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ENTREVISTA A CARMEN CALVO
20.08.11 - Escrito por: Lourdes Luque Villatoro
“La cultura es lo que inquieta, lo que te hace crecer, lo que ayuda a liberarte”
La cultura y la política son dos pilares fundamentales en su vida. Amante del flamenco y de la música rock, se considera una persona afortunada a la que la política le ha brindado la oportunidad de vivir un sueño.
En una acogedora casa del emblemático barrio egabrense de El Cerro, Carmen se encuentra viendo un documental en el Canal Historia cuando llegamos para la entrevista. Tras hacer las presentaciones y ofrecernos tomar algo, comenzamos la entrevista. La tarde lluviosa y fría de otoño apenas es sensible dentro del salón blanco e inmaculado de la casa, donde nos acomodamos en uno de los sofás cerca de la mesa. Carmen opta por sentarse en el sillón presidencial de la habitación y enciende unas cuantas velas. Apaga la televisión, llena dos vasos de agua que nos ofrece para el desarrollo de la entrevista y con un agradable “cuando queráis podemos empezar”, abre sus recuerdos y su corazón a todas esas cuestiones que llevábamos para ella.
La cultura ha sido y es uno de los estamentos de su vida, la ha acompañado a lo largo de toda su carrera tanto en Andalucía como en el Gobierno Central. Para Carmen, la mejor manera de definir la cultura es como lo hizo Lorca: “La cultura es todo lo que te ayuda a inquietarte y a liberarte”. No es cultura lo que te entristece, lo que te conforma o te atasca.
Siempre ha luchado por intentar democratizar la cultura y su interés el feminismo y los temas sociales la han conducido a publicar varios libros sobre temas de igualdad y el Estado de Bienestar. Considera que su etapa frente a la Consejería y Ministerio le han brindado la oportunidad de llevar a cabo interesantísimos proyectos, pero también necesitaba alejarse un poco de la política y dedicarse a hacer cosas que siempre le han gustado.
Nuestra conversación es muy duradera, una tarde de la vida de Carmen, una mujer a caballo entre Madrid y su tierra natal, Cabra.
-Durante su etapa al frente de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, tuvo el privilegio de inaugurar uno de los museos más importantes de Andalucía, el Museo Picasso en Málaga.
¿Cómo vivió esa experiencia?
-“La política es algo muy anclado en la realidad, en la prosa cotidiana. Soy de los pocos políticos en España que se encontró con un sueño, y lo conseguimos porque desde el principio no nos dimos cuenta de que era casi un imposible. Pero conseguimos traer los cuadros de Francia, comprar catorce casas, hacer las obras en el centro de Málaga. En definitiva, hacer todo aquello que duró más de una legislatura y que podíamos perder las elecciones entre una y otra. Si yo me hubiese asustado desde el primer minuto, no lo habría conseguido”.
Se siente orgullosa y feliz por haber conseguido ver los frutos del gran trabajo que llevó a cabo con este proyecto. Además recuerda a su compañero y, por aquel entonces Presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves al que se refirió diciendo que si él no hubiese confiado en ella y le hubiera dado manos libres para trabajar, no lo habría logrado.
Vuelve a emocionarse al recordar la noticia del nombramiento del flamenco como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, ya que ella formó parte de esa idea durante su etapa de Ministra de Cultura.
-“Ese expediente lo comencé yo en Andalucía, lo mandé al Ministerio y lo recibí como ministra. Lo planteé en la Unesco, que era la primera vez que se llevaba una candidatura presentada por un Estado y que la apoyaban otros. Aquello me producía un placer muy particular como andaluza y como aficionada al flamenco que soy. Además el flamenco es una música que no es de España, es del mundo. No es una música étnica, es un arte completo. Tiene voz, instrumento, vestimenta, estética, baile específico; no hay nada tan completo como el flamenco”.
