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ARA MALIKIAN Y JUAN FRANCISCO PADILLA EN CABRA
19.05.11 CRÓNICA MUSICAL - Escrito por: Rafael Nieto López
El Conservatorio Elemental de Música “Isaac Albéniz” de CABRA, conmemorando el 102 aniversario del fallecimiento del músico gerundense que lleva el nombre del conservatorio egabrense, ha presentado en nuestra ciudad ayer día 18 de mayo, fecha de su muerte, un CONCIERTO de campanillas.
El DÚO DE VIOLÍN Y GUITARRA formado por Ara Malikian, libanés de origen armenio, concertino de la Orquesta Sinfónica de Madrid, titular del Teatro Real, alma del programa “El Club de Pizzicato” de TVE y el almeriense Juan Francisco Padilla, uno de los guitarristas actuales más importantes del mundo en su generación, que siendo muy joven ya posee un currículo de altura, fueron los que hicieron este impresionante concierto en nuestro Conservatorio, dúo que yo lo definiría como de la sonrisa y simpatía, pues estas estaban siempre a flor de piel en sus componentes, aparte su magnífica calidad artística.
Tocaron sentados, algo inaudito sobre todo en Ara Malikian, pues quien lo haya visto en TVE no permanece quieto un solo instante en su programa de “El Club de Pizzicato”. Un público formado por alumnos (los más pequeños sentados en el suelo alrededor de la tarima de los concertistas, algo que a Ara le encanta, pues los niños son sus “fans” en televisión), padres de alumnos y público en general que abarrotaron la Sala Pepita Jiménez, fuimos los que presenciamos este magnífico concierto celebrado en Cabra. Muchos se tuvieron que ir al no caber en el recinto y se criticó que, una vez más, a la misma hora se celebraba otro Concierto de un Ensemble de Saxofones en el Teatro “El Jardinito”.
El Director del Conservatorio, D. Santiago López, presentó a los componentes del Dúo que íbamos a escuchar haciendo los elogios de su categoría, aunque muchos ya la conocían por su trayectoria musical.
Fueron recibidos con expectación y grandes aplausos. Y comenzó el concierto con la Danza de “La vida breve” de Manuel de Falla que fue introducida por Ara Malikian con una especie de “cadenza” de sonido árabe en la que hizo una verdadera exhibición de quien era Ara Malikian con el violín. Nos dejó a todos “boquiabiertos”. Siguió adelante la obra de Falla con unos adornos espectaculares, pirotécnicos, del violinista, no quedándole a la zaga Juan Francisco Padilla, que también demostró cómo maneja el instrumento español. Muchísimos aplausos.
Después tomó la palabra Ara Malikian y saludó a todos. Cómo el concierto era casi didáctico, explicó las obras que se iban a interpretar, cosa en la que también intervino Juan Fco.
De las “Siete canciones españolas” de Falla, se hicieron seis, El paño moruno, Nana (dedicada a una madre que estaba presente con su niño pequeño), Asturiana, Polo … Qué interpretación, qué sentimiento, qué pizzicatos, armónicos, pianísimos de la mejor escuela …
Como celebrábamos a Isaac Albéniz, la “Asturias” pianística en un arreglo adaptado para guitarra de Juan Francisco, nos hizo una interpretación sutil, casi imperceptible, una delicia, que Ara Malikian estuvo observando, sin quitar ojo, a su compañero en toda la interpretación.
Música brasileña, tras una afinación motivada por el calor (la sala estaba llena), “Agua y Vino” de E. Gismonti, el Mozart de Brasil según Leo Brouwer, obra de gran delicadeza. Siguió “Bacchiana Brasileira” de Villalobos, que sirvió a Ara Malikian para exhibir sus portentosos pianísimos, con una guitarra acompañante impresionante.
Nos hablaron de que a los aficionados a la música clásica les importa ésta más que a los profesionales que viven de ella, por lo que deben tomar ejemplo de ellos y quererla más.
“Scherzo”, quiere decir “como una broma” y Ara demostró otra vez como domina el violín en todas sus facetas. Esta vez quien lo observaba era el guitarrista. Fue obra corta pero suficiente para saber quien lo hacía.
Y llegaron a Sarasate y divagaron entre bromas sobre la “Playera” que no sabían a que se refiere. La hicieron y la pulcritud de Malikian junto con su guitarrista nos dejó impresionados. La “Jota Navarra”, la llevó el violinista a la velocidad que probablemente indicara Sarasate en su partitura y siguió Malikian con unos armónicos y trinos espectaculares, así como pizzicatos. El “vivace” final hizo que Ara se levantara de la silla y llegara a arrodillarse ante el guitarrista, que tampoco “estaba manco”, en uno de sus clásicos gestos interpretativos.
De “bis” una especie de canción tranquila japonesa, según dijeron, del film chino “Deseando amar”. El violinista se paseó entre el público tocando su melodía. Fue el bombón para despedir esta noche musical de grandes intérpretes que han pisado suelo egabrense. Saludaron y fueron correspondidos con gran efusión por el público que abarrotó la sala.
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