculizan que se puedan ver los templos. Estas dos son la ermita de la Vera Cruz y la de San Sebastián. Muy inteligentemente han pensado en un modo de mantener la iglesia a la vista del público, pero reservada del hurto. La primera tiene rejas en los portones pequeños de los lados. En uno de ellos hay, saliendo hacia fuera, un soporte para velas, y, delante un banco para sentarse a mirar la Virgen, que llora lágrimas de sangre en el retablo mayor, que es lo mejor del templo, barroco como casi todos los de la zona.
La segunda es la ermita de San Sebastián, que tiene un cristal en el portón y un reclinatorio delante. Esta ermita está en la misma esquina de la parroquia que antes describimos, que aloja a la Virgen en este mes, ambas en la calle Granada. Es pequeñita pero también tiene adornos de yeserías en el techo y en los lados, y unas pinturas antiguas en el techo con motivos vegetales. Es también muy acogedora y bonita.
No es Rute sólo esto, sino que tiene museos y gastronomía, y seguro que un bonito entorno, pero es esto sólo lo que yo pude ver. Con esta excusa, tú podrás descubrir el resto.
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