-Durante su mandato en la Consejería de Cultura se puso en marcha la Biblioteca Virtual de Andalucía, con una base superiro a 500 documentos digitalizados de acceso público. En Francia, la Biblioteca Nacional también ha llevado a cabo un proyecto de digitalización de gran parte de sus publicaciones. ¿En qué fase se encuentra nuestro país?
-“Le pusimos a este proyecto un nombre muy bonito, el de Biblioteca Hispánica, ya que cuando nosotros conectáramos con la Biblioteca Virtual Europea, conectábamos con más de quinientos millones de hispano hablantes. Ahora mismo va avanzando muy bien la digitalización. Conseguí de alguna manera que la sección Hispánica fuera la estrella”.
Durante este recorrido por los logros y proyectos de Carmen en su vida política fue inevitable ver en sus ojos el brillo de la nostalgia y de la satisfacción. Una mujer fuerte y con ilusiones infinitas de ver a una sociedad cada vez mejor y más preocupada por los valores y los derechos. Pero quizás la temática cultural es el hilo conductor de su carrera.
-¿La cultura se ramifica según el rango de edad?
-“Sí, sin duda. Todo en la vida está conectado con la edad. Porque la vida es tiempo, desde que naces hasta que te mueres, vas pasando por diferentes etapas. Todo en la vida está conectado con la edad, y la cultura también. Lo que a un ser humano le atrae a los 15 años, no le gusta a los 25, a los 40 se le ha quedado pequeño y a los 60 tú vas aquilatando ya lo que te gusta y te vas quedando con pocas cosas que te gustan mucho. Así que la cultura precisamente es el mundo donde debe haber muchas ofertas porque casi de año en año la gente cambia de gusto”.
-¿Qué tipo de productos culturales hay para cada sector de la población?
-“En la cultura a las cosas se les pone fecha y edad, hay películas que están prohibidas para los niños o hay horario infantil en la televisión. La cultura es lo que más edades tiene y en ese sentido va también con los gustos, porque hay gente a la que le gusta mucho leer y no le gusta el cine o gente a la que gusta la música pero no le gusta leer; eso es una decisión que la lleva cada uno a su vida. Hay personas que dicen “yo he descubierto la ópera a los 40 años, nunca me habría parecido que la ópera me llegara a gustar”. La cultura es la libertad, y dentro de la libertad está el tiempo y en ese sentido todo va por edades y por momentos de la vida”.
Siempre ha sido una mujer que ha intentado democratizar la cultura, en sus legislaturas se han abierto más de 130 teatros y una serie de bibliotecas que incluyen la totalidad del territorio de la Comunidad Autónoma de Andalucía. Aunque aún persiste en ella una gran preocupación, y es la dificultad de hacer llegar los productos culturales a ciudades pequeñas. Ha sido algo que la obsesionaba, ya que todos los ciudadanos pagamos los mismos impuestos y no disfrutamos de las mismas oportunidades simplemente por vivir en núcleos de población más pequeños.
-El cine español ha sido tachado siempre de ser “malo” y de baja calidad. Usted intentó que nuestro cine tuviera más presencia en las taquillas y, de alguna forma, animar a los artistas cinematográficos españoles. ¿Cuál considera que es el fallo de nuestro cine?
-“Yo creo que una cosa muy sencilla, para hacerla debe ser muy difícil pero en realidad es muy simple de entender. Yo creo que los guionistas y directores españoles, los que hacen cine para España tienen que conectar más con los gustos del público español. Significa hacer cosas buenas pero conectadas con el público”.
-¿Significa eso hacer productos de bajo nivel cultural pero que conecten con los gustos de los españoles?
-“No significa no hacer cine como creación cultural, no significa hacer productos de bajísimo nivel para que vendan en taquilla y ganar dinero. Cuando los cineastas españoles hacen buen cine, la gente va porque ahí están las taquillas. No solamente van al cine a ver cosas mediocres que son fáciles de vender. Sino que hay muy buenas películas, como las de Amenábar”.
-¿Cultura desde la tolerancia o desde la prohibición?
