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Dónde el negro es la luz……
25.09.2007 - Escrito por: Eduardo Luna Arroyo
Epopeya es…….una estación de metro en cualquier parte, a la que día tras día bajo para reencontrarme con el techo subterráneo de una historia pintada sin pincel en una pared derrumbada. Cuando el día muere en Epopeya, muere, no resucita al amanecer. Al bajar las escaleras, algunos descerebrados dicen que están sucias por la dejadez humana y mundana, pero a mí me gustan así, porque me recuerdan que no todo es blanco, que no todo es humano.
Por las noches, tras el último trago en la taberna de Lanzadurí, a eso de las doce y media, me automedico para dormir, escuchando el llanto ebrio del saxofón de Catty. Esa mujer que llora por la boca cuando suena su inseparable saxo. Nadie se acerca a ella salvo yo, me gusta hablarle pero nunca me responde, sus oídos se cerraron cuando su marido intentó acostarse con su madre, minutos antes de su boda. Catty, toca como nadie.
Pero todo es concurrido a altas horas de la madrugada. En los servicios de Epopeya, hay instalado un hotel de cinco estrellas para los más duros vagabundos de la ciudad. Johnny, El Pico, Marco, Capo y algunos más transeúntes que sueñan con poder comer una sóla vez al día, sin estar solos. El portero de noche, El Cristiano, cobra sólo si tu cara merece tal respeto. Antes de cerrar un nuevo capítulo negro de su vida, admiro sus reflexiones, su rechazo al desprecio, su desprecio al rechazo. Algún día, escribiré sobre ellos y sus tertulias de vino tinto en tetra brick y sus latas de sardinas como cesto de limosnas.
Epopeya, posee individuos, no pasan por ella personas, posee historias no las cuenta, no sabe escribir ni leer, pero cuidado forastero es la más sabia, Epopeya es la estación de metro más acogedora para el dolor. Epopeya es, el principio de un callejón cerrado. Epopeya es un espacio dónde el negro es la luz……..
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