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La pluma
28.10.2007 - Escrito por: Eduardo Luna Arroyo
Son más las horas de sufrimiento que las horas de tiempo que aún me quedan tras la puerta de mi casa. El cine del barrio tiene por altavoces los lamentos de un edificio en ruinas, la librería vende más de todo que de libros y el bar de siempre sigue rompiendo moldes y sentando cátedra en la desgracia. Como comprobarán el panorama es un tanto desolador, aunque yo, vivo dónde siempre me hubiera gustado vivir.
Sonaba un saxo de fondo, el reloj hizo su trabajo y plantó sus agujas pasada la media noche, cuando muchos descansan y otros descansan de la pesadilla de sus vidas. Si, sonaba el saxo, allí estaba ella, Cutty, sus ojos negros y su mirada pérdida más allá de la infelicidad retorcían mis tripas de melancolía y apretujaban mis pecados carnales por debajo de la cintura. Justo antes de acercarme a ella, el metro ya había pasado, sólo silencio, solos ella y yo, una mirada, dos, tres, diez y un dulce apretón de manos sin recompensa. Cutty aquella madrugada tenía ganas de hablar en un papel. Fueron días difíciles, su escrito comenzaba así….
Ninguna nota de mi saxo es bemol, ninguna melodía rompe la tristeza, ayer, le pegaron a una chica en el metro, yo, salí corriendo, hoy me arrepiento.
Sigue escribiendo Cutty, le dije, apretando los labios. Un ruin, una mierda, una basura, un racista, una bacteria, un gusano, le pegó una y otra vez en el vagón y ahora sigue viendo películas de nazis en su sofá sembrado de odio. En un recorte de periódico pisado una y mil veces, leí el asesinato de un taxista, la muerte de dos mujeres por sus parejas, el odio, en definitiva que vivimos en una sociedad vacía de contenidos como la mayor parte de la maldita televisión actual. Cutty, no paraba de escribir, la pluma que le había dejado estaba impregnada de su olor y de su llanto. Esto es insoportable, pensé, muertes, agresiones, falta de respeto, mala educación, falta de moral, de ética, vivimos en una pesadilla de espaldas a la realidad. El “neng” del metro no es un caso, es uno más, un símbolo más del deterioro personal que sufrimos, cambio de clima y cambio de personas y personalidades. Mientras, la justicia de broncas con la política, faltan jueces, faltan magistrados, faltan abogados, sobran crímenes y criminales, hasta los terroristas dan buenas noticias (porque no aparecen) en los tiempos que nos presionan y asfixian. Cutty, escribió sin mirarme a los ojos una posdata, quienes nos gobiernan y nosotros somos un error más de la civilización actual.
La pluma la guardé en el bolsillo de la chaqueta, al despedirme de Cutty en Epopeya el silencio hablaba por sí sólo, un beso de dignidad en su mano y un secreto al oído, del que les contaré algo más adelante. Dos horas quedaban para el amanecer, abrí la puerta de mi casa y encontré en el buzón una cita, mañana te esperaré llorando en tu hombro, no tardes. Qué quería decir aquello…?
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