-“Yo creo que por principios la cultura no puede ser ni de prohibiciones ni de censuras. Lo que ocurre es que estamos dentro de un esquema de convivencia, que es político y que es jurídico. Lo que roza los derechos de otro, la conculcación de derechos de otro y lo que roza las situaciones ilegales no se pueden consentir a nadie, tampoco al que diga “es que esto para mí es cultura”.
-¿Cree que se puede permitir la expresión artística y cultural en un lugar público y de forma espontánea, aunque haya gente que no lo apruebe; o cree que estrictamente debe realizarse en recintos destinados a ello, para evitar controversias?
-“Yo en eso soy muy defensora del formato anglosajón, y fíjate que nosotros como andaluces somos muy dados a estar en la calle, a usar el espacio público. La cultura debe ser de entrada muy cercana a la libertad y a la tolerancia máxima posible, pero dentro de los límites propios del modelo constitucional que protege los derechos de todos y la pluralidad de todos”.
-¿Ha cambiado el perfil de consumidor de cultura en España?
-“España se ha democratizado mucho en esto. Hace 30 años eran élites pequeñas que iban al teatro, que había pocos, que iban a la opera, que compraban libros, que iban a exposiciones o que conocían que había un museo. Sin embargo, ahora se ha democratizado mucho, es uno de los datos más bonitos que tenemos de la democracia”.
-Entonces, ¿cuál podría ser el perfil de consumidor cultural español?
-“Es gente de formación media alta pero no muy alta. Y es que, ahora van cientos de miles de personas sin grandes cualificaciones profesionales a los museos, a los cines, a comprar libros o al teatro, y eso es my interesante”.
-La televisión en España, ¿qué opina de ella? ¿Es una televisión que refleja a los españoles?
-“Si las televisiones españolas reflejaran España era como para irse. Así de claro, y lo que me alienta es que la mejora tan grande que ha hecho Tve. La prueba más evidente es que la gente sabe responder a lo bueno, es absolutamente malvado aquellos que dicen que lo que hay que dar es cosas fáciles y mediocres porque la gente eso es lo que quiere, me parece una maldad increíble. La televisión se ha convertido simplemente en un negocio en el que se venden ideas para comprar cosas, que a su vez están conectadas con negocios donde se vende a la mujer. Ya sea negocios de la belleza, todo lo que rodea a dietas, comidas, gimnasios o productos de todo lo que rodea el ocio discotecas, etc”.
-¿Considera entonces que la televisión ha creado un nuevo estereotipo de español?
-“Algunas televisiones se mueven solo en torno a eso. Entonces el modelo que tiene la gente a seguir es guapo, ligo, salgo, trasnocho, disfruto y consumo, consumo. Consumo tabaco, gimnasio, drogas, alcoho, belleza, consumo para ligar y hay televisiones que están en torno a eso todo el rato, conectadas a ese mundo de negocio donde muchos seres humanos, sin niveles de formación se mueven como verdaderos “peleles” en torno a ese movimiento. Por eso dicen los barómetros de las encuesta que tenemos a una parte de la juventud que solo quiere estar en concursos de televisión para hacerse famoso, ser guapo, bien cachas, o ser muy guapas, muy operadas muy operados, ganar dinero rápido para seguir invirtiéndolo en tu cuerpo”.
Carmen se muestra muy preocupada en este asunto que atañe a la juventud del siglo XXI. Insiste en que en los medios se habla de temas muy importantes con una frivolidad increíble. Ella asume la responsabilidad como mujer y como política de hacer algo en contra de todo esto, y asegura que toda la sociedad debe comprometerse a ello. La Ley del Cine, que fue aprobada durante su etapa al frente del Ministerio de Cultura la llevó a realizar una serie de negociaciones con las televisiones y ella asegura que aquello le trajo muchos dolores de cabeza. “Cada uno partíamos de diferentes puntos de vista en las negociaciones”.
