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LA LUZ DEL PRADO
07.06.09 RINCÓN DEL ARTE - Escrito por: José Peña González
Hasta el dia 6 de septiembre podemos contemplar en la ampliación de los Jerónimos del Museo del Prado una nueva manera de entender e interpretar la luz desde un lienzo gracias a la antológica de Sorolla que presenta el gran centro artístico. Frente a la opinión muy extendida, no es la primera vez que se hace en Madrid una antológica del gran maestro valenciano. Recuerdo en mi época de estudiante en Madrid, a principios de los sesenta, una magna exposición en el Casón del Buen Retiro.
La de ahora es más completa. 102 obras, algunas por primera vez expuestas en nuestra Patria, entre ellas la serie Visión de España realizadas por encargo de la Hispanic Society. Son catorce paneles monumentales que decoran la biblioteca de esta institución. En esta muestra también obras procedentes de colecciones privadas, museos norteamericanos y por supuesto de esa maravilla, tan desconocida, que es la Casa Museo Sorolla en la madrileña calle de Martínez Campos.
La exposición consta de varios espacios. El primero de ellos refleja su etapa inicial previa a la visita a Italia becado por la Diputación valenciana. Siguen las obras de carácter social, en un estilo que recuerda a Ramón Casas o Mezquita. Ahí se sitúa el famoso “Aún dicen que el pescado es caro” y “Triste herencia”, que mereció el Gran Premio e la Exposición Universal de Paris de 1900. A continuación la pintura de la luz y la playa que marcan su seña de identidad artística. Barcas de pesca, animales tirando de las mismas en la playa, niños jugando, adultos cubriéndose de los efectos del sol. El prodigio de la luz clarísima jugando con el dorado de las arenas playeras.
Luego la serie de retratos entre los que ocupan un lugar privilegiado unas modelos excepcionales: Clotilde, su esposa y María, su hija. Sensualidad y técnica que se ha comparado con la velazqueña, especialmente en su “Desnudo de mujer” versión siglo XX de “La Venus del espejo” de Don Diego. Junto a ellas retratos de la burguesía de la época y sus amigos, artistas, fotógrafos, pintores, escritores etc. Son los Pérez Galdós y Franzen, junto a los de Echegaray, nuestro primer Premio Nóbel. Al lado un regalo para los admiradores de Sorolla. Su “Sol de la tarde” que también se expone por primera vez en España. El penúltimo tramo su “Jardín de la Casa Sorolla” que da entrada en el piso superior a los paneles de la Hispanic Society.
Con Sorolla en el Prado, nuestra gran pinacoteca salda una deuda histórica. El valenciano es el último gran maestro del modernismo y su ausencia en el Museo que integra el edificio Villanueva no tenia sentido. Máxime después de la antológica de Francis Bacon. Reparar esta ausencia es un gran logro, y pone a los españoles en general que visiten Madrid hasta el mes de septiembre la posibilidad de contemplar una obra original, limpia, de absoluta claridad, trazada con un pincel enérgico y rápido a un tiempo de este gran artista. No perdamos la gran oportunidad.
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