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Primer Viernes de Marzo
05.03.09 - Escrito por: A.R.J.M.
Una de las citas clásicas del calendario cofrade es la del Primer Viernes de Marzo. Caiga o no en Cuaresma, la parroquia de Santo Domingo, es lugar de encuentro, oración, peticiones y devoción. Es el día del Besapie al Señor de las Necesidades, al que acuden miles de personas a lo largo de todo el día para encontrarse con esta imagen venerada y a la vez, encontrarse con nuestra tradición religiosa más genuina.
Y así, casi sin darnos cuenta, vamos pasando las hojas del calendario que nos va acercando a la Semana Santa. Estoy convencido que serán muchas las personas que se acerquen hasta las plantas de una de las imágenes más veneradas de nuestra ciudad y puede que sea una de las pocas veces, sino la única, que vayan a pedir al Señor. Y lo harán en familia, solos, junto a los niños, con los amigos. Lo harán por costumbre, por devoción, por fe, para rezar o para, en vez de pedir, dar las gracias.
Habrá quién vea en estas prácticas algo que haya de ser muy depurado o que incluso tenga que desaparecer por trasnochado. También quién se identifique tanto con esta manifestación que crea que es consustancial con nuestra manera de exteriorizar la religiosidad. Habrá, en fin, quien de una u otra manera quiera acercarse a lo que supone por su esencia netamente popular y cargada de profundidad en su sencillez.
El Señor de las Necesidades es ese nexo que nos une con lo trascendente y que sirve de cauce a la fe más sencilla, pero no por eso menos elevada. La imagen de Cristo que se abraza a la Cruz y nos mira dulcemente, es ese encuentro personal y comunitario con una de nuestras señas de identidad.
El primer viernes de Marzo, no solo en Cabra, fieles a la tradición religiosa, son muchas las personas que en el orbe católico realizan un gesto, besar el pie a una imagen y una oración sincera al pedirle las tres gracias. Aún en los tiempos que corren creo que ese sencillo gesto, supone un encuentro más o menos sincero con lo que se representa en la imagen y en definitiva con el misterio redentor de Cristo.
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