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Con permiso de Don Manuel Piedra
01.03.09 - Escrito por: José M. Jiménez Migueles
Debo reconocer que me quedé gratamente sorprendido cuando, ojeando el periódico días atrás, leí cómo Manuel Piedra recibió la honorífica Estrella del Carnaval que, desde el año pasado, y de forma muy acertada, instaurara el Ilustrísimo Ayuntamiento de Cabra desde su Concejalía de Feria y Fiestas.
La explicación oficial, innecesaria para cualquier egabrense que se precie de serlo, explica que dicha distinción se debe “a la labor y dedicación de Manuel en pro del Carnaval durante muchos años”. Y es así. Su enorme figura se proyectó desde aquellas míticas Marismas que hicieran de la calle Cervantes uno de los lugares con más arte de todo el pueblo de Cabra. Pero no sólo en Carnaval. La actitud de Manuel ante las circunstancias de la vida lo ha colocado como un ejemplo a seguir por una sociedad que se disfraza a diario para esconderse de sus miserias pero que critica a los que se disfrazan por diversión. Todo un ejemplo en las formas y en el fondo, porque es muy difícil escandalizar de la forma tan elegante a como lo ha hecho Manuel. Y no se puede trabajar con más cariño y dedicación a como lo ha hecho él, tanto desde una barra como desde la cabeza visible de una hermandad de la que aún hoy es símbolo visible por todo lo que fue capaz de hacer y de dejar de hacer.
Así, es todo un logro que la sociedad del siglo XXI sepa reconocer el ejemplo que don Manuel Piedra ha supuesto para nosotros, ya que dar clases magistrales de cómo ser uno mismo sin temor a lo que piense el vecino no las da cualquiera. Y porque gracias a gente como él, hoy es mucho más fácil ser maricón sin necesidad de jugarse los cojones en el intento. A pesar de los malditos retrógrados que aún hoy malviven en nuestras calles.
Por todo ello, gracias, don Manuel.
PD: Les dejo un vídeo de una comparsa de Constantino Tovar, uno de los grandes poetas de Cádiz. Creo que sintetiza a la perfección el contenido de este artículo.
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