|
Acógenos: una vida mejor
03.08.11 - ASOC. PROTECTORA ACÓGENOS - Escrito por: Lourdes Luque Villatoro
Hay fenómenos que cada verano ocupan los medios de comunicación respecto al abandono y maltrato animal. Éstos son ya noticias típicas que se agolpan junto a las de tráfico o las calurosas temperaturas del tiempo estival. Sin embargo, pese a las posibilidades que podrían evitar estas situaciones, se ha vuelto una triste rutina encontrarse perros perdidos y desorientados por carreteras, caminos e incluso ciudades.
Esta fue una de las razones por las que nace Acógenos, una Asociación protectora de los animales que intentara de alguna forma, encontrar un hogar a tantas mascotas abandonadas y/o maltratadas. Mari Carmen Peña Priego es la presidenta de este joven colectivo. La reunión, pese a las horas que marcaba el reloj (21:30), es más una conversación animada y fluida que una pura entrevista. Acompañada por sus dos mascotas, perros por supuesto, y con puntualidad, comienza a narrarse esta historia.
Cobi fue uno de los perros que llegaron a la protectora lanzados por encima de la valla desde el exterior. Tal como contaba su presidenta, en algunas ocasiones se ha dado el caso de que, por diversas circunstancias que desconocen, esta es la forma que tienen de dejarlos allí. Sin embargo, Cobi no estuvo demasiado tiempo, tal como informa Manolo Aranda que es su actual propietario. “Siempre había tenido ganas de tener un perro, pero por unos u otros motivos era algo que se dejaba para el futuro, hasta que un día de verano de hace dos años mi novia y yo decidimos ponernos a buscar un perro, yo tenía claro que lo quería de pequeño tamaño y a ser posible macho, entonces gracias a la madre de mi novia, y a mi novia surgió la idea de ir a la protectora a verlos, debido a que tenían conocidos que eran voluntarios de la misma, y cuando llegué y lo vi, te puedo asegurar que él me eligió a mí, jejej”. Actualmente, cuando ya han pasado dos años desde que Cobi llegó a su nueva casa, Manolo cuenta con cierta añoranza los comienzos, que no fueron fáciles tampoco, ya que según parece por algún motivo del pasado, resultaba difícil sacarlo a la calle con su correa sin que se alterara. Pese a todo, su nueva casa de acogida se convirtió pronto en su hogar. Ahora, haciendo una comparación de las fotografías, se puede observar el gran cambio que ha manifestado desde su salida de Acógenos.
Uno de los grandes problemas que traen consigo esta situación es la falta de concienciación de la sociedad respecto a estos hechos. Es necesario que los ciudadanos, antes de verse en la tesitura de abandonar a su mascota, se pongan en contacto con alguna asociación o intenten buscarle otro hogar. Cada vez son más los animales de compañía que forman parte de los hogares de familias españolas. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer, ya que tanto el maltrato como el abandono están a la orden del día.
Cabra respondió a la llamada de Acógenos. En sus comienzos allá por el año 2004, disponían de una pequeña propiedad de alquiler, pero el paso del tiempo hizo que el número de perros aumentara y el espacio del que disponían en aquel momento se quedaba obsoleto. Así, deciden recoger firmas para que el Ayuntamiento colaborase en la construcción de unas nuevas instalaciones. Al final consiguieron que, en el año 2006, la nueva perrera empezara a funcionar.
Los animales de Acógenos llevan, en la mayoría de los casos, tras de sí una larga odisea de contratiempos, viajes a ninguna parte y merodeos por una ciudad que se presenta laberíntica. Algunos sufren atropellos, otros son apaleados por personas sin ningún sentido del civismo, otros corren mejor suerte y consiguen llegar a la perrera sin haber sufrido demasiados contratiempos. Su paso por la protectora se convierte en una vida que para ellos se presenta como “lujosa” en la que no falta el agua y la comida, donde encuentran cariño y afecto.
Normalmente, según informa su presidenta, no existen favoritos a la hora de escoger. Pese a esto, suele haber cierta idea generalizada de que los perros de menor tamaño o cachorros siempre suelen ser más atractivos. “Hay una idea equivocada, en el caso de los cachorros su lema es destrozar, las personas creen que un perro adulto no se va a adaptar”. Añade que debe ser la mascota la que debe adaptarse a las condiciones de vida que le esperarán en el futuro. No todo el mundo busca un mismo tipo de mascota, hay personas que buscan un animal para sus fincas o residencias de verano, con lo cual suelen preferir un tamaño mediano o grande. “Los favoritos deberían ser los que más tiempo lleven en la protectora, pero si va una persona y según para lo que lo quiera eso es lo que se tiene en cuenta”. En ese preciso momento, sus mascotas no pueden reprimir los ladridos al ver a otro compañero. Se forma un pequeño altercado, que no es más que un hecho simpático que contextualiza la entrevista. Sin embargo, esta pequeña pausa recuerda más anécdotas que desea compartir con el resto de la ciudadanía.
