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La depuradora de aguas residuales de Cabra
27.07.12 - Escrito por: Mateo Olaya Marín
La contaminación del río Cabra era uno de los principales problemas ambientales del municipio. De hecho se llegaban a alcanzar índices de calidad del agua verdaderamente alarmantes en ciertos puntos del cauce a su paso por las inmediaciones del casco urbano. Existían zonas del río Cabra que se encontraban en condiciones de anoxia (falta de oxígeno) debido a la altísima concentración de contaminantes (materia orgánica procedentes de aguas fecales, aguas residuales de industrias alimentarias, etc.)
Todo cauce fluvial, todo río, tiene su propia capacidad de depuración, que se mantiene en unos ritmos naturales. Es decir, el agua tiene su propio mecanismo de autodepuración. Descompone los contaminantes que le llegan a unas tasas idóneas para el medio, pero cuando estos vertidos se intensifican y se acrecientan, la entrada de contaminantes supera con creces a la capacidad del río de autodepuración, produciéndose, entonces, episodios gravísimos de impacto ambiental. Por eso las depuradoras son instalaciones diseñadas como imitación de lo que sucede en los cauces naturales, solo que reproducido en un espacio acotado y controlado.
Desde la entrada en funcionamiento de la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Cabra (EDAR) la calidad del río Cabra ha mejorado ostensiblemente. Uno puede asomarse a distintos puntos de sus márgenes y disfrutar del paso del agua limpia y natural, sin malos olores y signos de ausencia de vida. Todo ello unido a una regeneración del ecosistema, con la presencia de especies de avifauna y anfibios que llevaban tiempo sin avistarse en nuestra zona de ribera.
La EDAR de Cabra está construida en la Carretera de las Huertas de la Alcantarilla, k.m. 3,5 y las aguas tratadas se vierten al río Cabra. Se encuentra explotada por EMPROACSA (Diputación de Córdoba), y la empresa adjudicataria del servicio es ACCIONA.
Los objetivos de la planta depuradora son reducir los contaminantes de las aguas residuales hasta límites aceptables al cauce receptor, de forma que el agua saliente sea apta para regadío y otros usos, salvo el consumo humano; y por otro lado tratar los fangos producidos en los procesos de depuración, para su posterior uso agrícola. Así pues, existen dos líneas en el funcionamiento de la depuradora: agua y fango.
El funcionamiento de la EDAR de Cabra presenta las siguientes fases:
a) Pretratamiento: eliminación de sólidos gruesos, finos y de otros tamaños (restos de comida, residuos, etc.) y eliminación de arenas y grasas.
b) Tratamiento secundario: eliminación de la materia orgánica disuelta o coloidal (en espuma) El sistema para este tratamiento secundario son los fangos activos.
Consta también esta fase de la decantación de los fangos.
Pretratamiento:
Persigue limpiar y extraer del agua sólidos en suspensión y demás material de arrastre, para acondicionar el agua en las fases posteriores y facilitar así los procesos de depuración. Mediante un sistema de rejas, con grosores progresivamente de mayor a menor tamaño, se retienen todos los sólidos, tanto gruesos como finos. De ahí pasa directamente a un tanque con aireación donde se quitarán las grasas y arenas que presenta todavía el agua.
Tratamiento secundario:
El agua pasa al reactor biológico donde se realiza el tratamiento secundario (o biológico), a través del proceso de fangos activos:
Se mantiene un cultivo bacteriano disperso en forma de flóculos en un depósito agitado y aireado. Este cultivo de bacterias metaboliza (digiere) la materia orgánica que hay en el agua residual (materia orgánica con microorganismos) y que actúa como importante contaminante. La agitación persigue evitar los sedimentos, para mantener así la mezcla de las bacterias con la materia orgánica del agua residual. La aireación suministra el oxígeno disuelto necesario para que las bacterias y demás microorganismos degraden la materia orgánica. El agua con sus contaminantes continúa en contacto con el fango (formado por bacterias y otros microorganismos)
El agua que sale del reactor como asimilada a limpia, pero con muchísimo fango en suspensión, pasa directamente al decantador de fangos. El agua no se somete a aireación ni agitación, y al estar en reposo el fango se va depositando progresivamente en el decantador. Parte de este fango se recircula al reactor biológico (para seguir alimentando el cultivo bacteriano necesario para la depuración), y la otra parte se destina a la línea de fangos, donde se procederá a su desecación, acondicionamiento y posterior recogida por una empresa autorizada para aplicarlo a fines agrícolas.
En el proceso de decantación del fango, el agua que sale del decantador puede considerarse como limpia. De ahí es conducida al laberinto de salida, donde conectará con el colector de salida de la depuradora, que vierte en el río Cabra a una calidad óptima para el medio natural y algunos usos como el riego.
Algunos datos interesantes sobre la depuración
Existe una relación muy parecida entre los metros cúbicos de agua que consume la población de Cabra, y los metros cúbicos que se depuran. En términos muy generales y aproximados, diariamente sale de la depuradora entre 4.000 y 5.000 metros cúbicos de agua depurada, que se vierten al río Cabra. Unas cifras, éstas, que varían a lo largo del año en función de los meses y de las precipitaciones.
En el año 2011 se depuraron 1.726.210 metros cúbicos, siendo los meses de agosto y septiembre los que más volumen representan, debido al aumento de la población durante este período.
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