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EL CENTRO FILARMÓNICO Y LA ZARZUELA
15.01.09 - Escrito por: Vicente Rafael Moreno López
El pasado día trece de diciembre fue una fecha importante para el Centro Filarmónico. Tras unos meses de trabajo asiduo, consciente y generoso. Los componentes de su Cuadro Artístico escenificaron una Antología de la Zarzuela en la que estuvieron presentes los mejores fragmentos de la Canción del Olvido, Los Gavilanes, Luisa Fernanda, La Dolorosa, La del Soto del Parral, Black el Payaso, La Rosa del Azafrán, La Tabernera del Puerto, El Barberillo de Lavapiés, Don Manolito, Don Gil de Alcalá, Cecilia Valdés, Katiuska, La Revoltosa y Gigantes y Cabezudos.
Repito que fecha importante, memorable añado, porque el público asistente, numerosísimo, lleno total de la gran sala del Teatro el Jardinito, aplaudió largamente una actuación que por su variedad, buena puesta en escena y casi la perfección en todo,
será difícil de olvidar.
El público, al final, puesto en pie, y con muy largos e insistentes aplausos, pedía más y más, olvidando que habían transcurrido casi dos horas desde el comienzo de la representación.
He seguido de cerca los ensayos de los artistas, he visto su diario progreso y su disciplina e interés ante el comprometido reto. Sin embargo lo que más me llamó la atención en los citados ensayos fue -y en las dos representaciones, repitieron el domingo catorce- el ambiente agradable y feliz que reinaba entre ellos, ambiente y felicidad conseguidos al realizar una tarea que, a todos en general y a cada uno en particular, llenaba y enriquecía.
Vestuario adecuado, casi perfecto, si digo, porque lo sé, que fue confeccionado por las mismas coralistas, o extraído del “baúl de los recuerdos”.
Decorados, muy bien conseguidos. Señalo en especial, fue repetidamente aplaudido, el utilizado al final, durante el Canto del Ave María, tras el Coro de Repatriados de Gigantes y Cabezudos, con una imagen de nuestra Patrona, la Santísima Virgen de la Sierra.
Podría decir muchas cosas y buenas de todos y cada uno de los solistas y del pianista, José Luís Arrabal Maíz, pero este espacio es limitado y quiero tratar otros asuntos. Sí deseo hacer constar que solistas y coro han mejorado mucho en amplitud de registros y calidad artística. El coro parece otro distinto.
Todo ha sido posible gracias al trabajo de todos, pero especialmente a la dedicación, calidad artística, conocimiento de la técnica del canto y sobre todo, el talante de cercanía, simpatía y categoría personal, que sólo los grandes artistas tienen, del Maestro
José Antonio Varo Mora. Quiero hacer justicia señalando, como muy importante, la especial colaboración y el trabajo personal en la consecución del proyecto del Director del Cuadro Artístico del Filarmónico, José Luís Arroyo Casas. Sin su presencia y ayuda no hubiera sido posible.
Cabra ha sido siempre generosa con sus artistas. La prensa local está llena de alabanzas a los muchísimos triunfos que a lo largo de sus más de cien años de historia obtuvo el Centro Filarmónico.
Tengo noticias de que en determinados foros de Internet no se le trata ahora del mismo modo. Comprendo que pueda haber razones que enfrenten a personas, razones que nunca deben utilizarse contra las instituciones en las que ellas están.
El Centro Filarmónico es la primera institución cultural de Cabra. La que tiene una trayectoria de servicio a los egabrenses más constante y desinteresada. Como tal, debemos cuidarla y defenderla.
¡Ah.! Además, el Concierto de Villancicos del día 27 de diciembre fue también un éxito.
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