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Cien Años de Candelaria…Cien Años de La Opinión de Cabra
01.02.12 - CENTENARIO DE LA CANDELARIA - Escrito por: Antonio Fernández
Con motivo del Centenario de la primera celebración de la Romería de la Candelaria en Cabra que coincide con el Centenario de La Opinión de Cabra motivado en gran parte por la lucha incansable del querido fundador de esta publicación egabrense, D. Manuel Mora en el resurgir de la devoción en Cabra y “su distrito” hacia la Bendita Imagen de María Stma. De la Sierra hemos querido hacer un viaje hasta el año 1913 y ofrecerles lo que se contó sobre esta Celebración
A continuación y con motivo de tan magna efemérides, reproducimos literalmente lo que en el número 47 del Año II de La Opinión de Cabra con fecha 9 de febrero de 1913 publicó el director del medio, D. Manuel Mora
“LA FIESTA DE LA CANDELARIA,
PRELIMINARES
Fiesta en que la Iglesia Católica conmemora el acto de Purificación de la Virgen María después del parto y el de la Presentación de Jesús en el Templo.
La ley de Moisés prescribía que cuando una mujer había tenido un niño debía considerarse impura durante siete días, viniendo obligada a ir al Templo para ser purificada, lo que no podía hacer hasta treinta y tres días después de cumplido aquel septenario.
Si el nacido era niña, el tiempo que debía transcurrir hasta ir la madre al Templo a purificarse era doble, esto es, ochenta días.
La madre al presentarse en el templo, debía llevar como holocausto un ternero un cordero y un palomino o una tórtola, como medio de limpiarse de la mancha del pecado.
Si la mujer era pobre, le bastaba con ofrecer dos pichones o dos tórtolas. En este último caso se halló la madre de Jesús.
María se sometió a la ley mosaica presentando a Jesús al sacerdote y Dios aprovechó aquélla ocasión para que pudieran contemplar al Mesías prometido, Simeón el anciano y Ana la Profetiza, quienes atraídos por un Espíritu divino acudieron al templo, y allí declararon sus célebres profecías.
PARROQUIA DE LA ASUNCIÓN Y ÁNGELES
Con gran pompa y solemnidad se celebró la festividad de la Purificación, llamada vulgarmente de las Candelas.
A las 10 de la mañana salió la procesión tan hermosa como bien organizada por el digno Arcipreste y Rector de dicha Iglesia, don Andrés Caravaca.
Asistió todo el clero adscrito a la misma, capilla de música y numerosos cofrades y devotos.
La preciosa imagen de la Virgen iba lujosamente engalanada, los pichoncitos con gusto y primor.
La comitiva recorrió los alrededores de la Parroquia volviendo al templo.
Al ofertorio, el sabio Párroco Sr. Caravaca dirigió la palabra a los fieles explicando el misterio del día; con claridad y sencillez admirables expuso el concepto de la fiesta en hermosos períodos repletos de sabiduría y grandilocuencia.
PARROQUIA DE SANTO DOMINGO
Continuando antiquísima costumbre, la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario celebró el día 2 del corriente en esta Parroquia la bendición y distribución de candelas a los cofrades asistentes.
Terminada esta ceremonia, se organizó la procesión en la forma siguiente: Estandarte de la Cofradía; imagen del Patriarca San José al que acompañaba la ofrenda de los pichones, que por cierto iban preciosamente vestidos con la capa y escudo de Santo Domingo y rodeados de vistosas flores artificiales; seguía, inmediatamente, la Cruz Parroquial, la Cofradía, la capilla de música, la ofrenda de la torta y por último la Santísima Virgen con el primoroso vestido blanco llevando en sus brazos al niño Jesús con ricas mantillas de encajes y en su mano derecha la vela rizada propia del día a la que estaba adherido un hermoso ramo de claveles y flor de romero.
La procesión recorrió las calles de Concepción, Enrique de las Morenas, Juan Valera y Priego; cantándose al llegar a la iglesia la misa solemne de Cosme de Benito que interpretó la orquesta con gusto y afinación.
Enviamos nuestros aplausos a las señoras camareras de la Virgen del Rosario, doña Carmen Torres viuda de Bernard, doña Marta Leyva viuda de Salazar y doña Carmen Aguilera por el gusto delicado con el que han embellecido a la Bendita Imagen y al Divino Niño; y al Sr. D. José Aguilera y Serrano, Pbro, Hermano Mayor de la Cofradía, por la ordenación acertada de los referidos cultos y por la galantería de haber ofrecido el báculo en la procesión, al celoso párroco don José Aparicio.
Al ofertorio subieron las imágenes al presbiterio ofreciendo el Niño, de la Santísima Virgen, al sacerdote oficiante, que luego adoró el clero y los cofrades; haciéndolo después de la solemne fiesta todos los demás fieles asistentes.
EN LA SIERRA
Desde el día anterior no cesaron de acudir al Santuario devotos a cumplir promesas y prestar homenaje a la Virgen milagrosa de la Sierra.
La concurrencia fue enorme, no obstante lo desagradable del día y dudas de un tiempo variable, indeciso y visiblemente inclinado a borrascas y lluvias: por la tarde llovió en abundancia.
En el templo se llevaron a cabo con gran solemnidad las fiestas religiosas con la ceremonia de bendición de la torta, pichones, candelas y romero.
Lo más interesante, la procesión del Divino Niño alrededor del Santuario.
Los redobles del clásico tambor, abrían marcha y entre cohetes, chupinazos y vivas de los devotos recorrió la comitiva el itinerario mencionado en fervorosa adoración.
En la misa actuó de oficiante, nuestro distinguido amigo el sabio presbitero D. Francisco Caballero.
Terminadas en el templo las fiestas religiosas, empezaron las rifas.
El patio estaba repleto de gente; era una piña humana, hermosa, interesante.
Por cierto, que no había sillas, ni bancos, lo que significamos a la cofradía por si creen prudente estudiar el medio de remediar esta necesidad.
En primer lugar se rifó la torta en que fue favorecido por la suerte el P. Caballero, que galantemente la cedió, volviéndola a rifar.
Después se rifaron los pichones, ramitos de violetas, etc. arrojando todo la cantidad de ptas. 30.
A la tarde se rezó el Santo Rosario, cantando los devotos fervorosa salve que resultó un inesperado coro artístico; la iglesia era una ascua de oro; millares de velas estaban encendidas y los brillos de tantos puntos luminosos forman conjunto deslumbrador.
Y cuando nos propusimos bajar, tuvieron a bien abrirse furiosamente las cataratas celestes y cuestas abajo entre chaparrón y chaparrón llegamos al pueblo hechos una sopa”
M. Mora
De esta manera, el que fuera director de La Opinión de Cabra plasmó todos y cada uno de los momentos que se celebraban por aquéllas fechas en torno a los primeros años de vida de la Romería de la Candelaria.
Como nota histórica a destacar, podríamos extraer la importancia que por entonces cobraba la Cofradía de Ntra. Sra. Del Rosario que recibía importantes cultos con motivo de la Festividad de la Candelaria y por consiguiente, la actividad en la Parroquia de Santo Domingo.
De igual forma, pueden observar en la Galería de Imágenes el extracto de dicho número de La Opinión de Cabra de 1913 donde se publicó lo anteriormente expuesto acompañado de unas fotografías de dicha época.
Tras la propia celebración de la Romería les ofreceremos un amplio reportaje de la misma así como una sucesión de imágenes de todo lo que ocurra en el Santuario de María Stma. De la Sierra.
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