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¿Alguien puede ofertar mejor alegoría de la paz?
20.10.11 ITINERARIOS EGABRENSES III - Escrito por: Isabel Montes Romero
Canta Pasión Vega: “Los sueños son tan sencillos, soñar no cuesta dinero, en la calle del Almíbar, del barrio del Caramelo”
“Ramón y Cajal” nos lleva, hacia la escondida y diferente en la Barriada (¡con bloques de pisos!), calle “Vicente Aleixandre”, y desembocamos en “Ben Mocaden”, tan alegre, y casi tan prolífica, como su paralela “Ramón y Cajal”, pues entre ambas, otro vientre, dador de vida, gestó la misteriosa urbanización de la “Cooperativa Jesús Obrero”, un laberíntico entramado de casas y plazas, con aire y sonido (o, tal vez, silencio) a oasis.
Subimos hacia la Plazoleta de la Paz, para adentrarnos en la calle “Virgen de la Paz”, que lleva con acierto el nombre, pues ahí nos espera, serena, una hilera de casas con fachadas rectas, blancas, sencillas, bellamente igualitarias, mirando al frente la decencia de lo que tiene, su parque y su pista deportiva y, tras el arroyo, en el horizonte, la invitación a tender puentes y a prosperar. ¿Alguien puede ofertar mejor alegoría de la paz?
Al bajar, nos dejamos seducir por uno de esos puentes unidores, lo cruzamos, y nos encontramos, como en un cuento de hadas, con el tesoro de la “Urbanización Blas Infante”, esos bloques de pisos, extendidos al sol, que para alguien que imagina mas allá de lo que ve, se tornan en dulce imagen, hecha de gigantes galletas de coco, vainilla, y trufa. Y en este barrio, que llamaron “vikingo” algunos cegatos de otro tiempo, sus laboriosos vecinos, se rodean de cuidados y delicados jardines, hacen gala de su concepto de armonía, y rompen aquellas injustas profecías.
Tras una vuelta-paréntesis, volvemos a Gargallo por el puente de abajo, y adentrándonos por la pista de footing, subimos hasta la calle “Acera Mio Cid”, donde otra vez una acera, madura, se volvió calle, convirtiéndose en uno de los ejes principales de la ciudad. Y ésta arteria vigorosa, donde florece el pequeño comercio del barrio, nos lleva al corazón de la barriada, la amplia y hermosa Plaza, llamada por el momento –que muchos nombres ligados de manera especial a determinados contextos políticos, están llamados a ser transitorios-, de José Solís Ruiz.
Y ahí terminamos nuestro tercer itinerario por las calles de Cabra.
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