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INTERVENIR EN EL PATRIMONIO
11.03.10 ARQUITECTURAS - Escrito por: Raúl Aguilera - Arquitecto
Reconstruir o restaurar, esa es la cuestión. La elección entre estas dos opciones puede ser la decisión que desequilibra la balanza. Nadie puede oponerse a la reconstrucción porque la reconstrucción no es posible. No se puede reconstruir un edificio, monumento o ambiente en su argumentación, su presencia teórica, cultural, artística, visual ni, mucho menos, en la presencia de sus autores. Vivimos en otra época y no debemos aspirar románticamente a revivir viejos tiempos. La única opción es restaurar, y la nueva imagen rehabilitada debe ser claramente identificable y estar precedida de la buena construcción. No debe haber partidarios ni opositores en el proceso a seguir, debe ser una decisión consensuada, una conclusión contemporánea.
La restauración es una operación de carácter excepcional. Tiene como teleología última conservar y revelar los valores históricos y culturales de un monumento o ambiente y se fundamenta en el respeto hacia los elementos antiguos y las partes auténticas. Se trata de generar y transmitir un conocimiento no transmutado en la memoria. Sólo si somos capaces de construir un pasado podremos estar en condición de proyectar el futuro. Construir la memoria ayuda a organizar el presente.
En las actuaciones de restauración se tienen que rechazar de manera tajante las adiciones de estilo, aunque estén documentadas, y las demoliciones que oculten el paso del tiempo a través de la obra.
Estos criterios deberían respetarse bajo cualquier precepto salvo que la integridad estructural del elemento se vea comprometida estáticamente.
En los procesos de restauración suele darse lo que podríamos definir como “la ostranenie”, la extrañeza por incoherencia de significado que responde visualmente con una especie de repulsión magnética, una composición casi Dadaísta de diferentes intervenciones que a modo caprichoso constituye un todo, un algo que imposibilita la identificación de lo restaurado sobre lo preexistente. La arquitectura tiene que ser coral, unitaria y sincera o no la podremos llamar arquitectura. La intervención orquestada o coral podría estar presidida por Apolo y su lira, tal y como cita Baltasar Gracián a los poetas que hablan sobre la fundación de Troya, cuando dice: “Neptuno y Apolo edificaron la muralla de esta ciudad convocando Apolo al son de su lira las piedras”.
Cartas y Convenios internacionales a respetar para la Conservación del Patrimonio Cultural.
-Carta de Atenas de 1931.
-Convenio de La Haya de 1954.
-Carta de Venecia de 1964.
-Carta Europea del Patrimonio Arquitectónico de Amsterdam de 1975.
-Carta de Nairobi de 1975.
-Convención para la salvaguardia del patrimonio arquitectónico de Europa, Convención de Granada 1985.
-Carta internacional para la conservación de poblaciones y áreas urbanas históricas adoptada por ICOMOS de octubre de 1987. Consejo Internacional de Monumentos y Sitios.
Todas las ciudades del mundo al ser resultado de un proceso de desarrollo más o menos espontáneo, o de un proyecto deliberado, son la expresión material de la diversidad de las sociedades a lo largo de su historia.
-Carta italiana del Restauro de 1987 de la conservación y restauración de los objetos de arte y cultura es de aplicación a todos los objetos de cada época y área geográfica que revistan significativamente interés artístico, histórico y en general cultural. Se vela por la Conservación, prevención, salvaguarda, restauración y mantenimiento. Se propone una metodología básica de intervención de consolidación y restauración respetuosa, recomendando la adopción de técnicas y materiales tradicionales y homogéneos.
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