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MATISSE O EL INTENTO DE RENOVACION PICTORICA EN ENTREGUERRAS
15.06.09 RINCÓN DEL ARTE - Escrito por: José Peña González
El Museo Thyssen de Madrid presenta una magna y especial exposición de Matisse que se ha abierto el 9 de junio y permanecerá entre nosotros hasta el 20 de septiembre. Estamos ante un artista cuya obra ha sido expuesta en España con frecuencia. Recuerdo la muestra presentada en la Fundación March el año 1980 y la gran exposición de los Matisse de los Museos Rusos presentada en el Reina Sofía el 1988. De nuevo la March expuso las obras sobre papel del artista francés el año 2005. Por supuesto la gran exposición fue la montada en el Centro parisino Pompidou el año 1993. Sin embargo la que se presenta en el Thyssen en esta ocasión ofrece la novedad de recoger la obra realizada entre las dos guerras mundiales. Estamos ante el Matisse de entreguerras, momento crucial en la evolución del arte moderno y no muy conocido dentro de la amplitud de obra de Matisse.
De los tres periodos en que se divide la creación artística de Matisse es bastante conocida la primera que comprende desde finales del XIX a 1917, así como la tercera y ultima desde 1941 hasta su muerte en 1953. Pero el periodo de 1917 a 1941 es el menos conocido de todos y precisamente el que ofrece esta muestra del Thyssen, que comprende 74 pinturas, amen de esculturas y dibujos procedentes de mas de cincuenta museos y colecciones privadas de todo el mundo. Es pues una ocasión única para entrar a fondo en la obra del gran artista francés.
Matisse en los años finales de la guerra europea abandona Paris y se instala en la Costa Azul, en un hotel de Niza. Enfrente alquila una vivienda donde instala su estudio. Tiene que abandonar sus pinturas murales porque los grandes marchantes rusos para los que tanto había trabajado antes de la llegada al poder de los comunistas en 1917, ya no pueden hacerle sus encargos. Matisse se ve obligado a olvidarse de las telas de grandes dimensiones que tanto tienen de influencia de la obra de Giotto y da un giro copernicano a su pintura. Vuelve a la obra de caballete, una nueva técnica pictórica donde prima la intimidad y la proximidad del artista con sus modelos. La luz de Niza dará un tomo especial a su pintura. Pinta y lee apasionadamente a Baudelaire y Mallarme, llena de lirismo y luz sus cuadros, reintroduce los volúmenes y el espacio que había abandonado en su primera etapa y deja en sus obras sobre balcones, paisajes de la costa azul, jardines y lo mas importante su obra e intimidades con escenas de interior donde las famosas odaliscas de Matisse ocupan un puesto central.
Si la pintura de Matisse se ve muy influida por el clima y la luz de Niza, su viaje a Tahiti en los años treinta le pone en contacto con nuevas realidades. El artista empieza a notar las consecuencias de la llegada al poder de los nazis, el estallido de la guerra civil española y la premonición de la confrontación mundial. Empieza a realizar esculturas donde una vez mas pone de relieve su dominio del dibujo y la anatomía que aprendió de su admiración por la obra de Miguel Ángel. Sus esculturas, muy poco conocidas en Europa son obras maestras. Añádanse a ellas sus dibujos entre los que destacan los estudios para el panel de La Danza, y tendremos la sensación de haber entrado en un mundo tan apasionante como desconocido. No obstante los esfuerzos de Matisse para renovar la pintura no llegaron a cuajar como reconocen hoy sus mejores críticos y estudiosos. Lo que no es demérito alguno para acudir a una exposición de la que el 90 % de la Muestra es la primera vez que se presenta en España. No dejemos pasar esta gran oportunidad de dialogar con uno de los grandes maestros del arte contemporáneo.
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