Así, según Mari cuenta, hay perros que por algunas circunstancias no pueden ser adoptados o que por el cariño que les han tomado forman parte de la andadura y trayectoria de la protectora. Es el caso de un galgo que, desde que echó a andar la asociación tiene como hogar la perrera y como compañeros a toda clase de animales que en algunas ocasiones se marchan para no volver. “Muchas veces han estado interesados en él, pero una enfermedad por la cual no pueden cogerlo impide que se marche de Acógenos. Es hoy parte de la familia”, añade Mari.
Para Paco Granados, que además es el cuidador que diariamente visita a los animales que se encuentran en Acógenos, la labor de este colectivo es incansable, les dan cariño, vacunas, cuidados, pero sobre todo el afecto que no tuvieron. Él es propietario de un perro de la protectora cuyo nombre es Copi, “es un raterillo de color beig, es pequeño y muy cariñoso. Es fantástico aunque a veces hay que enfadarse con él un poquito”, contaba Paco.
Como todo colectivo, requiere de alguna forma de financiación. En este caso, se firmó un convenio con el Ayuntamiento por el cual reciben cierta cuantía económica. Pese a esto, este dinero a mediados de año se torna en insuficiente, por lo que la junta directiva plantea la realización de diferentes actividades a lo largo del año para sufragar los diferentes gastos. Actualmente, también debido a la crisis financiera que atraviesa el país hace mella en ellos. El dinero que reciben no es suficiente, ya que hacen frente a los gastos de mantenimiento de las instalaciones, cuidado de los animales y también las atenciones prestadas por su veterinaria, María José. Desde la junta quieren manifestar el gran afecto hacia su veterinaria, ya que siempre acude a sus llamadas y pese a la deuda que actualmente mantienen con ella, sigue respondiendo por cada uno de los animales que se encuentran en la perrera. Al problema económico también se suma el de espacio, ya que los perros deberían permanecer en jaulas individuales pero “son más de 80 animales los que hay en la perrera, es imposible tener una jaula para cada uno. Así que se organizan por tamaños e intentando que entre ellos no haya disputas”, dice su presidenta.
Son numerosas las ventajas que traen consigo la adopción de un animal abandonado, según comentaba Mari. “Son perros que han vivido en malas condiciones, por lo que el agradecimiento y el cariño que te dan es incondicional”. A la hora de la adopción, Acógenos muestra al posible propietario todas las instalaciones y le permite elegir, aunque tal y como decía Manolo Aranda, “a veces es la mascota la que te elige, eso es lo que me pasó a mí”. Por lo general son dóciles, cariñosos y de fácil adaptación. Es curioso como al llegar a sus nuevos hogares mantienen una actitud correcta que incluso sin haberlo aprendido, hacen sus necesidades fuera de casa. Pero hoy en día, las adopciones pasan también por un mal momento.
Se plantea la posibilidad de las casas de acogida temporal, ya que perros maltratados que llegan a Acógenos necesitan aún más el cuidado de alguna persona. La insuficiencia de espacio hace que tengan que permanecer en la zona de limpieza de los perros durante el día para que los demás animales no le hagan daño. En contadas ocasiones han podido contar con casas de acogida de este tipo, normalmente son ellos mismos los que trasladan a su hogar estos animales enfermos que necesitan una atención aún mayor.
Acógenos seguirá trabajando y luchando por conseguir que el abandono y el maltrato animal mermen de alguna forma, intentar del mismo modo que las condenas que castigan a este tipo de agresores se vuelvan más duras. Aunque lo más importante será concienciar al pueblo de Cabra y a la sociedad en general de cada situación que viven a cada llegada de una mascota. A hacer partícipes a los ciudadanos de poder vivir la experiencia gratificante del cuidado de estos animales. A veces, con un simple gesto se consiguen hacer cambios grandes. Ojalá, los más de 80 perros que se encuentran en la perrera puedan encontrar un hogar en el que vivir, una familia a la que acompañar. Al fin y al cabo, una vida mejor.
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|