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Luis Rosales y la herida lorquiana
01.05.10 - Escrito por: Antonio Suárez Cabello
 Luis Rosales ha sido nombrado autor del año 2010 por el Centro Andaluz de las Letras. De esta forma, el CAL, dependiente de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, contribuye, como en años anteriores, a destacar un autor andaluz con el objeto de mantener y acrecentar la memoria literaria de figuras importantes de nuestra geografía andaluza.
El poeta y ensayista granadino, Premio Nacional de Poesía y Premio Cervantes, ha sido el elegido para difundir su figura en el centenario de su nacimiento; potenciando de esta forma el patrimonio literario andaluz. Luis Rosales ha sido el eje central de las actividades desarrolladas el Día Internacional del Libro en las capitales andaluzas, de la que fui testigo en Córdoba, donde diversos autores invitados al efecto, entre los que se encontraba mi hijo, realizaron una lectura de poemas pertenecientes al poeta de la Generación de 1936, también llamada la Generación de la Guerra.
Al comienzo del acto se leyó el Manifiesto a favor de la Lectura redactado por el editor Jesús García Sánchez y seguidamente el profesor Gabriele Morelli, hispanista italiano, pionero en los estudios de las vanguardias y de la generación del 27, realizó una semblanza de Rosales, deteniéndose en el poemario ‘La casa encendida’.
Con su acento extranjero, Morelli no pudo eludir en su disertación la reseña del trágico episodio cuando Federico García Lorca se refugió en la casa de los Rosales creyendo estar a salvo de represalias, ya que en la familia había miembros destacados de Falange; pero no sucedió así, el malogrado poeta granadino fue detenido por quienes habrían de fusilarlo poco después. De ahí que siempre se ha dicho que en la Granada del 36 hubo dos víctimas: el poeta asesinado y el poeta herido. Este hecho perseguiría a Rosales toda su vida y sus silencios inspirarían al poeta egabrense Pepe Delgado un sentido y emotivo poema que hoy evocamos:
CASIDA DEL CORAZÓN DOLIENTE
Esa pena de la muerte
tan negada
-que tú sabes
y que callas-.
Esa pena que refleja
tu mirada
-y que llevas
sin lágrimas-.
Esa pena que reseca
tu garganta
-que mascullas
sin palabras-.
Esa pena de silencios
sin campanas
-voz de bronce
por tu alma-.
Esa pena que a tu sangre
hace llagas
-entre olivos
y entre dalias-.
Esa pena de la sierra
tan nevada
-hacia el azul
levantada-.
Esa pena que mis versos
te reclaman
-que silencian
tus plegarias-.
Esa pena, Luis Rosales,
no te alcanza.
Esa pena
¡es la pena de Granada!
Otra de las actividades del Día Internacional del Libro que la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía ha llevado a cabo es la distribución gratuita entre los usuarios de las bibliotecas públicas andaluzas de 100.000 ejemplares de una antología rosaliana titulada ‘Ayer vendrá. Poemas escogidos (1935-1984)’, cuyos textos han sido seleccionados por José Carlos Rosales, sobrino del autor; merece la pena romper nuestra cotidianidad leyéndolos.
Sumergirse en la poesía de Luis Rosales, si se quiere a través de Internet, es disfrutar de su emoción íntima, de su orientación narrativa y de la claridad con que expone el verso libre. Una poesía que muchos críticos consideran adelantada al tiempo que le tocó vivir.
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