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Semana Santa
31.03.09 - Escrito por: Vicente Rafael Moreno López
Estamos ya en la última semana de Cuaresma y preparamos, con sumo interés la llegada de la Semana Santa. Reuniones, arreglos de enseres, charlas, estrenos, cenas.... cultos. Todo con dedicación más o menos intensa para la preparación del hecho más importante de la historia de la humanidad: la Pasión, Muerte y Resurrección del Hijo de Dios, Jesucristo.
Pasión y muerte soportada con enorme entereza, por todos y cada uno de los humanos, por tí y por mí, y Resurrección, prenda segura de la nuestra, sin la cual el cristianismo no tendría sentido. Sería una historia muy bonita, pero con un final pobre y desesperanzador. Un rotundo y total fracaso. De ahí la importancia de la Resurrección para los cristianos.
A las puertas de la Semana Santa de 2009, cuando arrecian los ataques a la nuestra fe, a nuestras creencias, a nuestros principios, a nuestra moral; convendría meditar sobre la verdad fundamental que Jesús nos predicó: esta segura Resurrección para todos.
No ha sido esa verdad inspiración constante y principal de imagineros, músicos, pintores y poetas. El arte religioso y cristiano en general, está lleno de bellísimas obras que rememoran la Pasión y Muerte del Señor. Extraordinarias imágenes de Cristos sufrientes, o Vírgenes llorosas, pero poquísimas de Cristo triunfante en su Resurrección gloriosa.
En Cabra no hubo imagen y procesión del Resucitado hasta mediados del siglo pasado. Parece que el cristiano se detenía, con agradecimiento y veneración, en los sufrimientos del Redentor, pero olvidaba o tenía poco presente esa Resurrección. Es verdad que vista desde el mundo, especialmente desde el mundo actual, pensar en ella cuesta mucho trabajo y creer que se dará en nosotros, aún más.
Sin embargo, tenemos la promesa y la Omnipotencia de Cristo, Dios y Hombre, que siempre cumplió lo que dijo. Además, en otro orden de cosas, en el mundo que vivimos, nunca se cumplen las aspiraciones que los humanos llegamos a tener. Y la fe en la promesa de Dios y la seguridad en su cumplimiento, nos hace esperar una nueva vida, un mundo mejor.
Conviene pues, actualizar la verdad de la Resurrección en la Semana Santa y, fundamentalmente, en nuestras vidas. Como cristianos, como cofrades, como semanasanteros, debemos pedir a Dios que fortalezca nuestra fe en esta verdad.
Y cuando el próximo Domingo, doce de Abril, veamos pasar la imagen del Resucitado por nuestras calles, pensemos que merece la pena vivir en cristiano para resucitar con Él y acompañarlo para siempre.
Todo lo anterior, son palabras de un seglar cristiano que cree en lo que dice y piensa que, como tales cristianos, no nos manifestamos, ni pública ni privadamente, en las verdades fundamentales de nuestra fe, por respeto humano o por otras razones inexplicables.
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