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Un escrito dirigido a LA OPINIÓN por D. Antonio Roldán Molina que publicamos íntegramente.
CARTA ABIERTA SOBRE EL CENTRO FILARMÓNICO EGABRENSE - Escrito por:
En primer lugar, me gustaría darle las gracias a la dirección de esta casa por permitirme publicar estas líneas en un medio de comunicación que ha sabido evolucionar con los tiempos y que, a día de hoy, pienso que se sitúa a la vanguardia de la información local en nuestra Ciudad. Por tanto, sepan que les estaré eternamente agradecido por la labor que realizan y por permitir que me exprese libremente, sin coartar mis pensamientos ni opiniones.
Como ya sabrán, he sido durante 15 años tenor solista del Cuadro Artístico del Centro Filarmónico Egabrense y, tras esta andadura, me veo en la triste tesitura de darme de baja como Socio de la casa. Y es que, desde la entrada de esta Junta Directiva (1 de enero de 2005) se ha creado el ambiente de crispación y malestar oportunos para “echarnos” a muchos y buenos filarmónicos (incluso a los miembros del, ya extinto, Grupo de Cámara de la casa que actualmente forman parte, con un excelente nivel, de la Fundación “Aguilar y Eslava”), por lo cual entiendan mi malestar con la actual directiva. Para comunicar mi cese, envié una carta en la que solicitaba que el contenido de la misma constara en acta, o de lo contrario la publicaría (o al menos un escrito con parte de su contenido) en varios medios de comunicación de la provincia, lo cual ya se ha podido comprobar en fechas recientes. Se me respondió aceptando mi renuncia pero en ningún caso se me ha certificado que la carta hubiese sido incluida en acta, por lo cual, y con todo el dolor de mi corazón, me veo en la tarea de continuar haciendo público este triste suceso y la penosa situación en la que se encuentra nuestro Centro Filarmónico Egabrense.
Los que hoy día nos seguimos sintiendo filarmónicos, pese a no permitirnos seguir en las filas del Cuadro Artístico, tenemos la certeza de que no se están haciendo las cosas bien. Y no sólo de ello, sino de que en Cabra se está corriendo un “tupido velo” sobre el tema. Todos hemos observado como las últimas actuaciones del Centro no han tenido el nivel que mantenían no hace tanto tiempo, y que incluso las actuaciones que tenía en su calendario anual van descendiendo en número de manera considerable. ¿Qué está pasando?, ¿cómo se consiente esto por parte de los que rigen los designios de esta casa centenaria? Mi decepción va mucho más allá de la actual Junta Directiva. También muchos componentes (que en su día fueron mis “compañeros”, también) del Cuadro Artístico alimentan esas críticas y esos “bulos” que se ciernen sobre mi, mi familia y personas más allegadas, casi seguro por que, a día de hoy, estamos comprometidos con otra formación musical, la Capilla de Música de la Asunción y Ángeles. En ella, encontramos cubiertas nuestras necesidades musicales y artísticas (necesidades que no ha podido cubrir el Centro en los últimos tiempos) y, aunque nuestro repertorio está limitado a la Música Sacra, pienso que las interpretaciones se realizan a un nivel bastante digno. Pues bien, hasta en eso han llegado a criticarme, y no sólo a mí, como les digo, sino a mi familia y a personas muy queridas por mí, por el simple hecho de querer continuar con nuestra afición, algo cuanto menos lícito, creo yo.
La casa está llegando a un punto en que nadie quiere asumir las labores de dirección artística, por lo que después de 101 años de historia se podría dar el caso de tener que “pagar” a un director para que realizase sus funciones. Ningún músico egabrense (de entre muchos y buenos) ha querido ejercer esta función. Esto es algo penoso, que se tenga que pagar a un profesional para que realice un trabajo que durante más de cien años se ha realizado de manera desinteresada. ¿Por qué?, ¿puede ser que la gestión y el momento que se atraviesa no sea el más idóneo para una institución de este calibre? Yo estoy convencido de que así es, por eso, como filarmónico que me siento, lo denuncio públicamente. Y quizá este sea el problema, que muchos, por cariño a la casa, no hayamos denunciado esta situación anteriormente, pero es que hay cosas que “claman al cielo” y que hieren el sentido común. Ya está bien de silencio.
Sin más, y reiterando mi agradecimiento por su deferencia al publicar estas líneas, me despido de ustedes agradeciendo su confianza y su disposición hacia mi persona. Un cordial y afectuoso saludo.
Antonio Roldán Molina
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