-Vivimos en la sociedad del consumo, todos queremos tener más – y muchas veces a costa de lo que haga falta- ¿qué nos ha hecho llegar a este punto? ¿Dónde está el fallo: educación, sociedad en general,…?
-“Hemos perdido el sentido de la medida de las cosas, a eso Aristóteles lo llamaba el equilibrio. Aristóteles dijo que la revolución más grande que se puede hacer es el equilibrio. Sin embargo, los seres modernos nos creemos que las revoluciones están en los extremos, y lo revolucionario es el punto intermedio. Hemos perdido el orden de las cosas y el valor e incluso hemos perdido el rumbo de nuestras propias vidas. Con lo cual tenemos más que nunca, pero lo valoramos menos que nunca. No sabemos apreciar las cosas, no sabemos agradecerlas, que es una de las cosas más terribles que nos están ocurriendo. Nos hemos convertido en unos seres consumistas, ansiosos y desagradecidos”.
-¿Considera entonces que el consumismo excesivo nos ha convertido en seres sin valores?
-“Nos hemos inventado un lema terrible: el tengo derecho. Que es terrible, tengo derecho como si esto fuera el mundo mágico de Merlín, como si se lo dijeras así al cosmos. Sin embargo a mí me gusta mucho practicar el tengo libertad, tengo mi propio poder, tengo responsabilidad, deberes, o sea tengo derecho pero todo los demás tengo no me los salto. Y no me gusta que la gente se los salte, porque de repente tu vida es mucho más interesante, tiene mucha más humanidad”.
La rabia de Carmen salta por un momento al pensar en lo que la humanidad tiene y no sabe aprovechar. Ella dice orgullosamente que al despertarse cada día da gracias por tener dos piernas sobre las que levantarse, de tener una secretaria maravillosa a la que agradece constantemente su ayuda. Nos muestra su lado más humano y, sin duda, todo esto se ha visto reflejado en su máximo esfuerzo y tesón en el trabajo. Es consciente de todo el mundo que tiene alrededor, ya que incluso ella misma dice levantarse alegre pero luego es el mundo el que la amarga.
En todo este tiempo he tenido ocasión de analizar la habitación donde nos encontramos. Pese a que tiene una preciosa chimenea, aún no tiene intenciones de encenderla, ya que ni siquiera tiene provisiones de leña. Tiene muchos recuerdos de sus viajes colgados en las paredes, e incluso tiene pegatinas en las puertas del salón como si fuera un cuadro de punto de cruz de un niño recién nacido. En la otra parte del salón tiene una gran biblioteca ordenada según ningún orden establecido. Tendrá seguramente más de cien libros allí apilados y colocados en la estantería. Luego tiene, como en casi todo salón de toda casa, una mesa con portafotos encima de su familia y de ella en algún evento importante. También tiene libros por la mesa, no reina precisamente el orden en esta parte de la habitación. En ese momento llega su hija que viene a avisarla de que se marcha, le dice que está muy a gusto con nosotros, aunque no sabemos si lo dice por simple cortesía.
Cuando trabaja en el Ministerio de Cultura con la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, tuvo, como uno de sus principios el incentivar el voto en el sector joven de la población.
-Los jóvenes son el futuro de la sociedad y actualmente se asocian siempre a temas como la incultura, el alcohol o las drogas. Muchos de los jóvenes universitarios se sienten algo desmotivados porque la sociedad no cree en ellos. Pese a que incentivó el voto joven, ¿hacia qué lado se posiciona? ¿Considera que los jóvenes son una generación perdida?
-“No, si los jóvenes fueran una generación perdida lo que estaría perdido es este país, de ninguna de las maneras. Lo que creo es que los jóvenes de ahora vivís en un mundo muy, muy distinto”.
