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Carta a mi hija
14.03.09 - Escrito por: Ana Alberto
Durante décadas, las mujeres hemos reclamado una independencia económica y personal. Pero ahora, las que hemos conseguido ambas, todavía permanecemos esclavas de una dependencia afectiva hacia los demas, y este es un lazo que nos sigue atando a la desigualdad. Esta carta es el deseo que de nuestras hijas vivan en otro modelo de sociedad.
"Mi querida princesa:
Espero que, cuando tú seas madre, la sociedad haya cambiado tanto que no necesites plantearte los mismos dilemas existenciales que yo. Es posible de dentro de unos pocos años las mujeres tengan su propio espacio y no sean consideradas como hombres con faldas y tacones en el mundo empresarial. Incluso que puedan tener por fin trayectorias en las que tengan cabida altibajos o mesetas que se ajusten a su ciclo vital. Modelos de carrera de éxito más flexibles en los que se contemple la maternidad sin perjuicios masculinos.
No dudo de que conocerás un mundo profesional más tolerante y respetuoso hacia esas trayectorias que, con distintos ritmos y velocidades, incluso con detenciones, puedan ser tan adecuadas y provechosas como los recodidos al uso para las empresas y la sociedad. Porque nuestras empresas no puden perder el talento de tantas profesionales valiosas que se rinden por no poder seguir corriendo en esas carreras tan masculinas. Además, esta sociedad no puede ser tan injusta como para negar a las mujeres trabajadoras una nueva oportunidad de crecer en el ambito laboral cuando sentimos que podemos alargar la sombra sobre nuestros hijos sin abandonarlos.
Mientras tanto, intentaré no ser penalizada por ejercer la maternidad de la mejor forma que puedo y que tu mereces. !Ojala no tenga que renunciar a ninguna de estas dos facetas fundamentales de mi vida! y !ojala tu en el futuro ni siquiera tengas que pensar en ello!"
Porque, a pesar de los avances que hemos vivido en los últimos cincuenta años, el éxito profesional parece escribirse tadavía en masculino y dificilmente se legitima si tiene una protagonista femenina.
A los hombres, el prestigio laboral les conduce directamente a la conquista de la reputacion y a la notoriedad social...., nadie les cuestiona su dedicacion familiar. Las mujeres existosas, sin mebargo, suelen ser tachadas de ambiciosas y egoistas.
¡Hasta parece que los logros profesionales se apoyan en el descuido de nuestras familias!.
NO TENGO DUDAS DE QUE A TI TE PERMITIRÁN TRIUNFAR SIN NECESIDAD DE HACER CONTINUAMENTE JUEGOS MALABARES....Y NO SABES LO QUE ME ALEGRA VISLUMBRAR PARA TU FUTURO ESTE PANORAMA TAN DIFERENTE AL MIO.
SOY OPTIMISTA, Y ESPERO QUE CUANDO TE LLAMEN MAMÁ, LA SOCIEDAD COMPARTA CONTIGO LOS COSTES QUE ESAS PALABRAS TENDRAN PARA TI.
Tu madre".
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