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GHIRLANDAIO y el Renacimiento en Florencia
29.07.10 RINCÓN DE ARTE - Escrito por: José Peña González - Académico
Con este título tan significativo la Fundación Thyssen Bornemisza presenta en su Museo madrileño una extraordinaria exposición que puede contemplarse y disfrutarse hasta el dia 10 de octubre. Son sesenta obras que giran alrededor de una de las piezas más significativas de la pintura universal: el retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni, pintado por Ghirlandaio entre los años 1489 y 1490 de la esposa de Lorenzo Tornabuoni fallecida en octubre de 1488 con diecinueve años de edad a consecuencia de su segundo embarazo. El retrato de la señora Tornabuoni es la excusa, bellísima excusa, para realizar un amplio recorrido por el arte del retrato en la Florencia del Quattrocento, que es tanto como decir de uno de los momentos claves de la historia de la civilización.
El retrato de la Tornabuoni es la pieza más importante de la fabulosa colección Thyssen. Fue adquirida por el barón el año 1935 cuando en subasta pública se desprende de parte de su colección de arte el banquero JP Morgan. Hoy está considerada por los especialistas como la referencia indiscutible de la técnica del retrato. La exposición esta comisariada por el profesor del Instituto de Arte de Florencia, Doctor Van der Sman, reconocido especialista del arte florentino, y tiene como punto central este bellísimo retrato que nos muestra la grandeza de Florencia durante el siglo XV, cuando los Médicis se transforman en los grandes mecenas de lo que va a dar lugar al Renacimiento.
La muestra pretende destacar los tres grandes temas que en opinión de los estudiosos están insertos en el retrato de la Tornabuoni: el retrato como manifestación artística, el amor como sentimiento y la devoción como prueba de la religiosidad. Domenico Ghirlandaio sintetizara estas claves artísticas en el encargo que recibe de Lorenzo que quiere mantener el recuerdo de su esposa en sus aposentos privados. El resultado del encargo fue esplendido. Hizo realidad la famosa afirmación que se le atribuye y que aparece en latín en el cuadro: “Ojala pudiera el arte reproducir el carácter y el espíritu. En toda la tierra no se encontraría un cuadro mas hermoso”
Pero la exposición no solo recoge este paradigmático retrato. La sala tercera muestra retratos de Pollaiuo, Settignano, Verrocchio, Perusino, Boticelli, Giovanni della Robbia, Spinelli, amén de otras obras de Guirlandaio suyas o de su taller. Naturalmente para ello ha habido que contar con créditos de las principales pinacotecas del mundo, asi como coleccionistas privados. Despues de repasar muy detenidamente la exposición, solo he encontrado una pieza procedente de España entre las sesenta expuestas. Es el mármol de Olimpia, reina de los macedonios, procedente de la colección del palacio Real y ubicado en el Real Sitio de San Ildefonso. Los retratos expuestos en la Sala Tercera se ven acompañados por esculturas, libros de rezos, broches de joyas, medallas, dibujos, monedas conmemorativas, pergaminos, cajitas de esponsales, bellísimos libros de horas, grabados y una magnifica colección de cuadros de escenas bíblicas que reflejan el sentimiento religioso de la joven Tornabuoni, entre ellas a destacar en la sala séptima el famoso Lippi de La Anunciación del Ermitage o la Visitación a Santa Isabel de Cosimo Roselli del Museo de Filadelfia.
Finalmente hay una octava sala donde se muestran los estudios realizados con las últimas técnicas que permiten un conocimiento más completo de la forma de pintar de Guirlandaio, su sistema de dibujo, la utilización de los materiales, el tipo de la pincelada, la densidad de la pintura utilizada etc.
Es una gran oportunidad para penetrar en los secretos de ese Cuattrocento que iluminó la vida cultural de Europa y cuyos efectos todavía perviven entre nosotros.
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