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El Toisón de Oro.
05.01.12 RINCÓN DE ARTE - Escrito por: José Peña González - Académico
La Fundación Carlos de Amberes que dirige con gran acierto el periodista Miguel Ángel Aguilar presenta desde el 1 de diciembre y hasta el 26 de febrero una exposición monográfica sobre la mas alta condecoración española: la soberana orden del Toisón de Oro, creada en Brujas el 10 de enero de 1430, por Felipe el Bueno, duque de Borgoña e integrada en la Corona española a través del matrimonio de Maximiliano I de Austria, el padre de Felipe el Hermoso, con Maria de Borgoña, hija de Carlos el Temerario. A partir de la boda de Felipe con Juan de Castilla, la hija de los Reyes Católicos esta orden del vellocino de oro queda en manos de los soberanos españoles hasta el momento de la guerra de sucesión el año 1700.
En esta etapa inicial de su incorporación a España, especialmente con la figura del cesar Carlos, la Orden vive su momento de máximo esplendor. Fueron distinguidos con ella los más importantes personajes de Europa y el emperador Carlos unifica la soberanía de la orden con la Corona española. Todos los Austrias hasta Carlos II ostentaron la Jefatura y con ella aparecen en los retratos de corte, algunos de los cuales se muestran en esta exposición. Son obras de Carreño de Miranda o Pantoja de la Cruz, junto al gran Velázquez en los que nuestros monarcas aparecen revestidos del hábito de caballero y especialmente visible con el gran collar que la identifica. Tras la Guerra de Sucesión española el archiduque Carlos, futuro Carlos VI de Austria, se reconoce a sí mismo como sucesor del ducado de Borgoña y por ello Soberano de la Orden. De este modo en los inicios del XVIII hay dos ramas del Toisón que han convivido por regla general de forma pacifica. Hoy se considera que el único Soberano de la misma es el Rey de España Don Juan Carlos I de Borbón y Borbón.
Su antepasado Felipe V, el duque de Anjou, que reclama para si la soberanía de la Orden como heredero directo de Carlos II, el último monarca español de la familia de los Austrias, ejerció generosamente esta jefatura hasta el punto que desde 1700 hasta la firma del tratado de Utrecht en 1713 había concedido 40 collares entre ellos al duque de Berwick, ennoblecido por el Rey Felipe con el ducado de Liria por su ayuda militar contra los ingleses en la guerra de sucesión. Se muestra en la exposición el cuadro de Ingres que recoge el momento e la entrega del Toisón al aristócrata ingles. Felipe V y los emperadores de Austria conceden paralelamente collares de la misma Orden, confusión que terminó en el momento del derrocamiento de la dinastía austriaca tras la guerra del 14.
Los Borbones mantienen la condecoración rodeándola de gran ornato. Todos ellos aparecerán en retratos de corte con los mantos rituales- rojo, negro y blanco- cumpliendo con los estatutos de la Orden y asi aparecen en los retratos de Pantoja de la Cruz, Vicente López, y Francisco e Goya, de quien se ofrece dos cuadros de Carlos III y Carlos IV respectivamente. Junto a estas firmas, obras de Rana, Miguel Jacinto Meléndez y Vicente Palmaroli. Este último pintará a la Reina Cristina de Habsburgo con todo el ceremonial de la Orden en la minoría del rey Alfonso XIII que puede verse en la exposición. Casi todos ellos responden al estilo pictórico del llamado retrato a lo borgoñón, tan presente en la pintura española especialmente en la época de los Austrias.
La orden tiene un marcado perfil católico. El primer caballero ajeno al catolicismo fue el duque de Wellington que recibe la preciada condecoración el 1812 de manos de Fernando VII para premiar sus servicios en la guerra de la Independencia. Hoy su joyel y un cuadro del mismo están también en la exposición que comentamos.
La primera mujer y hasta ahora la única que ha ostentado la jefatura de la Orden ha sido Isabel II de España bajo cuyo reinado la condecoración deja de ser una exclusiva prerrogativa regia y pasa a ser compartida con el Consejo de Ministros, situación que se mantiene hasta la Restauración. En la actualidad el Rey Juan Carlos “comunica” al Gobierno la concesión que hace "en prueba de su Real Aprecio" y el nombre de la persona distinguida con ella.
Alfonso XIII otorgó varias condecoraciones dándose el hecho curioso que el último acto oficial del monarca antes de su salida de España fue el de imposición de medallas. Ya en Roma concede a su hijo Juan el Collar de Caballero y la Jefatura de la Orden. El Conde de Barcelona mantendría el rango de Gran maestre hasta el 14 de mayo de 1977 en que trasmite a su hijo, el Rey Juan Carlos la jefatura de la casa Real Española que había recibido de su padre el Rey Alfonso. En esta transmisión iba incluida también la Orden del Toisón.
Don Juan otorgó durante su reinado en la sombra varios collares, entre ellos a Balduino de Bélgica y Fabiola de Aragón con motivo de su enlace matrimonial, además de a su consuegros Pablo y Federico de Grecia, su medio sobrino Carlos de Borbón Dos Sicilias y por supuesto a su hijo Juan Carlos desde el momento de su nacimiento junto con la Cruz de la Victoria, emblema del heredero de la Corona. El General Franco jamás tuvo esta distinción.
El Rey Juan Carlos a partir de 1977 ha ennoblecido a las reinas de Holanda, Dinamarca y Gran Bretaña, al emperador del Japón y fuera de las testas coronadas a Torcuato Fernández Miranda, Adolfo Suárez y al marques de Mondejar. Muy recientemente a Javier Solana y Víctor García de la Concha y por supuesto al Príncipe de Asturias en el momento en que fue proclamado como tal.
La orden tiene un contenido religioso y humanístico. Sus patrones son Gedeon, el héroe bíblico que aparece con el vellocino, símbolo de la orden y ocupa la parte central de un impresionante tapiz expuesto, junto a Jasón el héroe mitológico que lo recupera y del que se expone el cuadro de Quellinus del Museo del Prado. Además San Andrés, cuyo soberbio retrato e Rubens, propiedad de la Fundación Carlos de Amberes preside la antigua capilla del antaño Hospital, y cuya aspa o cruz de San Andrés recoge, junto al pedernal y sus chispas, el lema de la Casa de Borgoña: “Hiere antes de que la llama prenda”.
La exposición recoge además de cuadros y tapices, una colección de códices, vestiduras religiosas, libros de cuentas, armaduras y por supuesto collares y joyeles.
Esta lección de historia tan unida a la Corona española puede contemplarse en la sede de la Fundación Carlos de Amberes, en la madrileña calle de Claudio Coello 99, muy cerca de donde tuvo lugar el 20 e diciembre de 1973 el magnicidio del Almirante Carrero Blanco. Allí permanecerá hasta el 26 de febrero.
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