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CABRA HACIA EL SIGLO XXI: EL CAMBIO DE COLOR
15.07.2007 - Escrito por: Felipe Osuna Manjón-Cabeza
Verde que te quiero verde, proclamaban los más allegados a una forma de gobernar que se ha prolongado durante dieciséis años de nuestra vida. Cuando tenía tan solo once años de edad los andalucistas tomaron el control de la ciudad, a partir de entonces he crecido observando como la forma de gobernar de aquellos que entraron con muchas ganas e ilusión por demostrar una forma de hacer gestión basada en lo nuestro, en lo más cercano, usando como telón de fondo una bandera verdiblanca, pasaba por varias etapas en las que tenían que hacer frente a altibajos importantes en la política municipal. Fueron años de mi juventud que pasaron en un ambiente nada habitual para el que se respiraba en el escenario andaluz, donde el puño y la rosa se apalancaban en un gobierno autonómico que en la última década no ha dejado de ofrecer más de lo mismo.
Y ahora, dieciséis años después, el color sangre de toro vuelve a teñir los despachos consistoriales, aquellos en los que un socialista añorado cumplió con su ciudad. Un hombre que no se amedrentó en proclamar el luto de la ciudad el día que nos dejó un egabrense ilustre, marcado por el lastre que otorga el haber pertenecido al gobierno franquista.
Vuelven los socialistas, aunque para la ocasión lo hacen sin armar mucho ruido, pues su éxito se ha ensombrecido por el descenso experimentado en las urnas. El pueblo que siempre será sabio se ha recatado de ofrecerles la mayoría suficiente para gestionar libre de ataduras. Es por lo que les ha otorgado tan solo una leve ventaja, suficiente para propiciar el cambio de color tan deseado por los principales detractores andalucistas. Tras el 27-M el gobierno municipal se ha perfilado en un pacto que se fraguó hace años, cuando el entendimiento entre ambas fuerzas se dejó ver en el panorama nacional y aunque es cierto que existen discrepancias entre ambas formaciones, la política descafeinada de Izquierda Unida sitúa a la coalición cada vez más cerca del sentimiento progresista que los socialistas tomaron por estandarte cuando finalizó la era González. Ese acercamiento de posturas ha facilitado sobre medida el pacto que se rubricó el 14 de Junio y en el que se recopila en amplio porcentaje las propuestas con las que se pretende modernizar una ciudad que en los últimos cuatro años parecía que había levantado cabeza. La realización del nuevo PGOU es sin duda el logro más importante de un mandato corporativo en el que los populares han ofrecido mucho juego, algo que el pueblo ha sabido premiar concediéndoles un concejal más.
Las políticas sociales serán las que predominen en Cabra en los próximos años ya que se prevé la construcción de un Centro de Mayores en la Barriada de Ntra. Sra. de la Sierra, así como la realización de diversas iniciativas en las que la igualdad de género e integración serán la tónica general.
La cuenta atrás del nuevo mandato ha comenzado y como se suele decir en estas ocasiones, habrá que otorgar al gobierno un plazo de cien días antes de entrar en valoraciones sobre la eficacia de un cambio que se ha resistido a producirse y que ha tenido que llegar motivado por el desgaste andalucista e incluso me atrevería a decir que también han sido decisivos, para mover una ficha que pesaba como losa de hormigón, los pelotazos que recibieron centenares de jóvenes en la madrugada del pasado ocho de Septiembre, festividad de Nuestra Patrona. La juventud ha decidido en esta ocasión y por este motivo, los que ahora nos gobiernan, no tendrán más remedio que cuidarla, regarla, quitarle las malas hierbas y abonarla como si de una planta se tratara, para que dentro de cuatro años su semilla roja vuelva a germinar, introduciéndose de nuevo dentro de un sobre blanco.
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