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Próximo a abrir su puertas el nuevo y remodelado MUSEO AGUILAR Y ESLAVA dependiente de la Fundación e Instituto del mismo nombre, iniciamos una serie de artículos que nos acercaran a sus colecciones o nos informaran con detalle sobre alguna obra, en particular, de las muchas e importantes que allí se conservan.
LA COLECCIÓN DE GRABADOS DEL MUSEO AGUILAR Y ESLAVA - Escrito por:
La colección que incluimos en los fondos del Museo Aguilar y Eslava está compuesta por 26 estampas grabadas que se pueden fechar entre 1777 y 1882.
En el año de 2006 hemos incorporado al catálogo de los fondos del Museo Aguilar y Eslava la colección de grabados que el Instituto-Colegio de Cabra tenía expuesta de forma desordenada, sin inventariar y de la que se desconocía absolutamente su importancia histórica y valor artístico. De hecho, las estampas que ahora pasan al museo son una parte del total que llegó a tener. Así, sabemos de la existencia, que no se han podido recuperar, de varios ejemplares de la colección “retratos de españoles ilustres” de 1788-1819. Mientras otros de los que sí se incluyen en la actual colección están en bastante mal estado de conservación.
Se trata de una serie de grabados que tienen su origen en los siglos XVIII y XIX, procedentes en su mayoría de la Real Calcografía de Madrid y que se adquirieron o se remitieron al centro, seguramente con el objeto de servir de instrucción y modelo de estudio a los alumnos en diferentes disciplinas pero especialmente en historia, arte y dibujo.
Este año incorporamos al Museo Aguilar y Eslava esta colección de grabados ordenándola, inventariándose, procediendo a su estudio y valorando su estado de conservación, todo ello con vistas a su próxima exposición.
Los grabados proceden en su mayoría de la Calcografía Nacional que fue creada en 1789 con el objeto de tener un establecimiento fijo anexionado a la Imprenta Real que centralizara todos los encargos demandados por el gobierno a través de las distintas secretarías del Estado. Mediante la creación de un establecimiento propio se pretendía acometer importantes proyectos de grabado surgidos en el marco de la política ilustrada. Asimismo la nueva institución debía recoger, conservar y, si era necesario, estampar de nuevo todas las láminas de cobre que se habían grabado por orden regia. Primero en el edificio de la Imprenta Real, en la madrileña calle de Carretas, y finalmente en el palacio de Goyeneche en la calle de Alcalá, sede de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, la Calcografía Nacional ha centrado desde entonces su actividad en la conservación, promoción y difusión del arte gráfico.
En sus más de dos siglos de historia, esta singular institución, solo comparable a sus homólogas de París y Roma, consiguió reunir láminas grabadas, fundamentalmente en cobre, pero también en zinc y acero, hasta llegar a la actual cifra de ocho mil. Desde el siglo XVIII y bajo tutela real incorporaría el grabado español a la perfección de los países europeos, siendo La institución que más contribuyó al desarrollo y esplendor de esta especialidad artística.
La colección que incluimos en los fondos del Museo Aguilar y Eslava está compuesta por 26 estampas grabadas que se pueden fechar entre 1777 y 1882.
Se trata de láminas en diferentes grados de conservación que recogen variadas ilustraciones de diferentes temas, estilos, técnicas y autores . Entre ellas destacan las de Manuel Salvador Carmona (1734-1820), cumbre del grabado a buril en la España ilustrada y de algunos de sus discípulos como Fenando Selma.
Entre las funciones principales de la Real Calcografía estaba y está la de difundir imágenes sobre las nuevas ideas ilustradas, relacionadas con la cultura, la ciencia y la historia. Para este fin creo diferentes colecciones de grabados de la se incluyen en nuestra colección varios ejemplares de las series “de los cuadros de los reales palacios” o de la de “Monumentos arquitectónicos de España”.
La mayoría de los grabados del Instituto-Fundación Aguilar y Eslava son reproducciones de cuadros famosos, en muchos casos, o de autores y obras recogidas en los fondos del patrimonio nacional como son los reales palacios o el Museo del Prado.
Por último, y relacionado con esta colecciones y la persistencia de modelos del pasado, se incluyen un buen número de estampas de pleno siglo XIX que persisten en seguir los procedimientos técnicos dieciochescos como el aguafuerte en un intento de seguir la línea del “grabado clásico”; son representantes de esta tendencia autores como Domingo Martínez, Bartolomé Maura, Eugenio Lemus y José María Galván.
En conclusión, las estampas que han llegado hasta nosotros y que se integran en la colección de estampas del Museo Aguilar y Eslava ponen de relieve que se trata de una colección de grabados de estilo clásico, muy representativa de la producción de la Real Calcografía Nacional, marcada por su academicismo así como condicionada por los fondo pictóricos españoles que en muchos caso reproduce.
Además hemos comprobado de la existencia de colecciones parecidas en otros instituto históricos, así el Instituto Canarias “Cabrera Pinto” conserva una importantísima colección de grabados que tiene el mismo origen y similares características a la nuestra.
Salvador Guzmán Moral
Conservador-Restaurador
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