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La promesa a la Virgen de la Sierra de una Infanta de España
16.10.09 - Escrito por: Vicente Rafael Moreno López
A mediados del siglo XIX era Alcalde de Cabra d. José Alcántara Romero, regidor muy controvertido. En su tiempo, entre otras obras, se reconstruyó el Paseo que, con justicia, lleva su nombre. Por aquellos años pasaban largas temporadas en Cabra los Duques de Sessa y Condes de Cabra, ella Mª Luisa de Borbón, Infanta de España.
La bendita imagen de Nuestra Señora de la Sierra estaba en Cabra ya que, entonces, su Bajada y Subida al Santuario no se realizaba como hoy sucede. La Infanta, muy devota de la Señora de la Sierra, había hecho una promesa ante su imagen, promesa que quería cumplir en la Ermita, ya que allí había prometido realizarla.
Con especial interés comunicó al Clero y Autoridades su propósito, lo que motivó que todos se dispusieran a efectuar las acciones oportunas para complacer a tan importante dama. Faltaban pocos días para la fiesta de la Candelaria, fecha ideal para el cumplimiento de la citada promesa. Clero y autoridades acordaron trasladar la preciosa y bendita imagen al Santuario y celebrar en él la fiesta. Fue el dos de febrero de 1846 y a la misma asistieron numerosísimos devotos. En el presbiterio, según los documentos consultados, se colocaron los excelentísimos señores Duques y junto a ellos, clero y autoridades.
En la procesión alrededor del Santuario, la Infanta llevaba los pichones y una torta el señor Alcántara Romero. Los demás devotos acompañaban con cera y romero. Finalizaron los actos con las tradicionales ofrendas al Divino Niño. En ellas, la Duquesa regaló a la Virgen numerosas alhajas y un manto blanco de seda de gran riqueza y mérito, bordado de armiño.
No consta en ningún escrito o al menos no he podido consultarlo si existe, que S.A.R. la Infanta María Luisa de Borbón, ese día, pidió llevarse el Niño que la Virgen tenía en sus brazos desde siempre, para lo que obtuvo el necesario permiso, dejando en su lugar uno más moderno, que es el que hoy veneramos junto a su Bendita y Preciosa Madre.
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