Recordando su juventud, nos contaba que el salto generacional con sus padres fue grande, pero los saltos que se dan ahora son mucho mayores. Se muestra firme en sus convicciones e ideas de lo que piensa que tienen que hacer los jóvenes para hacerse creer en una sociedad que parece que les ha dado la espalda. Ella luchó mucho por hacerse creer, ya que siendo mujer, no tuvo todas las puertas abiertas en la política, sobre todo durante su comienzo. Por eso parte de su carrera ha estado dedicada a temas de igualdad, ella se considera feminista antes que socialista y se apoya en las palabras del antiguo Presidente de los EEUU Wilson, quien no entendía una sociedad que no fuera feminista. Afirma que nunca se lamentó de las circunstancias que le tocó vivir, sino que un día se plantó delante de todo y todos diciendo que ella era socialista y feminista. En aquellos años, afirma que se sentía sola justo en frente de unos problemas complicados, viviendo en una sociedad fundamentalmente patriarcal y católica. Su madre ni siquiera quería hablarle y casi medio pueblo, pero al final sonríe orgullosa diciendo que “ya todo el mundo es así”.
-¿Qué aconseja entonces para las nuevas generaciones que están por venir?
-“Vosotros lo que tenéis que hacer, en ese sentido, posicionaros más fuerte. O sea que no os gane la batalla los de las discotecas con la cocaína. Yo veo que tenéis una cabeza magnífica, una formación estupenda, que habláis idiomas, que habéis viajado, que no os asustáis de nada, que tenéis amistades cosmopolitas. Lo que me sorprende algunas veces es que no piséis más fuerte. Yo os diría que cogiérais bandos políticos, no os penséis que vais a pasar de la política. Os estáis equivocando, tenéis que meteros en eso, cambiarlo. Nosotros ya lo hicimos”.
Calvo nos confiesa que se siente muy joven y tiene puesta en la juventud una gran esperanza de que consigamos tener un mundo mejor. Le gustaría que los jóvenes no sólo se interesaran por aquello que les afecta. Dice haberse asombrado al ver las movilizaciones por el Plan Bolonia y le encantaría que la política estuviera dentro de los intereses de los jóvenes.
-¿Cuál cree que es el fallo de que los jóvenes no se impliquen en política? ¿Podría venir a causa de la mala imagen que dan a veces nuestros representantes?
-“Os tenéis que atrever, a nosotros nos tocó Franco. Sois vosotros los que tenéis que entrar en los partidos, apretaros los tornillos y punto. Es que habéis creído que somos nosotros los que tenemos que hacer la política para que a vosotros os resulte atractiva. Nosotros somos ya unos carrozas y sois vosotros los que tenéis que decir a un político “o deja usted de hacer karaoke o no lo va a votar nadie”.
Internet es un universo abierto que da múltiples oportunidades a todos los usuarios que acceden diariamente a multitud de información, así como a productos culturales. Carmen considera que Internet es instrumento no un fin en sí mismo. “Es como si alguien dice que es fantástico que se haya inventado la imprenta. Pero en la imprenta hemos publicado tanto el Quijote y libros de Hitler para gasear judíos. ¿Es adorable la imprenta? Mira sí, pero internet es un instrumento”. Asegura que hay muchas cosas buenas y otras indeseables. Le gusta porque nos ha abierto a un espacio nuevo que antes no teníamos, un espacio donde en tiempo real puedes entrar o salir, poner información y recibirla, etc. “Es una revolución maravillosa, las nuevas tecnologías son la magia hecha realidad”.
-¿Qué ve de positivo y negativo en la red?
-“Tiene de positivo muchísimas cosas y de negativo todo lo que sabemos que ocurre en la red. Se cometen muchos nuevos delitos que le costará mucho al mundo jurídico darle forma, perseguirlos y controlarlos. Y de bueno para la cultura: miles de posibilidades, creatividad nueva, nuevos formatos, conexión masiva con millones de personas, cosas que antes las consumían pocas personas y ahora las pueden consumir muchas. Me parece maravilloso, no tengo nada en contra. Pero los artistas que crean dentro y fuera de la red tienen que comer de lo que crean porque si no, no crean. Además a nadie se le puede robar su trabajo. ¿Cómo vamos a casar una cosa con la otra? Habrá que pensar hasta que demos con una tecla”.
A modo de solución, nos comenta que hay que intentar que haya muchas cosas no se puedan piratear porque sean trabajo de una persona. “Lo que no haya que proteger que tenga libertad máxima porque sino el mundo no se va a desarrollar”.
-Hay numerosos programas de descarga de archivos en internet, que permiten bajar de la red copias de diversos archivos. ¿Usted consideraría “piratas” a los usuarios que se bajan archivos de la red para su uso y consumo privado?
-“No, para nada, eso se reguló estando yo en el Ministerio. Y peleamos mucho para que la copia privada fuera un derecho que uno tiene. Eso es como si vas a un archivo público y pides una copia de una cosa, a lo mejor te cobran un euro por la fotocopia, pero tú tienes derecho como ciudadano español a entrar a los archivos españoles y a llevarte lo que este al público de esos archivos. Lo mismo que tienes derecho a acceder de manera física tienes que tener derecho de manea virtual a los archivos que están informatizados. A lo que no tienes derecho es a comercializar con archivos que son públicos de todos los españoles para tu beneficio personal. Pero eso es como antes, no ha cambiado nada, solo el formato. No tienes derecho a comercializar con unos archivos que no son tuyos, es lo mismo, solo que ahora es la red. Confío en que sea la misma tecnología la que dé con esa tecla, porque lo que es injusto es que alguien se beneficie de lo público, que alguien que cree un trabajo no le compren su trabajo y se lo roben. Todo es un poco injusto entonces lo que hay que tener más esfuerzo para encontrar la solución”.
-En los medios de comunicación aún sigue existiendo cierta marginación a la mujer. En uno de los resultados del Proyecto de Monitoreo Global de Medios del año 2010, solamente el 24% de las personas que aparecen, dan su opinión o sobre las cuales se lee noticias, son mujeres. ¿Nos queda mucho que andar en este aspecto?
-“Yo soy feminista antes que socialista y, desde luego, lo que más me motiva en la vida pública es seguir peleando por las justicias, las necesidades y las oportunidades que las mujeres necesitan para seguir avanzando en el mundo. Porque ahí va mi propia dignidad, pero aún nos queda mucho por hacer. Con sesenta asesinadas nos queda mucho por hacer y sesenta asesinadas no lo soluciona ni un gobierno, ni una ley, los tribunales o los cuerpos de seguridad del Estado. Sesenta asesinadas significa que esta sociedad todavía no respeta a la mujer”.
De manera algo ofuscada nos comentaba que ella, una mujer que pasó por la política, por ejemplo por el Gobierno de España hizo cinco leyes en tres años y medio, algo que no ha ocurrido nunca en materia de político. Y luego suspira algo cabreada de que la gente la recuerde por si tenía zapatos de Manolo Blanich o bolsos de firmas, o si se vestía del modisto A o del modisto B. “Eso es machismo en estado puro”.
Porque además eso tiene que ver con algo que a España le va a costar mucho trabajo, señala Calvo, que es feminizar un poco la sociedad, hacerla más sensible, más responsable, más detallosa, más cuerpo a tierra. Afirma que eso cuesta mucho trabajo y no depende sólo de las leyes, eso depende de la responsabilidad y de la sensibilidad de cada uno. La mujer que trabaja en política soporta un mayor peso y dice que esto no es beneficioso para el mundo.
Así termina nuestra animada tertulia con nuestra paisana Carmen. Hemos descubierto a una mujer fuerte que ha luchado a lo largo de toda su vida por todo aquello que beneficia a los demás. Ha sido una larga velada, pero no por ello menos interesante. Ojalá algún día podamos volver a disfrutar de una tarde como ésta, hablando de los problemas del mundo sin tapujos, con la historia de nuestro pasado y presente para buscar nuevas alternativas al futuro. A Carmen aún le queda mucho por hacer, muchas ideas por compartir.
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